Capitulo 4

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Apoyó los codos en la mesa y la barbilla en las manos cruzadas, su ceño se mantenía fruncido y su mirada perdida en la pared beige del despacho. Su mente no paraba de procesar la noticia que KyuHyun le había dado el día anterior. Había pasado todo lo que le sobró de día encerrado en la habitación, el cachorro se había extrañado, y esa mañana lo había encontrado tumbado a los pies de su puerta. 

Golpeó la mesa y se levantó de golpe, rascó su cabeza y empezó a dar vueltas. Los empleados se habían asustado al escuchar el golpe, y el moreno simplemente había fruncido el ceño en confusión. HyukJae iba y venía, se sentaba y levantaba, pensaba, cavilaba, intentaba buscar una clara explicación a todo lo que estaba sucediendo. Y no solo era que tenía a un chico medio perro encerrado en su casa, sino que, el caso de que uno de sus socios fuera asesinado en una fábrica abandonada de su propiedad, también lo estaba volviendo loco. 

-Señor, tiene una llamada. -KyuHyun habló desde la puerta entreabierta, seguro de que su jefe le mandaría responder por él, pues el rubio nunca tenía ganas de contestar, a no ser que fuera algo realmente importante, y eso pasaba muy pocas veces.

-¿Quien es? -Dijo con desgana.

-Un tal DongHae. -Bufó, pero también estaba sorprendido de que el crío supiera usar un teléfono.

-Pasamelo. -KyuHyun se sorprendió una vez más en el día y salió. 

HyukJae cogió el teléfono y se dejó caer de nuevo en la silla negra del despacho. Acercó el aparato a su oreja y esperó a oír el pitido para contestar, aunque el menor no lo dejó siquiera abrir la boca.- ¡Hyukkie! 

-¿Como has conseguido el número? -Se pasó la mano por el rostro, en un intento fallido de tranquilizarse.

-Estaba escrito en una tarjeta encima de tu mesita de noche.

-¿Has entrado en mi habitación? -Casi chilló al decir aquello, pensó haberle dejado claro al castaño que no lo dejaba entrar.

-Lo siento. Pero es que...me sentía solo...-Frunció el ceño otra vez. Se puso en pie y decidido, cambió la linea al móvil para poder seguir hablando fuera del despacho. 

-Ya. Olvidaba que eres un perro. -Cogió la cartera y caminó hasta la puerta.

-¡No soy un perro! 

-¿No? ¿Y que eres? -Abrió la puerta y salió, bajo la atenta mirada de los empleados.

-¡Soy un chico! -Una carcajada salió de sus labios y, tanto KyuHyun como los otros, creyeron mentira que su jefe acabara de reír.

-DongHae...ambos sabemos que no. -Siguió caminando, ignorando los ojos que se mantenían sobre él.

-Tal vez ahora no...pero antes si. -Frenó en seco. Antes. ¿Que había pasado antes?

-¿Cuanto tiempo llevas así?

-No lo sé. No me acuerdo de nada antes de conocer a Mi amo, y entonces ya tenía estas cosas peludas en la cabeza. Creo que hace...diez años más o menos.

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