Una casa de recuerdos y cenizas

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-Okey, es el turno de Ruby. -exclamó Angie con emoción, sentada con las piernas cruzadas y con una sonrisa impresa en sus labios.

-Ah no, chicos. -negó la hija de Poseidón, soltando una carcajada. -De ninguna manera voy a participar en esto. Siempre termina mal.

-Por favor, lindura. -la animó Rick, guiñándole un ojo y sacudiendo su copete rubio. -Únete al juego...por mí.

Ruby rodó los ojos y, después de un momento, se sentó también en el suelo, al lado de todos sus amigos, y se atrevió a dejar escapar una sonrisita pícara.

-Está bien...sólo una ronda.

Estaban sentados en el piso de madera de su antigua casa, en Brighton. Ese había sido un buen mes, dentro de lo que cabía; todos habían obtenido buenas pagas en sus trabajos ocasionales, no los habían atrapado ni visto ni una sola vez cuando robaban billeteras, y estaban tan bien que incluso se permitían, de vez en cuando, tener tres comidas al día. Así que, por supuesto, se podían dar sus buenos ratos, así fuera jugando a Verdad o Reto, haciendo girar una botella y desafiándose a decir cosas muy tontas o a hacer cosas aún más tontas.

Ruby no creía haberse reído tanto en toda su vida, tanto que se volvía a sentir una niña, a pesar de que, al menos en ese recuerdo, tenía unos veinticinco años. Era casi como una guerra de todos contra todos, cada uno de ellos intentando ponerle los peores retos a quien la botella señalara.

John había retado a Rick a bailar la macarena junto con Charles, lo que había dejado sus caras totalmente sonrojadas por la vergüenza, y de sus bocas solo salían palabras prometiéndole venganza a John. Angie, para darle esa venganza a su novio, hizo a John bailar la conga, lo que lo dejó aún más ridiculizado. Ruby veía todo desde lejos, riéndose a viva voz, no queriendo entrometerse. No era por nada, pero jugaban eso desde que estaban pequeños, y el reto que siempre le ponían era...bueno, era hacer algo de lo que ella tenía muchas ganas desde hacía años, pero que le daba muchísimo miedo.

Y, después de un tiempo, había decidido no meterse más en el juego, y solo mirar, no queriendo arriesgarse y luego arrepentirse por lo que pudiera pasar.

Pero, lamentablemente, había caído otra vez, y sus amigos, no queriendo dejarla en paz, volverían a desafiarla con el mismo reto que no paraban de darle hacía unos quince años.

Intentando que no le temblaran las manos, giró la botella de leche, la cual fue a parar justo (oh no) enfrente de John, que le lanzaba miradas maliciosas desde su lugar.

"No otra vez" pensó la chica.

-¿Verdad...o reto, Ruby? -le cuestionó el chico. Ruby respiró muy, muy hondo. Como llevaba años enfrentándose a esa pregunta, cada vez que jugaban, sabía que si escogía verdad, le preguntarían que quién le gustaba, y no estaba dispuesta a develar esa información, por más obvia que fuera para todos, menos para ella misma. Pero, sabía que si elegía reto, la desafiarían a...a...

-Reto. -se arriesgó ella, no pensándolo lo suficiente, y arrepintiéndose en el preciso segundo en que esa palabra salió de su boca.

Sus amigos no pudieron ocultar sus caras de satisfacción.

-Te reto...a besar a Rick. -soltó John.

-¡Ni hablar! -replicó ella al instante.

-Tú escogiste reto, amiga -empezó Angie -ahora lidia con las consecuencias.

-De ninguna manera pienso darle un beso a Rick. -exclamó Ruy en protesta.

-Pero Ruby... -suplicó Charles.

-No. Me voy. -repuso ella, levantándose del suelo y empezando a caminar hacia su habitación.

Pero, antes de que pudiera llegar a su puerta, sintió cómo unos largos dedos se cerraban alrededor de su muñeca. Se volteó al instante, para descubrir que Rick le impedía irse.

La Joya Infernum (Percy Jackson Fanfic) Book 2. The Children of PoseidonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora