Jodida más allá de todo reconocimiento. Eso era como si toda su vida estuviera asi ahora. Izana gimió de dolor, se sentó y tiró de una larga cadena conectada en la pared.
Sus captores lo habían enganchado al final de la otra con un collar de cuero amarado alrededor de su cuello. No importaba cuántas veces había tratado, no había sido capaz de encontrar el cierre o la hebilla para quitarse esa maldita cosa.
Así que allí estaba, muerto de frío, de hambre, de miedo y tratado como un puto perro.
No era como él exactamente había planeado pasar el fin de semana. No es como si tuviera un verdadero plan. Pero estaba seguro como el infierno que nunca consideró ser secuestrado por un grupo de psicópatas. Temblando de miedo se preguntaba qué habían planeado exactamente para él.
Los ojos de Izana miraron fijo la puerta de acero con aprensión, preguntándose cuándo podrían venir por él.
Tomando una profunda respiración trató de dejar su ansiedad atrás. Aunque nada le gustaría más que ponerse en posición fetal y no volver a moverse, iba a tener que poner su cabeza a trabajar para encontrar una salida.
Recorriendo el área alrededor para encontrar una salida de escape, no encontró ninguna.
La única luz que venía de la ventana estaba muy alta, no podía ni llegar incluso si estaba de pie, había muchas sombras producidas por el sol en la habitación. Estaba en una celda de prisioneros y encerrado, bajo unas paredes de cemento gris, al igual que el suelo.
El único mueble era un sucio colchón, en el que
estaba sentado y un cubo en la esquina para usarlo en sus necesidades. Se estremeció esta vez pero no de miedo sino de frío.Todavía llevaba su uniforme pero ellos le quitaron su chaqueta.
También habían enganchado sus botas. Tal vez había sido porque los había pateado muchas veces cuando estaban con él en la parte trasera de la ambulancia.
Una vez que él se había perdido, destruyó totalmente uno de los gabinetes que revestían por dentro la ambulancia. Frunció el ceño acerca de los daños.
Seguramente su compañía se lo iba a descontar de su paga, ¿podían? Eso había ocurrido intentando defenderse de sus atacantes, por lo que no era como si lo hubiera hecho a propósito.
Notó que estaba ponderando algunas cosas tan triviales como el daño a la propiedad del trabajo cuando probablemente no iba a vivir lo suficiente para ver un mañana y mucho menos su próximo día de pago. Una risa ronca pasó por sus labios agrietados e hinchados.
Debería haberse perdido con las drogas que le habían dado y todavía estaban en su sistema. No tenía duda de que lo habían dopado, seguro. Eso podía explicar las alucinaciones que había tenido la noche pasada. Primero los hombres cambiaron de pájaros a humanos durante el viaje en la ambulancia. La memoria del viaje solo venía como breves instantáneas y destellos de dolor, miedo y horror.
Recordaba pelear y gritar. Recordaba que un robusto hombre lo mantuvo abajo en su propio maldito catre. Recordaba el miedo y la furia que tenía y cómo había rugido y los había reducido con sus garras.
Imposible. No, la droga está jugando con él aunque no podía recordar cuándo le habían puesto algo. Tal vez se habían colado antes de llegar a la tienda y habían puesto algo en el café.Izana sacudió su cabeza, la fricción del collar era dolorosa a través de su piel en carne viva. Todavía no tenía sentido. Era un don nadie, no tenía realmente amigos, no tenía familia. ¿Por qué alguien lo querría como blanco?
El picaporte de la puerta se movió.
El corazón de Izana se agitó en su pecho con miedo picándole la espalda. Alguien venía y tenía la sospecha furtiva de que no era la patrulla entrega de premios con un enorme cheque de cartón.
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Pasiones Primarias
ФанфикIzana siempre se había considerado a sí mismo un tipo bastante normal. Poco sabía que no podía estar más equivocado. Atacado por un grupo de hombres armados, luego de un tiroteo es secuestrado. Repentinamente despierta encadenado a una pared. No es...