Recuerdos parte dos.

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Alicia

El auto en el que iba al famoso evento de reconocimiento iba con la lentitud que caracteriza a una tortuga,  y por otra parte mis ganas de estar allí estaban ausentes y aún más ausentes mis ganas de entregarle ese merito a Raquel, después de lo malvada que fue en la academia y lo zorra que se volvió en el trabajo, es que a veces no sé cómo fue que en algún momento de nuestras vidas sucedieron cosas.
Al fin llegue al salón, todos los invitados en sus trajecitos patéticos casuales. Miren que en estos eventos son los únicos momentos donde se puede ver bien vestida a las personas que trabajan en la policía.
Estaba sumergida en mis propios pensamientos, caminando si ninguna dirección, quizás huyendo de las personas para no tener que ser educada y saludar, y sin saber en qué momento, ya estaba en una puerta que sería la que daría entrada al recinto donde se desarrollaría el acto.

Alicia: Buenas noches- dije a un grupo de uniformados que estaban al pasar la puerta- Buenas noches respondieron ellos sin dejar de mirarme, será que vieron un fantasma detrás de mí-.

Antoñanzas: De.tec.tive- dijo el hombre con su boca abierta y una lentitud al pronunciar cada sílaba de la palabra-.

Alicia: Antoñanzas -dije asintiendo con la cabeza y mirándolo-.

Antoñanzas: Jamás la había visto tan arreglada- me dijo, y la verdad no supe si sentirme halagada o decepcionada, y es que venga el hombre solía verme en jeans, camisa con chaleco antibalas y empuñando un arma las 24 horas de día, era justo que se asombrara al verme con un estilo diferente-.

Alicia: Ocaciones querido compañero, ocaciones- sonreí- Y ¿ya llegó nuestra homenajeada de la noche?- le pregunté y es que no veía a Raquel por ninguna parte-.

Antoñanzas: Aún no llega -dijo el hombre, y recordé que era una costumbre de nuestro personaje-.

La primera entrada en la academia solía ser a las 7 de la mañana, un trompeta muy al estilo del ejército era soplada en el patio principal del instituto, se rendía honores a la bandera y un minuto de silencio a los policías caídos en labor.

Encontrar las aulas de clase era una tarea demasiado difícil para alguien que no sabía manejarse entre las personas y la multitud, pero si me lo proponía lo conseguía, además no iba a permitir que estos idiotas que tenía como compañeros, se siguiera burlando de mi.

Después de caminar durante varios minutos por los pasillos, al fin encontré él aula donde tendría la clase, para mi suerte al entrar estaba vacía, pude elegir sin presión donde sentarme y tome uno de los primeros asientos, mi vista no era muy buena y por eso usaba lentes de contacto. Estaba sumergida en mi libro cuando escuché la puerta abrirse, era Raquel, la misma chica que se había burlado de mi el día anterior, podría parecer una tontería, pero a los 16 años aún hay cosas que te marcan si no tienes una buena autoestima que era mi caso, apenas entro la miré y baje la mirada al segundo exacto, no quería verle a la cara, me sentía intimidada, entró sola y juro que podía escuchar sus pasos acercarse a mi, y en efecto, alce la mirada y allí estaba parda frente a mi puesto.

Raquel: Oye -me dijo y sentí que debía mirarle a los ojos pero es que no podía, así que solo subí la mirada y traté de fijarla en algún lugar específico, pero fracasé, de alguna manera sus ojos me atraparon- Quería pedirte una disculpa por lo que sucedió ayer, no quiero que pienses que soy una perra de mala sangre- dijo y soltó una risita-.

Alicia: Tranquila no pasa nada- fue lo único que dije-.

Raquel: Por cierto soy Raquel -dijo extendiendo su mano, como si no hubiese escuchado yo su nombre ya- tú eres Alicia ¿si?- asentí- vale, entonces empecemos de nuevo Alicia.

Raquel: Alicia Sierra -escuche y me vi obligada a salir de mis recuerdos, su voz, aquella voz que no había escuchado hace mas de 5 año-.

Alicia: Raquel -me giré y la miré, eran aquellos ojos, seguían siendo aquellos ojos que me atraparon, sentí un torbellino de recuerdos, no era posible-.

Tan mía como de nadie. // Ralicia / Alicia & RaquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora