No love II

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En otras circunstancias estaría de lo más feliz por la proposición hecha por el padre de Seijūrō, ahora solo sentía un desagrado enorme. No quería casarse con ese hipócrita mentiroso, no quería ilusionarse de nuevo con ese infeliz.

―Necesito que mi nieto crezca en un ambiente normal, o sea con quienes son su familia cerca ¿Comprendes eso Furihata Kōki? ―El hombre se acomodó en su silla y suspiró al ver que no provocaba ninguna reacción que esperaba― Tendrás todo lo que desees, los caprichos que cualquier mortal quiera si aceptas casarte con mi hijo.

Furihata apretó los dientes al punto de hacer un ruido desagradable con ellos. Asquerosos millonarios, los odiaba tanto, montón de mentirosos.

Bufó y agarró el papel que le tendió el padre de la persona que amó y que ahora odiaba profundamente, eso sí leyéndolo cuidadosamente en caso de alguna letra pequeña antes de firmar.

―El dinero no es para ningún lujo Masaomi. Lo quiero para la operación de mi madre, es una intervención demasiado costosa y no tengo fondos para costearla en esta vida.

―Si le hubieras dicho a Seijūrō seguro te hubiese ayudado. El en verdad te ama.

Hizo una mueca y Masaomi entendió.

―Bien, como sea, ahora has aceptado casarte con mi hijo, así que te quedaras aquí y aceptaras las condiciones que salían estipuladas en el contrato. Pagaré de inmediato la operación, ya que parece que tu madre lo necesita con urgencia ¿Me equivoco? Dame la dirección del hospital.

― Es...

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Tenia que fingir llevarse bien con Akashi, de que lo amaba. Bien quizás si lo amaba todavía, pero odiaba hacerlo. Odiaba no poder golpearlo como muchas veces quiso hacerlo.

Tuvo que confesarle que esperaba un hijo de este y Seijūrō parecía el doble de feliz, encantado de la vida y mucho más cariñoso con él.

Sin embargo, a Furihata le costaba muchísimo creer que sus sentimientos eran reales. Tenia muchas ganas de empujarlo cuando este se atrevía a abrazarlo. A veces quería morderlo con rabia cuando este lo besaba con afecto.

Desearía tanto nunca habérselo encontrado en su vida, desearía incluso poder ahorcarlo a veces cuando le decía esas cosas tan lindas que lo enamoraron en su época más inocente.

Era tanto odio que podía sentir por su piel que sentía que le quemaba por dentro, un odio que le corroía como el ácido. Sentía su corazón marchito, un corazón negro que no podría volver a llenarse de color.

Ni siquiera sabía cómo había podido concebir algo de alguien a quien odiaba tanto.

Era odio y amor, pero más odio que amor.

―Kōki, Kōki...

― ¿Eh? Ah sí, dime, estaba distraído. Perdón.

Su pareja acaricio sus mejillas con suavidad. Furi tenía todas las ganas de cortarle esos dedos que le tocaban su piel.

―Eres muy adorable, incluso cuando pareces algo triste como ahora ¿Estas triste porque no te e pedido matrimonio aún Kōki mío? Pensé que quizás seria algo apresurado.

―Yo, yo no estoy triste. ―Solo estaba molesto de tener que casarse con alguien que despreciaba tanto.

―Siempre pones una cara muy melancólica, pero no te dejaré nunca Kōki. ―Toma sus manos y se arrodilla mirándolo con infinito amor―Créeme, fui el imbécil más grande en un pasado y estoy seguro de lo que siento, quiero vivir toda mi vida contigo y con nuestro bebé.

― ¿Y si llegase Kuroko y te dijera que te ama lanzándose a tus brazos desnudo? ―Lo detuvo antes de que el pelirrojo sacase la caja que seguramente contenía un anillo de compromiso.

Akashi rio de la suposición que había planteado Furihata. Sin embargo, eso molestaba aún más a este último.

―Lo rechazaría en el acto. Te amo a ti Kōki. ―Tomo la mano de este y coloco un hermoso anillo que posiblemente era sumamente costoso. Sin embargo, a Furihata no le importaba en absoluto. ― ¿Me concederías el honor de unir nuestras vidas en el acto del matrimonio?

No supo si creer su respuesta, le parecía tan irreal todo, que por un momento pensó que tal vez todo lo que le estaba ocurriendo solo era un sueño de lo que en verdad quería que pasara y cuando despertara seria un adolescente llorando incesantemente porque su novio lo engaño.

Asintió lentamente.

Cuando Seijūrō lo abrazó emocionado, una humedad se le hizo conocía ¿Por qué estaba llorando? Se suponía que fingiría emoción y alegría, pero solo podía derramar lágrimas, lagrimas copiosas que no dejaban de caer.

Su pareja interpreto esto de que Furihata estaba tan feliz que ni siquiera tenia palabras para decirle, cosa que lo enterneció y lo llevo a su habitación para besarlo y hacerle el amor hasta el día siguiente. Kōki se dejó llevar, el sexo le servía para olvidar incluso sus sentimientos negativos, porque no, no hacia el amor, para Furi era solo sexo.

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Tuvieron un matrimonio bastante lujoso y hermoso con miles de invitados, entre ellos la Gom y Kuroko. Furihata hizo la boca una línea cuando lo vio, pero tuvo que fingir que lo aguantaba.
―Furihata-kun, pensé que te había pasado algo malo. Desapareciste por años después de que...

―De que Seijūrō se metiese contigo, lo sé. ―Hizo un gesto como despreocupado, aunque la verdad el solo recordarlo le hervía la sangre.

―El solo se encaprichó porque estaba solo ¿Sabes? Le pregunte esa vez porque hacia todo eso si te tenia a ti. Y si es que acaso estaba enamorado de mí. Fue algo gracioso ver su cara porque como que algo hizo clic dentro de el y me dijo "NO" en la cara para luego de eso irse corriendo a buscarte, pero nunca te encontró. Hasta ahora...pensé que nunca lo perdonarías.

―No pensaba hacerlo, me hizo sufrir mucho. ―Y esto no fue necesario fingirlo esta vez. La historia de Kuroko era interesante en cierto modo, casi lo hizo calmar su ira interna.

―El jamás me toco un pelo esa vez si te preocupa que pueda engañarte. En verdad solo te ama a ti.

A Furihata le tembló un poco el labio. No podía creer eso.

― ¿Por qué me dices esto?

―Porque cuando te hable de todo esto parecías a punto de llorar. Perdona.

¿Por qué dicen todos eso? El no tiene pena, tiene rabia.

Kuroko le paso un pañuelo y Furihata se lo paso por los ojos. Efectivamente las lágrimas estuvieron por escapar de sus ojos nuevamente.

― ¿Sabes Furihata-kun? Kagami-kun y yo nos casamos. ―Le mostro un anillo y luego indico a cierto hombre de cabello bicolor que ya conocía que saludo desde lejos. Furihata al verlo le devolvió el saludo. Kuroko se despidió luego y se fue con su pareja a otro lado de la fiesta.

Kōki los miraba casi con envidia. Deseaba en verdad algo así en su vida, con alguien que lo amara sinceramente.

Llego pronto su ahora esposo abrazándolo por la espalda para llevarlo a conocer a varias personas y de paso sacarse fotos bonitas de la boda.

Cuando la ceremonia termino, Kōki se sintió algo cansado. Su pareja lo cargo con cariño a la habitación, Furi estaba seguro que su pareja le demandaría hacer el amor, era algo que por obligación las parejas debían hacer en la noche de bodas, pero realmente no se sentía dispuesto, le dolía la cabeza con tantas emociones sentidas.

Seijūrō al ver el cansancio de su marido solo lo mimo y lo dejo dormir para luego acurrucarse a su lado.

―Te amo. ―Le susurro dulcemente.

―Mentiroso...―Contesto este entre sueños con un puchero triste.

―Cielos ¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí, mi amado Kōki? ―Acaricio las hebras color chocolate con mucho amor, quería que su amado realmente dejara de tener esa expresión tan triste, que confiase en él.

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Furihata se sintió algo avergonzado igual de no haber hecho nada en la noche de bodas con Akashi, aunque en verdad no tenia porque, pero si estaba casado, debía complacer al que ahora era su esposo.

―Tu embarazo hace que te canses más rápido Kōki, no tienes que hacer nada.

―Quiero hacerlo. ¿O no soy tan atractivo como Sei dice que soy? ―Fingió un puchero.

―No me tientes. ―Lo sentó directamente en su entrepierna que ya tenía una leve erección. ―Quiero ser suave contigo Kōki, pero hace tiempo te quería así, siendo todo mío.

Trago saliva al sentir la erección que crecía bastante rápido mientras se frotaba contra sus nalgas. Sinceramente el también quería algo de acción. Busco sus labios para dejar de pensar en esos sentimientos tan negativos que aun no se iban, en la desconfianza que tenia en Akashi. Un beso que fue correspondido mientras aquellos dedos de la persona que odiaba y amaba entraban en su interior preparándolo.

Tenia que ser sincero: Estar casado con Akashi le hacía sentir más seguro o también podía ser lo que le conto Kuroko, pero tal vez si podía entregarse al amor.

Quería dejar de tener esos sentimientos negativos, lo deseo por un instante mientras ese beso que mantenía con su esposo era tan intenso que prácticamente por un instante en lo mucho que le gustaba estar en los brazos de Akashi sintiéndose amado.

Algo se movió en su interior en ese instante, Kōki sabia que era su bebé, pero era la primera vez que lo había sentido moverse.

No supo en que momento se desarmó.

No supo cuando dejo de fingir a realmente sentir.

Todo lo que sabia es que todo había comenzado en ese instante.








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