Todo bien... Por ahora

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Cuatro y treinta de la mañana, Norman realmente no podía dormir con tan sólo recordar que había lastimado a aquella persona tan especial para el por el simple hecho de negarse a intentar por lo menos de llevarse bien con Oliver.

Pero no era culpa de Oliver, y el lo sabía, tampoco era culpa de Ray, incluso el mismo pensaba que juntos se veían como si desde siempre hubiesen estado destinados a ser amigos, y eso, le molestaba de cierta forma, porque claro, quién no se sentiría mal cuando de repente llega un extraño a robarte a tu mejor amigo.

Era eso, Norman no odiaba a Oliver, mucho menos a Ray, sólo odiaba la idea de no poder volver a ser él quien se recostara al lado de Ray sobre el césped a ver las estrellas.

Tal vez era una idea muy dramática, pues Ray no se iría a vivir con Oliver, pero en esos momentos, Norman se sentía bastante mal.

Lo había arruinado todo.

Oliver era el primer amigo de Ray fuera del orfanato y él se había encargado de haberlo hecho sentir mal, había arruinado su visita a Grace Field, tal vez Oliver no volviera a visitar a Ray por miedo a que Norman le haga algo malo, anudado a esto, Ray se sentiría mal y triste ya que no entendería porque Oliver ya no los visitaría, si Ray estaba desanimado, él también se desanimaría y se sentiría mal el resto de su vida.
Y entre más pasaba el tiempo, más pensamientos como estos llegaban a la mente de Norman.

El no podía dejar que esa culpa lo consternara el resto de su vida, el en realidad no quería hacer daño a nadie.

Y, decidido, fue al lugar donde estaban Ray y Oliver, porque justo ahora, no importaba más su orgullo, o esos celos que ni siquiera el sabía que tenía.

Así pues, saliendo de entre los arbustos en los que estaba escondido ya hacía bastante tiempo, caminó tranquilamente hacía donde los chicos.

Ray.- Norman!?

Ray se sobresaltó al ver a Norman ahí sentado al lado de Oliver, ya que el anterior y él seguían en ese cálido y puro abrazo, abrazo mismo que se terminó al sobresaltarse el azabache por el susto.

Oliver no pudo evitar mirar sorprendido hacia el albino.

Oliver.- También quieres un abrazo?
Dijo aún conmovido por la escena y palabras tan lindas que Ray le había dedicado hacía instantes atrás.

Es realmente un tonto
Pensaba Norman.
Pero en realidad me llevo bien con tontos.

Él sólo veía en silencio.

Eso era toda la escena y así fue por lo que parecieron horas, un eterno silencio.

Luego, esté suspiró.

Norman.- Yo, lo siento.
No pudo evitar girar su mirada hacia el lado contrario del albino con mechón rojo.

De nuevo, silencio.

No era porque Oliver no aceptara las disculpas de Norman, el caso aquí era

Oliver.- Está bien, no debes preocuparte por eso.
Dijo sonriendo.

En efecto, Oliver no tenía ni la más mínima idea de el porque de las tan repentinas disculpas de Norman, pero para él, Norman era una persona buena, no podía ser algo malo después de todo.

Norman.- Enserio?
No podía creer lo fácil que había sido eso, vaya que Oliver era buena persona.

Oliver.- Si, porque no aceptaría tus disculpas?
Sonrió un poco confundido.
Después de todo,
Siguió hablando.
Supiste reconocer y aceptar que no era del todo bueno lo que hiciste.

No, Norman sólo no podía creer que casi le hace daño a alguien tan lindo cómo Oliver, que alma más pura tenía aquel albino.
Todo lo que le abrumaba a Norman desapareció.

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