Extra 4

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Kojiro estaba decidido en crear el lazo con Miya, eso era un hecho. Pero no sabía cómo acercarse al cachorro. Quería que todo se diera naturalmente entre ellos pero... ¿Cómo?

Era padre primerizo, padre de dos cachorros pequeños, la situación era muy diferente cuando se trataba de un adolescente de catorce años, casi quince.

El alfa se preguntaba cómo podría ser más cercano al pequeño Omega. Kaoru lo había motivado para tener tiempo a solas con Miya, pero siempre que estaban los dos solos, Kojiro se quedaba en blanco. Le era muy difícil entablar una conversación con el menor.

Primero que todo, ¿Qué le gustaba a Miya?

Sabía que al niño le gustaba jugar videojuegos y tenía una consola ( un nintendo switch ) pero poco sabía él sobre videojuegos y esas cosas. Nunca había sido bueno en ellos en todo caso.

Lo único que tenían en común era su pasión por el Skate. Fue así como Kaoru y él conocieron a los adolescentes y se hicieron amigos.

De vez en cuando le enseñaba un truco o le daba uno que otro consejo, pero el niño ya era prácticamente un profesional. No había necesidad de enseñarle algo que ya sabía y dominaba a la perfección.

Entonces...¿Qué podía hacer él para acercarse al menor? ¿Qué actividad o hobby los podía unir a ambos?

Se estaba esforzando, pero no se le ocurría absolutamente nada.

Kojiro suspiró derrotado.

Estaba en la casa cuidando a los cachorros. Hoy era su día libre y quería descansar en la comodidad de su hogar. Quería estar con su omega y con sus hijos.

Kaoru estaba a su lado, durmiendo en sus brazos, pero sus inseguridades lo despertaron de su placido sueño.

Sin duda las feromonas de un Alfa dominante eran muy fuertes e intensas.

—Mmm K-Kojiro...¿Qué sucede? —preguntó somnoliento el Omega.

—¿Cómo puedo acercarme a Miya? —le preguntó Kojiro, determinado en crear ese lazo.

Kaoru lo miró con una sonrisa suave y cansada. Se había quedado dormido después de haber amamantado y arrullado a Kazuki y a Kaori. Sus cachorros eran muy enérgicos, sobre todo Kaori, ella se parecía mucho a su esposo. Siempre lo dejaba agotado.

—Aún no has podido crear el lazo...—No era una pregunta.

—No... Y no se me ocurre nada para acércame de manera natural a Miya.—suspiró resignado—¿Cómo le hiciste para crear ese lazo con él? —preguntó interesado el alfa.

—Bueno... si te soy sincero... ni yo lo sé. Cuando vi a Miya por primera vez, supe que quería tener cachorros. —confesó el Omega con una sonrisa.

Kojiro lo escuchaba con atención, pero sorprendido con la revelación de su omega.

—Siempre que lo veía, sentía la necesidad de tenerlo en mis brazos, de cantarle, de cuidarlo... Para mi desde un inicio fue fácil. No tuve que planearlo como la mayoría de las cosas. Miya, mi pequeño cachorro, ya se había instalado en mi corazón. —ronroneó feliz el Omega.

El alfa estaba conmovido. Jamás imaginó que tendría a Kaoru en sus brazos ronroneando y siendo tan "maternal"

Kaoru siempre lo sorprendía de alguna manera. De eso no había duda.

—¿Entonces tengo que dejar que las cosas se den solas? ¿No tengo que indagar tanto en el lazo? —preguntó Kojiro más relajado.

El Omega se arrimó más hacia él, juntando sus rostros en un beso esquimal.

Los lazos que nos unen ✨🍵🌸✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora