Tantas tantas pecas

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Alicia.

Pase semanas sin saber nada de Raquel, y lo único que podía pensar era que realmente había estado muy mal, aquel beso honestamente para mi fue algo lindo, pero no me había dado la oportunidad de pensar en ello, porque la cabeza solo la tenia dando vueltas en sus palabras de que no seriamos mas amigas, durante todas las clases ella me había evitado por varios días, intente buscarla, pero me rendi ante sus ganas de no hablarme.

Raquel.

El beso que me había dado con Alicia me había movido muchísimas cosas, es decir sabía que quería a Alicia, ella era mi mejor amiga, pero cuando nos besamos, sentí cosas muy diferentes, cosas que ni si quiera sentía cuando besaba a algún chico. Me confundí muchísimo, mis sentimientos hacia ella y hacia mi misma se confundieron, esa noche pegue los ojos y a la mañana siguiente tuve una idea absurda de que alejarme de Alicia haría que se me pasara todo, pero, por el contrario, toda la semana la había extrañado muchísimo, sus chistes malos, sus bromas, sus historias, todo. Así que hoy iría por ella a su casa para solucionar las cosas.

Alicia.

Me desperté con algo en la cabeza y era que hoy hablaría con Raquel, si de verdad me quería fuera de su vida lo haría sin mirar atrás, pero si por el contrario quería arreglar las cosas yo estaba dispuesta. Debía salir mas temprano para poder alcanzarla antes d ella hora de entrada. Me vestí lo más rápido que pude, baje a la cocina y metí rápido unos panes con mantequilla de maní al bolso, debía servir la comida a mi padrastro, pero se me haría mas tarde, venga que por un día que no lo haga no va a pasar nada, pensé, Sali de la cocina y me lo encontré de frente.

Padrastro: ¿A dónde vas Alicia- pregunto con un tufo a alcohol como si llevara semanas bebiendo-.

Alicia: Venga debo llegar temprano hoy, ¿puedes servirte la comida tu?- le pregunte-.

Padrastro: y para que es que estas tu si no es para servir la comida-dijo-.

Alicia: En serio voy tarde- intente pasar y me sujeto del brazo muy fuerte-.

Padrastro: Alicia me tienen artos tus berrinches y no lo voy a permitir- su aliento era en serio alcohol puro- Estoy cansado de ti- me sujeto la cara con fuerza-.

Alicia: ¡¡No me toques la cara!!- le grite, lo odiaba-.

Padrastro: Esa cara la toco cuando y las veces que yo quiera-.

Alicia: ¡¡BASTAA!!-grité- basta ya- se quedó mirándome y lo próximo que sentí fue su mano pesada golpeando mi rostro, sentí una tonelada de peso que lanzo mi cuerpo delgado al piso-.

Padrastro: Levántate mocosa- dijo y me levante del suelo mientras con mi mano tocaba mi labio, lo había roto y sangraba; venia de nuevo hacia mi y puse mis manos frente a mi para cubrir mi rostro-.

Alicia: NOOOO- grite y de pronto el cayó al suelo dejándome ver detrás de el a Raquel con un rodillo de tortas en la mano, le había pegado con el hasta noquearlo, la vi y salte a abrazarla mientras lloraba.

Raquel: Esta bien esta bien- me abrazaba- estoy aquí Al, estoy aquí- me aferre a ella con unas fuerzas increíbles implorándole-.

Alicia: No me dejes por favor, no me deje-le rogaba, sujeto mi mano y salimos de allí, caminamos hasta llegar a su casa- Raquel no quiero que tu mama me ve así -le pedí-.

Raquel: tranquila que está en el trabajo ahora- Pasamos a la sala- Mírate esa carita- dijo sosteniendo mi rostro entre sus suaves manos- déjame ir a buscar para limpiarte- se levanto y en menos de dos minutos había vuelto con alcohol y algodones- Vamos a limpiarte ven- comenzó a hacerlo- Alicia debemos denunciarlo esto es demasiado- dijo mientras untaba algodón con alcohol- Ese hombre es un abusador y debe estar en la cárcel, una cosas so empujones, pero si no llego te mata niña- dijo y siguió limpiando la herida-.

Alicia: AYYYY- chille, dolía, ardía-.

Raquel: Aguanta por favor, ya casi termino- dijo y continuo-.

Alicia: ¿Por qué fuiste a casa? -le pregunte, me miro y cerro sus ojitos achinándolos-.

Raquel: Necesitaba que habláramos, no estamos nada bien y yo no me sentía bien estando como estábamos- escucharla decir eso me hizo sentir mejor, porque también yo había pensado en buscarla-.

Alicia: Tampoco yo me sentía bien Raquel, venga tía que si no quieres que hablemos del beso no hablamos, que, aunque para mi significo muchísimo, no hablamos i no quieres, que es que no quiero perder tu amistad- hablaba muy rápido, suelo hacerlo cuando estoy nerviosa- que tu amistad para mi es lo mas importante, no hablamos si no quieres, lo prometo, es más lo juro-.

Raquel: Calla ya Alicia- y junto sus labios con los míos, pero esta vez el beso fue diferente, duro más, podía sentir como ella en serio quería probar mis labios, mi sabor y yo igual con ella, queríamos más, olvide el dolor de mi labio roto-.

Raquel.

Allí estaba besándola de nuevo, besándola para que se callara y porque deseaba besarla, los labios de Alicia se sentían tan suaves, tan dulces, sujete su cuello para acercarla mas a mí, sus cabellos rojos e enredaban en mis dedos, quería mas de ella, de su sabor, estuvimos así un par de minutos, hasta que finalizamos el beso, pero allí estábamos frente a frente- No me había fijado que tenias tantas tantas pecas, nunca podría contarlas todas- dije mientras tocaba sus pequitas y ella sonrió, sonreímos ambas- Prométeme que vamos a denunciarlo, mira como te ha dejado la carita- dije mirándole el labio que me había besado antes-.

Alicia: Creo que esta vez si- dije-.

Raquel: Ven acurrúcate conmigo, debemos hablar de muchas cosas, pero ahora solo estemos acá tu y yo- dijo y nos acurrucamos.

Tan mía como de nadie. // Ralicia / Alicia & RaquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora