Sus pecas al sonreir.

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Raquel: Pues yo no lo creo sabes- me miro fijamente a los ojos- te conozco Alicia, te conozco muy bien mas de lo que nos gustaría, y se que me estas mintiendo- dijo- Es que puedo sentir como se te acelera el pulso solo con mirarte el cuello- dijo y con su dedo rozo delicadamente el cuello por donde pasaba mi vena yugular la cual estaba delatándome, latiendo a todo lo que daba-.

Alicia: No sabes nada de lo que estas hablando, lo que yo pude haber sentido por ti, quedo 5 años sepultado en el pasado y tu debes respetar eso, así como debes respetar a tu esposo-.

Raquel: Un esposo por el cual no siento nada y tu sabes muy bien porque es mi esposo- dijo y ahora acomodo un poco mi flequillo- Estas hermosa como siempre-.

Alicia: Venga Raquel -me quite de su contacto y es que iba a desmayarme- Ya no somos unas adolescentes, ya estamos bástate grandecitas para estos jueguitos de toqueteo-.

Raquel.

Los días en la academia pasaban demasiado rápido para mi gusto, ya podía diferencias cual sería la línea por la cual me iría, amaba disparar, el polígono de tiro era uno de mis lugares favoritos, y el laboratorio ni se diga, allí nos había formado en pareja con otro alumno para trabajos por el resto del año, siempre sonrió al recordar como fue que quede de pareja con Alicia Sierra, que ahora llamo mi Alicia, como si fuera un perrito me sigue para todos lados, muchos lo ven mal, pero yo realmente si la considero mi amiga, aunque a veces pueda ser extremadamente rara, es una buena persona.

Entre al laboratorio y me ubique en el mesón, no dejaba de reír sola al recordar lo de Alicia, quien me sorprendió en ese preciso momento.

Alicia: ¿Que tanto te causa gracia Raquel? - me pregunto-.

Raquel: ¿Venga Ali, estoy recordando como terminamos como pareja, recuerdas que no querías? – reí- realmente nadie quería estar contigo, pero ¿Por qué? - le pregunte-.

Alicia: Porque soy demasiado rara para todos, incluyéndote- dijo-.

Raquel: No tiene nada de malo que seas rara, eso te hace mejor que muchos acá- le dije, quería hacerla sentir bien- Mira yo siempre agradezco que los últimos dos papelitos que quedaron juntos en el tazón ese día, hayan sido los nuestros, ¿tu no? - le sujete las manos y sentí como temblaban- Alicia siempre te tiemblan las manos y las tienes frías, ven- sujete sus manos y las junte apretándolas con las mías- para que se te calienten- dije y le sonreí-.

Alicia: Gracias- dijo sonriéndome, realmente lucia muy linda al sonreír, sus pecas se pronunciaban más y yo podía quedarme viéndolas mucho tiempo-.

La ceremonia estaba por comenzar, Alicia se había dirigido hasta su mesa, y todos estaban ya acomodados en sus lugares, por otro lado yo debía irme al escenario y mantener un monologo de unos 15 minutos de porque estaba agradecida de recibir el honor, no quería realmente estar allí, pero días antes cuando pedí que fuera Alicia quien me lo entregara, supe que ella debía dar unas palabras en la ceremonia para mí, y realmente yo estaba allí para saber que diría ella, ese era mi única razón de estar allí.

Tan mía como de nadie. // Ralicia / Alicia & RaquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora