El golpeteo de las gotas de lluvia sobre su libro le obligó a levantarse de su sitio, junto al lago. Mientras volvía sobre sus pasos, las gotas de lluvia aumentaron de ritmo, golpeando su cuerpo con un ritmo entrecortado y empapando su ropa. Empezó a correr mientras el cielo se desplomaba sobre él, la lluvia lo azotaba ahora con tanta fuerza que no podía ver. Sin aliento, llegó al porche del colegio, frotándose con la esquina de la manga las gotas de lluvia que se le pegaban a las pestañas, al llegar al pasillo.
Unas manos invisibles lo agarraron y lo arrastraron al interior del aula. Abrió la boca, pero se encontró con una mano fría y pálida que se la cerró. Se relajó al reconocerlo y la mano bajó de su boca, forzándolo contra la pared. Jadeando, con el corazón latiéndole desbocado en el pecho, lo arrinconó. Tocando su frente con la de él, entornó los ojos con angustia.
— ¿A qué viene esto, Cartman? ¿Qué te pasa? — le preguntó Kyle, acercando su mano a la cara del otro, acunando su mejilla.
— Tengo miedo. — susurró Eric, sin abrir los ojos.
— No te preocupes, ya verás que los chicos y yo te ayudamos en eso. — murmuró, tratando de tranquilizarlo.
Los ojos de Eric se abrieron de golpe.
— ¡No me refiero a ese tipo de miedo! — le espetó, la mueca de desprecio en su rostro le recordaba al Cartman que solía conocer.
Con un gruñido, el de pelo castaño se alejó de él, alcanzando un bolígrafo. Por un momento, el miedo se reflejó en su psique, haciendo que se tensara. Girando sobre sus talones, Eric lanzó el bolígrafo por los aires y, no contento con eso, comenzó a tirar y romper todo el material que había en aquel aula en desuso, convirtiéndolos en un montón de objetos inservibles.
Cuando terminó, se derrumbó en el suelo, sintiendo los brazos de Kyle rodear sus hombros. El pelirrojo se aferró a él, ofreciéndole consuelo mientras sollozaba.
— Tengo miedo. — susurró mientras Kyle daba la vuelta para encararlo.
— ¿Sabes? Yo también tengo miedo. — murmuró el pelirrojo, acariciando su brazo con la mano.
Eric se levantó, con la rabia reflejada en su rostro, sus rasgos se contorsionaron mientras lo empujaba hacia un lado. Las lágrimas se formaron en las esquinas de sus ojos.
— ¿Miedo? ¿Tú? ¡Pero si eres siempre el más valiente, el que más coraje tiene? ¡¿Cómo podrías tener TÚ miedo, eh?! — escupió, con el sarcasmo destilando en cada palabra.
La rabia se apoderó de su pecho y Kyle se puso de pie, mientras miraba fijamente a sus ojos pardos con desafío.
— ¡Pues claro que tengo miedo! ¡Muchísimo miedo! — gritó. — Tengo mucho miedo de quererte. Pero aquí estoy, queriéndote de todos modos.
Por un segundo, ninguno de los dos dijo una palabra, su confesión resonaba en sus oídos. Sus labios se juntaron cuando Eric lo atrajo hacia sus brazos, arrancándole la tela empapada de la piel, mientras el contrario le quitaba la sudadera. Jadeando y gimiendo contra la pared, el único testigo que contemplaba lo acontecido era aquella clase que se caía a trozos.
Fin.
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La palabra "confesión" engloba más cosas, a parte de la que todos conocemos, como la confesión de amor.
Por mi parte, he decidido optar por una de sus acepciones, la confesión de miedo, es decir, aquella en la revelamos nuestros temores. Y, en este caso, el reconocer el miedo a amar a alguien. Y así ha salido este drabble ;)
Espero que os haya gustado. Ay, ya falta menos para acabar la week <3
¡Nos vemos!
