Apuesta

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Los niños y niñas trataban de ignorar todas aquellas miradas de extraños, trataban de jugar igual que siempre, pero realmente era difícil, claro para unos pocos no tanto, ya que algunos tenían ese don, por así decirlo, de actuar, pero otros, otros simplemente no podían evitar sentirse nerviosos ante la sensación de una mirada fija en ellos.

Luego, se encontraba Ray, única persona que no le interesaba, ignoraba todas las miradas y por lo tanto estás lo ignoraban a él, a ninguna persona le parecía interesante un niño que no convive con los demás y que simplemente se la pasa sentado leyendo, los mayores no mostraban ningún interés en él, y eso, estaba bien para Ray.

Emma.- Ahh sigue sin gustarme del todo esto.
Habló saliendo de un lado del árbol en el que estaba recargado el azabache.

Ray.- Cuándo apareciste detrás del árbol? Hace un momento estabas persiguiendo a Chris.
Dijo un poco desconcertado.

Norman.- Olvidas que siempre tiene mucha energía, incluso creo que podría volar si quisiera.
Respondió saliendo del lado contrario del árbol del que Emma había salido.

Ray.- Cierto.
Dijo tratando de ocultar su molestia al estar rodeado de personas que parecían haber comido toneladas de azúcar y ahora eran igual de rápidos o incluso más que flash.

Norman.- Pero, Emma, habías dicho algo.
Habló al mismo tiempo que se sentaba al lado de Ray.

Emma.- Oh sí, este tipo de días son ahm... No tan buenos como otros.
Quiero decir, es muy lindo que nuestra familia sea poco a poco adoptada y tengan una vida como la de las demás personas, pero, me pone triste el no poder volver a verlos todos los días.
Dijo cambiando su sonrisa a una cara triste.

Norman.- No deberías ponerte a pensar en eso-

Fue interrumpido.

Ray.- Y qué querías? Que prácticamente vivieran aquí a pesar de haber sido adoptados? Ellos ya deben haberse olvidado de este lugar, quiero decir, teniendo tantas cosas y oportunidades con su nueva familia, por qué regresarían aquí?

Hubo un silencio incómodo.

Norman.- Hmm no, creo que eso no ayuda mucho.
Habló por fin, tratando de hacer menos incómodo y tenso el ambiente.

Emma.- Pero tiene razón.
Dijo con la mirada en el suelo y ese gesto triste en su rostro.

Anna.- Emma!
Gritó  mientras  se  acercaba  a los tres mayores.
Podrías ayudarme llevando aquellas cubetas?
Dijo con una sonrisa.

Emma.- Claro!
Respondió levantando la mirada del suelo y con su habitual sonrisa, como si Ray nunca le hubiese dicho aquello.

Norman.- A cuántos niños crees que adopten?
Habló cambiando de tema.

Ray.- cuatro, supongo.
Esbozó sin apartar la vista del libro que estaba leyendo.

Norman.- cuatro? Has visto cuántas personas han venido?
Preguntó sorprendido por la respuesta del azabache.

El azabache cerró finalmente su libro, lo dejó en su regazo y comenzó a mover las manos.

Ray.- Si, pero tomando en cuenta varios aspectos como...

Aquí vamos de nuevo.
Pensó el albino, ya que Ray siempre buscaba explicar de la forma más difícil de comprender sus argumentos, haciendo a quien le escuchaba pensar demasiado, tanto que incluso sus pensamientos se confundían; aunque, de igual manera el azabache resultaba teniendo la razón, y así era siempre.

Ray.- Y es por eso que he decidido retractarme, creo que no serán cuatro si no cinco personas a las que adoptarán.

Norman.- Eh? Oh sí, tiene bastante sentido.

Esto es ¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora