Carta de Norman

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Norman parecía haberse adaptado bastante bien.

Se levantaba temprano para llegar temprano al instituto, al final había terminado en el mismo grado que Vincent, así que pasaba bastante tiempo a su lado, era agradable, también se llevaba bastante bien con sus demás compañeros, aunque la mayoría de sus amigos eran de diferentes salones, los viernes por las tardes salía con sus amigos, Peter lo permitía, ya que comenzaba a comportarse mínimamente cómo "un niño normal de su edad" y los fines de semana leía en el jardín.

Pero Peter era algo... Extraño, es decir siempre lo fue a la vista de todos.

En este caso su "raro" era darle unas "vitaminas" a Norman, las cuales se negaba a revelar el nombre.

.- ¿Si quiera las necesito en serio?

.- Claro, eres muy enfermizo y lo sabes, así que esto te ayudará.

.- Bueno, podrías tratar de argumentar lo que dices, tú sabes...

.- Tch, sólo tómalas.

Claramente era algo de sospechar, a pesar de llevar un tiempo viviendo con Peter, aún no creía poder depositar el cien porciento de su confianza en él.

A veces de hecho, sólo tiraba aquellas "vitaminas" por el lavabo.

En cambio, sabía que podía confiar en Vincent, y de tanto en tanto aprovechaba esa confianza entre ambos para contarle acerca de el misterioso señor Peter. Y Vincent de hecho, es muy bueno escuchando, así que eso era lo que hacía, escuchar a Norman, para después analizar la situación y, si lo veía prudente, dar su opinión sobre ello.

Porque claro, Vincent no creería que Peter fuese una persona totalmente cuerda, tampoco creía que fuese alguien loco, pero si era muy reservado, misterioso, y, había algo en él que le causaba intriga, desconfianza, incluso algo de miedo.

Los fines de semana, Norman aprovechaba para enviar unas cartas a Grace Field, en sí, eran dos, una para que todos pudieran saber que estaba bien, y otra a veces dirigida a Isabella, Ray o Emma, pero en su mayoría, el destinatario era Ray.
Era una carta donde contaba como le iba, pero sin poner todo de color de rosas, no como en la primera, en esa carta contaba como realmente se sentía y lo que pensaba.

"[...] Me eh enfermado un poco pero ah bastado para que el médico me diga que debo estar en cama un par de días, y seguro que no te impresiona tanto, de hecho, a mi tampoco, pero algo que me resulta fuera de lugar es que el señor Peter al enterarse que me eh resfriado se le ha iluminado la mirada y comenzó a automedicarme unas vitaminas, no lo sé, pero presiento que no debería estarlas tomando. [...]"

Algo que siempre llevaba la segunda carta era la dirección a la que debían envíar la carta de respuesta, si es que querían enviar una, y claro, la enviaban, lo menos que querían era cortar comunicación con el chico.

A pesar de no tener la compañía de Peter, Norman se sentía bien, tenía amigos, le iba bien en la escuela, salía más seguido, tenía inclusive un teléfono celular, pero casi no lo usaba como medio de comunicación, prefería los domingos por la tarde perderse en sus pensamientos escuchando música con un par de audífonos que Bárbara, una de sus amigas, le había regalado; a pesar de no ser muy de su estilo, a Norman le gustaban bastante, después de todo, había sido un regalo y cumplían con su función.

Pero había veces en que el albino se sentía demasiado melancólico, días en que lo único que pensaba era dejar todo y salir corriendo a abrazar a Emma y Ray, y contarles en persona todo lo que le estaba ocurriendo, y quizá, presentarles a sus amigos de la escuela, porque si bien, tenía una vida más lujosa a la que había tenido en Grace Field, era demasiado diferente, y aún más porque sus mejores amigos no estaban a su lado para experimentar ese estilo de vida.

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2023 ⏰

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