Eurynomoi y novios diabólicos

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Ruby miró hacia adelante, y vio a las horribles criaturas que hacía sólo unos pocos días le habían amargado la vida cuando uno de sus compañeros le había enterrado los dientes en el abdomen.

-Eurynomoi.

***

Ruby pensaba que, por la normal mañana que habían tenido, pues que la tarde sería así también. Pero, obviamente, tenían que llegar los endemoniados eurynomoi a arruinarle el día, algo muy casual en su vida. Cuando creías que todo iba a ir bien, aunque fuera por unas 24 horas...¡BOOM! Un ejército de zombies se aparece frente a ti.

Apenas y los vio, ahí frente a ella, a sólo unos metros, el corazón amenazó con detenérsele en seco, y su herida abdominal no paraba de darle latigazos terribles de dolor, como si incluso su lesión estuviera aterrorizada por lo que metros más allá los esperaba para acabar con ellos.

-Sube al carro, Angie. -le soltó bruscamente a su amiga. La chica la miró impactada.

-¡¿Qué?! ¡¿Y dejarte aquí?! -exclamó ella.

-Sube...y huye. -le espetó Ruby, deseando ponerla a salvo lo más pronto posible.

Por suerte, Angie, siendo tan buena amiga, la ayudó a incorporarse y ambas subieron al vehículo prácticamente volando, al tiempo que los eurynomoi ya se empezaban a acercar a ellas y al auto, pero con paso lento y lerdo, como si no tuvieran ningún apuro. Como si supieran que ganarían esa pelea y quisieran saborearlo palmo a palmo.

Ruby intentaba hacer que el motor arrancara, pero, justo en ese momento y no en otro más oportuno, al auto le había dado la gana de apagarse y no parecía con intenciones de volver a prender.

Ruby no tenía ningún problema con eso, estaba acostumbrada a caminar, pero si tan sólo el auto no tuviera que dañarse justo cuando unos zombies horribles esperaban para matarlos fuera....

-Despierta a los muchachos. -le ordenó a Angie, presionando el pedal a fondo, sin respuesta alguna del carro; ya que, para su asombro, ambos hermanos Will seguían durmiendo plácidamente en la parte trasera del carro.

Mientras, seguía presionando a fondo el pedal, sin señal alguna de que el carro decidiera revivir, tal como los eurynomoi de ahí adelante que cada vez se acercaban más a ellos. Al igual que el carro, John y Charles tampoco daban señales de querer despertar como para ayudarlas con el auto averiado o siquiera a defenderse de los monstruos. Que los dioses maldijeran el sueño tan pesado que tenían aquellos dos. Toda la cabina de Apolo les podía cantar en la oreja e igual no despertarían.

Así que el pronóstico de aquella tarde presagiaba que morirían a causa de zombies dentro de un auto averiado, con dos hijos de Hefesto tan dormilones como Hipnos, una hija de Apolo que, por más poderosa que fuera no podía defenderse sola, y con una hija de Poseidón a medio camino de también ser un eurynomos.

Que lindas predicciones. Ni las pitonisas de Apolo podrían haberlo hecho mejor...

Probablemente el auto sintió toda su desesperanza y amargura porque, justo cuando Ruby estaba presionando más de lo que debía el pedal de aceleración, el vehículo decidió revivir, y con todas las ganas del mundo, ya que salieron disparados hacia delante como bólidos.

Al principio, Ruby lo vio como algo muy bueno, ya que atropelló de un solo golpe a una buena cantidad de eurynomoi, pero cambió de opinión cuando, en el momento preciso en que impactó contra los guls, su herida estalló en llamaradas de dolor, recorriéndola por todo el cuerpo como electricidad, calándola de agonía hasta la médula, algo que en parte también fue bueno, porque con el sonido del choque y el grito tremendo que dio, Charles y John se despertaron de inmediato y muy alertas, justo como lo necesitaba.

La Joya Infernum (Percy Jackson Fanfic) Book 2. The Children of PoseidonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora