Veintiuno

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A A R O N 

Colette lloraba. Lloraba mucho y yo no podía dejarla aquí. Simplemente no podía.

No se porque pero la vida intenta apartar para siempre a las personas que tengo a mi al redeor. Dejándome totalmente solo con mi sombra.

Pero llega un día que la conoces. Conoces a esa persona que sin haber visto el verdadero lado de tu personalidad esta ahí; Diciéndote que " Tranquilo, yo estoy aquí ". Intenta calmarte, intententando ayudarte a esconder tu verdadero yo. El lado malo y cruel.

Y no quiero que Colette se vaya porque se que ella es la siguiente. Por que se que la vida va a querer apartarla de mi como hace con todo.


- No pasa nada. Volveré dentro de poco .- La abrace tan fuerte que tenia miedo de que se rompiera.

Ella solo lloraba en silencio.

- En cuanto cojan mi caso y me dejen irme a casa, estaré en la ventana de tu casa esperándote con la moto .- Le sonreí y ella rió.

Subí al autobús. Era un autobús demasiado pequeño para la cantidad de chicos que estábamos allí porque seriamos unos veinte.

Me senté detrás de un chico con la cabeza rapada. Detrás de su cuello llevaba un tatuaje que ponía:

" Que te jodan "


Bajamos del autobús a una especie de descampado de tierra. Mi maleta era un saco de cuero marrón y el ansa estaba totalmente rajada.

Un hombre de unos treinta años que mediría dos metros salio de un edificio.

- Bienvenidos a Walle .- Levanto sus musculados brazos señalando el edificio donde acababa de salir.

El edificio parecía totalmente abandonado y tenia tres pisos. Lo que algún día fue un jardín ahora eran arbustos y matorrales sin cuidar, había ventanas sin cristales y el edifico en si parecía que el cualquier momento se cayera abajo.

Un chico asiático extremadamente delgado grito a mi lado.

- ¡¿ Que jodida mierda es esto !?

Todos entramos dentro y por dentro era mucho peor.

Los muebles eran totalmente de hace por lo menos un siglo y ni siquiera había luz en el pasillo. Entramos en una especie de salón donde había como veinte chicos apoyados en las paredes, mirando un viejo televisión de caja o sentados en sofás sucios.

Los nuevos, nos apartamos a un lado y el hombre de antes se puso en medio mirándonos.

- Voy a repasar las normas de Walle .- Saco un papel doblado en varias partes del bolsillo trasero de su pantalón - Esta prohibido el uso de móviles; Los móviles serán requisados hasta que salgan de Walle. Solo podrán hacer llamadas con nuestro teléfono fijo los domingos. No se pueden salir entre semana, solo se podrá salir en casos específicos, los domingos , si se a tenido un buen comportamiento.

Esta absolutamente prohibido fumar cualquier tipo de sustancia sea tabaco u otra sustancia. Están prohibidas las visitas entre semanas y tan poco se pueden usar servicios de prostitutas. Prohibido el asesinato aunque sea en defensa personal...


(...)


Había habitaciones de tres, de cinco y de ocho personas. No se podía elegir y tampoco podíamos elegir los compañeros.

CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora