El beso

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Alicia.

El apagón llenó de oscuridad toda la sala, y yo solo podía sentir el cuerpo de Raquel presionando el mío, comenzó a temblar
Raquel: ¿que sucedió Alicia? -me preguntó y honestamente no sabía que era lo que estaba sucediendo-.
Alicia: Raquel se lo mismo que tú, nada - mi primer instinto fue llevar a Raquel detrás de mi y sacar el arma que traía en la cintura-.
Raquel: ¿traes arma?- me preguntó como si no supiera ella que siempre tengo conmigo mi arma reglamentaria-.
Alicia: Sabes que si -Raquel estaba demasiado rara no había reaccionado de la forma que siempre reacciona, está no era la Raquel que yo conocía-.

Quiero que todos permanezcan en sus lugares, esto podrá terminar rápido si me entregan a Raquel -se escucho una voz gruesa decir las palabras y seguida de ellas una ráfaga de disparos hacia el techo acompañado de gritos de personas.

Alicia: Te quieren a ti -dije al mismo tiempo que ella lo dijo-.
Raquel: Me quieren a mi- reacciono ahora si sacando su pequeño revólver de la cintura- ven conmigo - dijo y cómo si pudiera ver en la oscuridad me sujeto de la mano y me llevo con ella por lo que parecía ser un pasillo angosto, nos pusimos de rodilla, mal momento para traer vestido - Está gente son del cartel mexicano que acabo de desmantelar Alicia-.
Alicia: Venga pero como sabes eso-le pregunté-.
Raquel: Recibí una nota, amenaza, no se, cómo le quieras llamar, decía que si me presentaba en la ceremonia sería lo último que haría en mi vida-.
Alicia: Madre mía tía, pero ¿que fue lo que hiciste, mataste al jefe? -pregunté y ella puso a sus ojos en blanco y asintió- Raquel que has matado al jefe de un cártel mexicano y estás aquí recibiendo un cuadrito de vidrio, venga tía que deberías estar en África o en la punta del Everest pero no acá- Raquel sonrío-.
Raquel: Tú no cambias eh ojitos claros, sigues teniendo el mismo humornegro que me enamoró- dijo y sus palabras me dieron escalofríos-.
Raquel: Vamos a escondernos acá un momento a ver qué se me ocurre mientras logro comunicarme con Ángel para ver qué sabe el- saco su teléfono- Maldición no tiene casi batería - préstame tu teléfono Alicia- dijo y me paralice-.
Alicia: No..no.. usemos el tuyo hasta que se apague mejor-dije-.
Raquel: Bueno- asintió sin hacerle mucha cabeza a mis palabras- Debemos subirnos a la ventilación, es la única forma de poder ver lo que ellos están haciendo sin que ellos nos miren a nosotros, se por donde ir sígueme Alicia-.

Aquellas palabras me transportaron a otro lugar y otro tiempo muy lejos de acá

Raquel: Sígueme Alicia vamos a llegar tan tarde que nos nos van a dejar entrar -corría lo más rápido que podía detrás de Raquel pero es que venga la tía corría como en una maratón y mis piernas de pollo jamás me harían alcanzarle-.

Alicia: Creo que ya no llegamos Raquel -decía mientras corríamos los pasillos del instituto-.

Raquel: Que si llegamos- dijo y sujeto mi mano con más fuerza- Al llegar a nuestra aula nos encontramos con la puerta cerrada y una vez la puerta estaba cerrada no se podía interrumpir la clase ni entrar-.

Alicia: Te lo dije pero eres demasiado terca-dije y me senté agotada en el suelo-.

Raquel: Venga si no vamos a entrar a clase, no nos quedemos acá, tengo una idea -dijo y fuimos por nuestras bicis-.

Rodamos en ellas unos 45 minutos hasta llegar al El Lago, el lago pues era un lago donde iban los estudiantes a nadar los fines de semana, donde hacían fiestas de fraternidad o donde podías ir a pescar o sólo pasar el rato, nunca había venido, pero decirle que no a Raquel era iniciar la tercera guerra mundial.

Raquel: Ahora que somos unas fugitivas de clase, tenemos tú y yo un secreto Alicia -dijo colocando una sábana en el césped y sentándose haciendo seña para que me sentara junto a ella-.

Alicia: Pues no es el único eh- dije, con Alicia había pasado buenos y raros momentos debo decir, nos volvimos muy unidas durante en instituto y a veces ella se quedaba en casa, la mayoría del tiempo era yo quien iba a su casa, cualquier cosa por no estar en mi casa con mi padrastro y su asquerosa bebida, habíamos creado un vínculo que solo ella y yo entendíamos y estaba bien, nadie más tenía que entender-  Ya tengo el secreto de tu beso con Julián - dije y ella sonrió-.

Raquel: Que asco, no me hagas recordar, fue asqueroso-dijo colocando cara de asco-.

Alicia: Venga que seguro no besa tan mal -le dije cómo si yo supiera algo de besos, en mis 17 años nunca había besado a ningún chico- Que mira que se te veía en la cara que lo disfrutaste- le bromeé mientras ella se recostaba en mis piernas-.

Raquel: Por Dios Alicia, fue asqueroso, incluso tú debes besar mejor que ese tonto- dijo y sentí que mi corazón se detuvo, pude sentir como mis mejillas se coloraban cono una manzana, Raquel se levanto y se puso frente a mi -apuesto que tú besas mejor que Julián- dijo y se acercó ¿pero que estaba haciendo?-

Alicia: Venga Raquel que como vas a saberlo si nunca he besado a nadie para contarte-le dije, las piernas me temblaban de los nervios-.

Raquel: Ven- dijo y sujetó mis mejillas con sus manos, se acercó a mi más y me acercó a ella, lo que hice fue cerrar mis ojos, hasta que sentí sus labios presionar los míos, sus labios suaves y un poco húmedos, presionando los míos en una mezcla de dureza y sutileza, la yema de sus dedos acariciaba muy lento mis mejillas y el beso se alargaba a lo que parecían minutos eternos hasta que se separó-. Wao -dijo-.

Tan mía como de nadie. // Ralicia / Alicia & RaquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora