Dieciséis

21K 1.1K 119
                                    


C O L E T T E

Aaron decía que nunca había ido a una boda.

También me dijo que no tenía traje porque nunca había usado uno.

— Pero es que son para niños de papa ricos — hablaba frustrado Aaron a través del teléfono.— ¿ No puedo ir con un chándal de nike nuevo ?

Me reí en toda su cara la verdad.

— ¿ Qué ? ¿ No lo dirás en serio ? — Aaron guardo silencio. Iba en serio.

— Aaron tienes que ir con traje.

— ¿ Pero, hay tiendas solo de trajes ?.

Sonreí ante la pregunta. Aaron no tenia ni idea.

— Claro y también tienes que llevar corbata.

— Esta tarde vienes y me acompañas.

— Vale, además yo tengo que comprar un vestido.

- ¿ No tienes ? Pero si las princesitas llevan vestidos .- el rio y pude imaginarme su sonrisa mostrando sus blancos dientes.

- Cállate .- Y reímos los dos.



- Papa .- de verdad que me dolía llamarlo papa. Para mi era como un puñetazo directo en todo el hígado. No merecía el nombre de padre.- Dame dinero para comprar el vestido.

Me miro con mirada perdida mientras sujetaba la botella de Ron.

- ¿No te puede dar tu madre? - Sera cabrón .

- Claro. Su marido se casa, su hija tiene que ir obligada a la boda y le va a comprar ella el vestido.

- ¿ No tiene dinero o que ? S-si trabajaba como puta ¿ No ?

Sin darme casi tiempo a procesar sus palabras ya una lagrima caía.

- Eso pregúntaselo a tu mujer.

Me di la vuelta para salir de esa casa de locos y él levantó la botella y rio.

- A tu salud .- Levanto la botella y la tiro en mi cabeza cayendo al suelo y quedando inconsciente en un mundo que era en cualquier aspecto, mejor que el mío.



A A R O N 


"  ¿ A que hora paso a buscarte ? "

" Coletteeeeee"

"EOOOOOO"

" ¿ He hecho algo malo y por eso no contestas ? "

" Colette, por lo que quieras responde "

" ¿Donde estas ?"

" ¿ Que e hecho? "

" Colette por favor dime que te he hecho para que me ignores "

" Colette han pasado 2 horas, voy a tu casa "

" Llámame "


Aparque la moto y subí los escalones de la casa de Colette. Llame a la puerta y nadie contesto.

Me apoye en el marco de la puerta y llame a Colette.

Nadie contesto pero un teléfono sonó dentro.

La ventana de la cocina estaba abierta así que entre. Desde los catorce años había entrando en alguna casa que otra para robar algo. Hasta un tonto puede hacerlo.

CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora