Capítulo 21

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La atmósfera de la cena no estaba siendo algo hermoso y bonito. Sehun sentía que el aire podía cortarse con un centímetro de papel mojado. Todos estaban tensos, a excepción de la zorra horrible que tenía a su lado que estaba todo sonriente y lanzando risitas que hacían irritarlo, aunque a la vez debía admitir que disfrutaba mucho la cara del señor Kim torciendose disgusto. La señora Kim al principio hizo bastantes preguntas a Jongin, sobre la universidad más que nada y tratando de esquivar su pasado. Esto hizo que una oleada de calor barriera su pecho con enojo. Era como tapar todo el sufrimiento de Jongin con un dedo.

— Jongin, ¿por qué no le cuentas a tus padres sobre como nos conocimos? —dijo suave con una sonrisa.

Jongin abrió grande sus ojos, dándose cuenta hacia donde quería Sehun girar la conversación.

— Es algo muy viejo ya. —dijo dudoso, riéndose nerviosamente.

— Seguro que a mis suegros le encantaría escuchar eso. —apoyó Jimin.

Sehun por primera vez sintió que podía entenderse con ese estúpido y sonrió por lo que estaban tratando de hacer. Miró a Jimin con una sonrisa pero luego puso sus labios en una linea recta y sus ojos lucían acongojados y dudosos.

— ¿sabes?, ahora estoy realmente dudoso sobre si contarlo. Nadie le preguntó así que no parecen muy interesados en la vida de su hijo... —dijo suavemente, luciendo muy decepcionado.

Jimin quiso poder reírse allí mismo, la actuación de su hyung lo dejo completamente perplejo por lo convincente que se veía. Estaba realmente dudoso de si su hyung había tomado clases de actuación.

En su rostro rápidamente  una expresión de sorpresa apareció, no quería quedarse atrás.

— Tranquilo, no creo que mis suegros tengan un corazón tan pequeño como para no querer hablar de su precioso hijo. -alentó Jimin mirando de reojo a los padres de Jongin. El señor Kim tenía la mandíbula apretada mientras que su esposa tenía una expresión de espanto.

— Puede que tengas razón... —fingió murmurar aunque sus palabras salieron lo suficientemente fuerte como para que lo escuchen con claridad- pero tu suegro parece tener un corazón tan pequeño como la cabeza de un alfiler. —dijo esta vez fuerte, mirándolo con burla al señor Kim, aunque tuvo qué contenerse como para decir "como su cerebro".

— ¿¡Cómo dijiste!? —alzó la voz el señor Kim. Su esposa puso una mano sobre la de él, tratando de calmarlo.

Sehun le sonrió con simpatía y se cruzó de brazos maleducadamente.

— ¿oh? ¿Dije algo malo señor Kim? Supongo que puedes perdonar mis palabras rudas porque su corazón es taaaaaaaan grande que puede pasar por alto un pequeño error.

El padre de Jongin iba a hablar pero el moreno lo interrumpió.

— Sí, mi padre puede hacerlo. Pasemos de tema entonces ¿si? —trató de pasar de asunto, mirándolo sugerentemente para persuadirlo. Sehun lo miró aburrido pero desistió de seguir burlándose de ese hombre horrible.
No contó con que el cabeza de zanahoria no quería parar.

— Jonginnie es tan dulce. —comentó sonriente mientras tomaba su mano y la ponía arriba de la mesa- Queriendo sacarlos de momentos tan vergonzosos como no saber sobre el pasado de su hijo. Realmente deben amar tener a tan precioso hijo. —su voz dulce y suave se escuchó fuerte y firme.

¿¡LO VIERON!? ¿¡LO VIERON!? ¡Él no dijo nada, no metió la pata, ni siquiera presionó tanto a el orangután ése!.

El silencio flotante que habia hizo que Sehun quiera reirse, pero lo contuvo con muchísimo esfuerzo. Bueno tal vez sonrió burlonamente pero nadie estaba ahí para juzgarlo. Excepto el simio enfrente suyo, pero ese hombre no siquiera contaba como alguien para juzgar a otros así que este era un triunfo para él y su lengua.

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