Capitulo 5

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Se paró frente al edificio, no muy alto, de unas cinco plantas, y lo observó, en la ventana de más arriba el cartel de "Detectives Kim" resaltaba. Su ceño estaba completa y absolutamente fruncido, y tener a un crío tirando de la manga de su chaqueta, solo lo empeoraba.

-¡Hyukkie! ¿Qué es eso? 

-Una pastelería. -Se soltó del agarre. 

Si hubiera sabido que sacar al cachorro de casa iba a ser tan agotador, lo hubiera dejado en casa, pero lamentablemente, necesitaba llevarlo con él. Y bueno, DongHae también quería salir. Pero era muy molesto, no paraba de preguntar sobre todo lo que veía, cual niño pequeño que ve la luz por primera vez. 

Miró al castaño, que curioseaba todo a su alrededor. Cogió su mano firmemente y éste se sorprendió, mirando al rubio. Se mordía el labio con nerviosismo, dudando si entrar o no. ¿Se estaba rebajando demasiado? Ir allí, con el cachorro, contárselo todo, a él. No quería pedir ayuda, nunca había necesitado ayuda de nadie, pero en esos momentos, no podía hacerlo solo. Pero ¿A ÉL? ¿No había otra persona? No, no la había. Y aunque se negara a admitirlo, él era su única opción. La única persona que sería capaz de ayudarlo. 

Llenó sus pulmones de aire y tiró de la suave mano. Miró de nuevo al menor y, por alguna razón, su sonrisa, lo hizo sonreír también. Caminaron hasta dentro del edificio y subieron a la última planta, donde se situaba la agencia de detectives. Llegaron a la puerta y, de reojo, se aseguró de que el gorro cubriera las orejas, y la ropa que le había conseguido le quedara bien. Y si, estaba hermoso. 

Llamó al timbre, y apretó la mano del castaño, cuando la puerta comenzó a abrirse. 

-¿Señor Lee? -Preguntó un chico, de ojos más rasgados, posiblemente chino. Asintió, y notó como el menor se tensaba a su lado.- Pasen.

Un pie, luego el otro, y después de muchos pasos, siguiendo al chino, llegaron a un despacho. Ahí estaba, de espaldas a él, con su cabello pelirrojo radiante y tatareando la canción de algún anuncio de televisión. 

-Nunca pensé que vendrías a pedir mi ayuda. 

-Yo tampoco. -Bufó. DongHae lo miró curioso, olisqueando el despacho. Tiró de su mano, haciéndolo parar aquella acción extraña para una persona. 

-¿Vienes acompañado? ¡¿Tú?! -Una carcajada estridente salió del pelirrojo, frunció más el ceño, Heechul era más irritante que el castaño. 

-Hyukkie...-Murmuró el menor, haciendo que el rubio lo mirara.- ¿Quien es? 

Y entonces, se giró y los miró. HyukJae con su típica cara de enfado y acompañado de un joven. Una sonrisa se formó en sus labios, tenían sus manos entrelazadas.- Soy Kim Heechul. -Se levantó, rodeando la mesa y apoyándose en ella, frente a ellos.- Un amigo de HyukJae. ¿Y tú eres?

El nombrado puso los ojos en blanco, y cuando el pelirrojo se acercó a DongHae, tiró del otro hacia él, con posesión.- Él es DongHae. 

-Vaya, HyukJae. No sabía que fueras del otro bando. -Lo miró, con sus ojos más oscuros, queriendo asesinarlo.- ¿Y que os trae por aquí?

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