Los lazos que nos unen ✨🍵🌸✨

Extra 5

Joe y Miya se miraban cara a cara. Ninguno había dicho nada todavía. Miya estaba nervioso pero a la vez expectante. Kojiro, por otro lado, estaba buscando las palabras apropiadas para iniciar la conversación.

Iba hablar sobre sexo y reproducción entre Alfas y Omegas con un adolescente. No era tan difícil, ¿Cierto?

—Miya... lo que viste recién en la habitación... —Kojiro se armó de valor para dar pie a la conversación.

—Mamá y tú iban a tener sexo, ¿no? —lo interrumpió el niño.

El alfa se atragantó con su propia saliva. No esperaba que el adolescente fuera tan directo. De alguna forma eso lo alivió un poco.

—Bueno...Sí...Creo que fue demasiado evidente lo que estábamos por hacer. —Kojiro soltó una pequeña risa nerviosa.

Miya lo observaba y escuchaba atentamente. Quería saber más. Más sobre la unión entre un Alfa y un Omega. Tenía que saberlo, después de todo, él también era un Omega como su "Mamá" La información que le diera Joe lo ayudaría en un futuro.

Kojiro notó que el adolescente estaba genuinamente interesado en el tema. Eso le sacó una sonrisa.

—¿Qué quieres saber? —preguntó el Alfa. Ya estaba más relajado para hablar.

—Bueno... La verdad no se mucho sobre la unión entre Alfas y Omegas. Lo poco que se es que es muy diferente a la reproducción entre Betas. He oído hablar sobre los nudos, el celo, la marca de unión y las feromonas, pero nunca he indagado más de lo necesario. Soy nuevo en esto de ser Omega como puedes ver. —confesó con timidez Miya.

—Ya veo...—suspiró. Luego se levantó de la cama y se acercó a la puerta —Será mejor que traiga algo de comer, ¿Qué quieres que te traiga, cachorro? —le preguntó amablemente.

—¿Eh...? ¿No me explicarás?

—Por supuesto que lo haré. Pero si vamos hablar de este tema, lo ideal es comer algo. Aún es muy temprano para cenar pero un pequeño aperitivo no estaría mal para acompañar la charla, ¿No crees? —propuso el alfa con una sonrisa.

—¡Oh! E-Está bien. Entonces quiero uno de los postres que trajiste el otro día. Un P-Panna Cotta, por favor. —pidió Miya.

—De acuerdo, un Panna Cotta será. —Kojiro le guiñó un ojo y luego salió de la habitación.

Al salir de esta, se encontró con su Omega. Kaoru se había bañado y cambiado de ropa. Estaba usando un yukata blanco con pequeñas flores de cerezo y su cabello estaba recogido en una trenza. Se veía como un ángel.

—¿Ya hablaste con él? —le preguntó ansioso Kaoru.

—No, aún no. Primero iré a la cocina. ¿Quieres que te traiga algo? —le ofreció el alfa.

—Mmm...sí... ¿Por qué no? Quiero un panna cotta. —pidió Kaoru.

Kojiro abrió los ojos sorprendido.

—¿Qué? ¿Por qué me miras así? —preguntó el Omega arqueando una ceja.

—N-No es nada. Es sólo que tú y Miya son tan parecidos. A los dos les gusta el mismo postre. No me había dado cuenta hasta ahora. —respondió Kojiro con una sonrisa triste.

—Kojiro...

Kaoru se acercó más a él y tomó su rostro en sus manos. Kojiro lo observó fijamente.

—¿Recuerdas lo que te dije?

—S-Sí... eso creo...

Kaoru suspiró.