-Ni siquiera hemos llegado a Inglaterra y ya estamos en una pelea. -exclamó Ruby silenciosamente, resollando y con sus piernas vacilando, al tiempo que desenvainaba su espada, mientras se escondía detrás de un grueso árbol. John resopló, al tiempo que convertía los dijes de su collar en sus cimitarras.
-¿Qué diablos esperas, Sea Wolf? Somos mestizos. -repuso John.
Ruby bufó, poniéndose en guardia.
-Mira, yo no quería ser mestiza, pero mi mamá se tenía que antojar de un condenado dios, y ahora yo pago las consecuencias...justo como mi hermano. -se quejó.
-Hey, a mí tampoco me gusta este estilo de vida. -refunfuñó John. Miró sigilosamente detrás de ellos. -Tenemos que movernos. Se están acercando y no creo que otra ola de huesos los vaya a detener esta vez. -se volteó hacia ella de nuevo y le lanzó una sonrisa cansada. -Sé...sé que esta búsqueda ya es un desastre, pero...Rick lo vale, ¿no crees?
Ruby suspiró, viendo en un su mente a su hermoso novio, solo por un momento.
-Él lo vale. -coincidió ella, al tiempo que John le guiñaba un ojo cariñosamente.
Ruby sólo había ido a una cafetería por unos cuantos capuchinos y unas donas. Terminó enfrentándose a un manojo de monstruos peludos.
Había empezado la mañana con los gruñidos de sueño de los muchachos, puesto que los hizo levantarse a las 5 y quince de la mañana, habiéndose levantado ella un rato antes para asegurarse de que todo estaba listo y preparado. El día anterior, antes de acostarse, todos ellos habían preparado sus bolsos para ir a aquella cruzada suicida. Ella había metido muy poco, ya que lo verdaderamente importante iba en el bolso de Angie, que eran las medicinas, la ambrosía y el néctar; sólo había metido unos cuantos cambios de ropa, otro par de zapatos y su peine. Poca cosa la verdad.
Pero, a pesar de que pararse a las cinco de la mañana era poca cosa para ella, para los muchachos no. Todos tenían caras somnolientas, ojos más cerrados que las Puertas de la Muerte y soltaban bostezos a cada cinco minutos.
-Por favor, muchachos –les reclamaba Ruby, mirándolos con reproche –antes El Capitán nos levantaba a las 3 de la mañana para trabajar, y eso que ni siquiera dormíamos en camas.
-Sí, bueno, Ruby... -replicaba Angie, rascándose su cabello negro enmarañado –digamos que hemos perdido la costumbre de pararnos antes del amanecer, ya que han pasado como más de cien años.
-Y ya no somos muy jóvenes, que digamos. –convino Charles, poniéndose la camisa al revés. –Si somos específicos, somos unos viejos que ya no podrían estar ni vivos.
-Detesto admitirlo, pero concuerdo con ellos. –agregó John. –En años humanos, ya no estamos vivos.
-Pero estamos vivos, así que muévanse, prepárense y dejen de quejarse. Tenemos que partir lo antes posible para llegar a tiempo al aeropuerto. –les ordenaba Ruby, sacando su lado de capitana de parte de su tío.
A pesar de todas las quejas, bostezos y protestas de los muchachos por madrugar más que el ruiseñor, partieron hacia Maine unos quince minutos luego.
Pero ¡oh, que los dioses maldijeran tanto el sueño de Ruby como el hambre de sus amigos!
Si no fuera por eso, probablemente habrían tenido un viaje sin problemas, por lo menos hasta al aeropuerto.
Aunque, por supuesto, no iba a ser así.
Luego de que los somnolientos chicos terminaran de prepararse, habían bajado al estacionamiento del edificio y habían recibido tanto la camioneta como las llaves de esta de la mano del señor Brown, el cual les había deseado buena suerte en sus vacaciones; ya que ellos le habían dado a entender que se iban de vacaciones a Maine, a un lindo lugar llamado Westover Hall. Por suerte, el señor Brown no sabía que Westover Hall era una escuela militar en donde los hermanos Di Angelo habían pasado un tiempo allí.
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La Joya Infernum (Percy Jackson Fanfic) Book 2. The Children of Poseidon
AventuraPercy y sus amigos esperaban tener un inicio del verano bastante tranquilo, pero lamentablemente el destino tenía otros planes diferentes para ellos, y no digamos que muy agradables. En esta ocasión, y luego de que la tragedia acuda al Campamento Me...