Cruel

Dos

C O L E T T E

- Mierda -dijo él.
Todo el mundo se paró y se calló, nadie gritaba simplemente miraban. Recuerdo la sensación terrible de aquel momento, donde todos callaban ante lo que estaba pasando.
El chico que no sabía su nombre miraba confundido, Aarón estaba con la boca ligeramente abierta.
Miré mi mano y una gota de sangre había caído de mi nariz.

Todo el mundo se apartó y en el gran circulo de personas que nos rodeaba una parte se apartó para dejar paso al director.
- ¡Aaron vaya a mi despacho inmediatamente! - señaló al chico - ¡ Y tu Mike también!
Me miró.
- ¿Usted es la nueva y ya esta metida en problemas? ¡También a mi despacho!

Mire a Bella que me dijo que me esperaría a que saliera, cogí un pañuelo y lo puse en mi nariz. No me podía creer que llevar aproximadamente cuatro horas en ese puñetero pueblo y ya hubiera pasado eso.

Aaron y Mike se sentaron en los laterales del gran despacho de el director y yo me senté en medio. El despacho de madera olía a tabaco y recuerdo el rechazo que me provocó el fuerte olor al encontrarme mareada por el dolor de la nariz.

- Que alguien de vosotros dos me explique que ha pasado -dijo en tono serio el director
-Teníamos un trato y... No-o coincidíamos el día de-e de quedar los dos y nos hemos peleado, pero somos buenos amigos -dijo el chico, el tal Mike. Mike sonrío falsamente, uan gota de sudor resbalaba por su frente y miraba nervioso la situación.
-Sí, es cierto -dijo Aaron frio.

No se lo creía nadie.

-Está bien, pero tienen que m pasar mañana una hora en la sala de castigo los tres, por el escándalo, y usted...- Me miró con un rostro confuso al verme ahí.
-Colette, Collete Shields -contesté al director
- ¿Qué hacías en medio de la pelea ? -habló el director.

Tenía que decir la verdad, no podía dejar que nadie se saliera con la suya, si yo salía mal.
Pero sabía que Aaron no lo había hecho queriendo. Él no me quiso golpear.

-No, no me di cuenta y pase al lado, Aaron me empujo y caí al suelo, por eso me sangra la nariz, no tengo que ver nada con la pelea ni con ellos -mentí. 
Aaron me miró y miró al director.
-La empujé sin querer, yo no pego a mujeres - Dijo mirando al director. De refilón me miró unos breves segundos. Estaba nerviosa, era una situación jodidamente rara y enfadaba haber acabado ahí por ser metomentodo.
-Bien, pueden salir.

Salí por los pasillos y el tal Mike se fue corriendo (más bien cojeando ) yo anduve por los pasillos y alguien me tiró del brazo.

-De verdad, lo siento, no quería haberte dado, no iba para ti, gracias -habló Aaron. Hablaba muy confiado en sí mismo, mientras yo todo lo contrario me ponía nerviosa que me hablara de una forma tan directa después de todo lo ocurrido.
-No te preocupes.
- Te debo una, acuérdate.
-Vale -asentí.

Bella estaba sentada en las escaleras con su móvil.
- Bueno Colette, me tengo que ir ¿Vas tu sola a casa?
-No, mi padre viene a buscarme.
-Vale, mañana nos vemos -dijo y yo le contesté con una amable sonrisa.

Me senté en las escaleras, Aaron salió y se quedo de pie al lado de una moto, sacó su móvil y comenzó a hablar alzando las manos y en alguna ocasión gritando.

El tiempo pasaba, yo seguía esperando y Aaron seguía hablando por teléfono.
Un mensaje me llego al móvil y lo desbloquee Rápidamente.

Papa:
"Colette, no puedo ir a buscarte, Cathy tiene función de teatro en el colegio "

Cathy, era la hija de mi padre y Anne. La niña que ayer me "recibió" con mis mismos ojos.
Esa frase una de las frases que mas me dolió. Recordar que él había querido hacer una vida en la que yo no había sido invitada.

Pensaba en Cathy, la suerte que tenía con un padre que le pueda llevar a su función.
Ya no recuerdo que es eso, hace años que no tengo padre, bueno, como si no lo tuviera.

La casa estaba a siete kilómetros, demasiados para ir andando.
Me acerqué a la moto de Aaron y esperé a que colgara la llamada. Ni siquiera sé que me impulso a que tuviera la valentía de hacer eso pero el día había sido jodidamente raro asique por una gilipollez mas.

- ¿Recuerdas que me debes una ?-dije.
Asintió mirándome de arriba abajo. Me puso algo nerviosa pero seguí con firmeza hablando.
- ¿Puedes llevarme a mi casa?
Suspiró. 
- Solo, porque te debo una .- Creo que no le hizo gracia tener que verse relacionado conmigo pero aceptó.

-Es ahí - dije.
Baje de la moto.
-Gracias.
- No hay problema, si quieres te llevo todos los días, me pilla de camino mi casa esta en la calle justo a la vuelta .- Me sorprendió, hablaba en un tono totalmente deferente después de haber presenciado todo el acontecimiento- ocurrido a la tarde.
- ¿Enserio? Si no te molesto por mi genial
El asintió y se fue en su moto. Una moto color negro mate que se escuchó por todo el vecindario cuando Aaron aceleró. Como odiaba cuando los chicos hacían esas gilipolleces con la moto.

Entré en el salón y Anne estaba mirando por la ventana. La verdad que la casa de papa estaba bien, muebles buenos, bonito ambiente. Todo aquello no me convencía recordando a mama sola y el mientras tanto en su nueva vida.

- ¡¿ Quién era ese extraño ?! -gritó.
-Él que me ha traído, porque si no fuera por él seguiría en el instituto .- Me miró incredulo al verme gritar y enfrentarme a él. No recordaba a su niñita así.
-Menuda hija... No lo conoce de nada... ¡Y se sube en su moto! -gritó la maldita Anne. 
- ¡No me llames hija! ¡Tu no eres mi madre! ¡Eres una cualquiera que has conseguido a mi padre!
Ella me miró. Me pareció ver que una sonrisa aparecía en su rostro.
-No me faltes al respeto - dijo en tono neutro.
-Sabes que es la verdad.
Las lagrimas estaban a punto de salir, pero aun no. No iba a permitir darle la victoria a Anne de que me viera llorar.
Subí a mi habitación

"Ni siquiera es mía, la mía esta en casa de mamá " pensé.

Me tire en la cama y después de diez minutos apareció mi padre con Cathy.
Escuché toda la conversación que decían, Cathy se fue al jardín.
Anne y papa gritaban y lo peor era que todo lo escuchaba perfectamente. Me alegré porque se gritaran entre ellos, así me dejarían tranquila.

- ¡No voy a soportar una adolescente así en mi casa durante un año! - Gritaba Anne
- Es mi hija, y lo manda el juez - dijo papa. Se me encogió el corazón al ver como nombraba al juez, él ni siquiera quería que tuviera un mínimo de implicación en su vida.
-Pues más vale que mejore - terminó Anne.

Ahí las lagrimas si que salieron.

Lo que ellos no sabían, era que los veía desde que tenía catorce años.
Cree una cuenta en Facebook, no se me ocurrió otra cosa mejor que hacer, que buscar el nombre de mi padre.
Me metí en su perfil.
Cada día, 365 días durante dos años me metía en su cuenta y miraba sus fotos.
Felices, con Anne, Cathy de pequeña. 
Navidades, cumpleaños, vacaciones, viajes... Como si él viniera de otro planeta y tuviera una vida totalmente diferente.

Era como tener una herida, y cada día empeorarla más.

El año pasado, cuando tenía dieciséis años, me bloqueó, para que no pudiera seguir viéndolo.
Eso fue lo peor.
El daño ya no se puede arreglar.