Ayurnamat

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Astrid:

—Llegue y no preguntes como me fue porque ese maldito me pegó una cachetada en el restaurante que casi me deja tonta del golpe— hablo en voz alta después de tirar la maleta, llaves y todo lo que tengo al alcance en la mesa y dirigirme hasta la cocina.

Abro la nevera observando como la mayoría de las cosas en ella son líquidos y botellas de agua. Llevo una botella de agua a mis los labios para darle un sorbo mientras cierro la nevera. Voy a dar media vuelta, pero mi alma deja mi cuerpo antes, dejándome en una posición totalmente rara y petrificada hasta que reacciono poniéndome cuerda de una vez por todas.

Mamá está parada pegada a un lado de la cocina con los brazos cruzados observándome fijamente como un maldito carroñero.

Pensé que no había nadie.

Suelo imaginar como seria tener una familia común, llegar a casa contarles a tus padres como te fue, cenar juntos, hablar de cosas triviales. Esas familias que te pintan en las películas, la realidad es que hasta imaginarlo es algo que me cuesta demasiado.

Bromear con ello se ha vuelto parte de mi rutina. Suelo fingir que todo es normal, que esa familia a salido de la pantalla para ser mía ahora. No sé cuándo comenzó a hacerlo solo me di cuenta de ello cuando ya era una costumbre y ahora mama lo sabe o tal vez solo lo va a ignorar.

—Quien era el muchacho? — dice dándome la razón y apoyándose en la mesa.
—¿Muchacho? —

Le ofrezco la cara más confundida posible. Seguro estuvo en la ventana esperando que llegáramos. Suele volverse un poco más histérica cuando los escándalos son fuertes y este no va a ser la excepción especialmente cuando fui yo la que lo inicio.

—El que te dejo en la puerta Astrid, no te hagas la estúpida. —frunce el ceño haciendo que dirija mi vista a otro lado. Si no la conociera pensaría que esta preocupada por con quien me junto.

— ¿dónde está tu hermano? ¿no entendiste? Te dije que lo vigilaras, ¿otra vez se te escapo? —suspira, viendo que no le voy a contestar nada. Luego toma asiento en una de las sillas. Sigo tomando mi agua dirigiéndome a las escaleras tratando de ignorar el hecho de que ella se encuentra en el camino.

Me toma del brazo bruscamente, haciendo que la botella caiga en el piso. No le importa, no le importa que es suelo este mojado, no le importa la fuerza que esta colocando en el agarre, no le importa gritar con ira...
—Llama a Issac y dile que lo quiero aquí es ya. Tu maldito escandalo nos tiene en el foco de la prensa, si esta con amiguitos vamos como ese Dal—

—Mamá— la corto, soltándome de su agarre y parándome frente a ella. Trato de que no me tiemblen las manos. Trato de que la respiración no se me corte...

—tenemos edad suficiente para despreciarlos a ti y a papa. Estamos haciendo lo que quieres, estudiamos. Este maldito escandalo como lo llamas no va a hacer nada. Él va a encontrar la manera de solucionarlo. No tengo amistades y tampoco salgo con nadie, voy a los eventos que ustedes quieren, estoy en las reuniones de quieren. Practico los deportes que me indicaron, clases de baile, clases de música, eventos de la empresa, reuniones con accionistas ¿Tengo que seguir? Porque sabes perfectamente la mierda que hago por ustedes-digo sin controlarme, me cuesta demasiado.

Siento que me estoy quebrando...

—Ese fue el trato que hiciste con él para que tu hermano tuviera estas libertades, no entiendo tu queja— su mirada me muestra que no le importa todo lo que le saque en cara, alguien que no es capaz de sentir el dolor de sus hijos no es madre...
—Solo olvídalo—subo hacia mi habitación.

<<Gracias mamá me duele el cachete, pero estoy bien. ¿porque me pego?, uh para que te digo si te vale una mierda >>

Issac Francis:

Be you...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora