Antes de apagar el vehículo, kakucho sabía que era muy tarde para salvar a la familia.
La vieja casa de la granja y los arboles de alrededor estaban en silencio. Solo muerte y sufrimiento venía de esa clase de silencio. Ningún viento susurraba a través de las hojas. No había pájaros cantando. Era como si cada cosa tuviera una respiración colectiva de miedo y estuviera sosteniéndolo.Salió y se paró enfrente del porche. En ese momento Mitsuya y Hakkai se le unieron. Kakucho podía decir por lo tensos que estaban, que habían tenido la misma sensación que él tuvo.
—No me gusta esto. —Mitsuya gruñó y miró hacia el
cielo.—Estoy de acuerdo, la situación entera apesta. —
Hakkai dijo sacando sus dagas fuera y sosteniendo una en cada mano.Tenían razón.
Esto se veía muy remoto, muy quieto y Los Cuervos habían escogido esa casa y esa familia por alguna razón. La respuesta vino como un disparo. «Esto estaba todo preparado». Los Cuervos habían preparado una trampa para un gran y gordo gatito y como estúpidos cabrones que eran habían ido derecha hacia ella.
—Izana. —kakucho rugió y volvió hacia el vehículo.
Era demasiado tarde. El cielo pareció volver a la vida con una gran cantidad de pájaros negros.La mitad aterrizaron y cambiaron a su forma humana, por el momento los otros continuaban volando y circulando alrededor de los felinos. Un pájaro bajó y atacó a kakucho golpeándolo en el pecho y llevándolo al suelo. Gruñó de nuevo consiguiendo llenar su boca de tierra en el proceso. Todo el tiempo continuó pateando, mordiendo y rasguñando desesperado por echar un vistazo al vehículo. Un disparo rasgó en el aire y oyó a Mitsuya salir maldiciendo del dolor.
A kakucho se le cayó su espada en la pelea y la buscó a ciegas con sus manos hasta encontrar la empuñadura. Envolvió sus dedos alrededor y levantó la hoja, la deslizó a través de la garganta de un Cuervo y este dejó caer un grito quejumbroso cayendo hacia el lado, vertiendo sangre por su herida.
Kakucho se puso de pie y miró hacia el vehículo. Su corazón cayó cuando vio la puerta del pasajero abierta y sin signos de Izana. Otro Cuervo saltó encima de kakucho, blandiendo su espada todo el tiempo gritando el nombre de Izana.—Se acabó. Ayuda a Mitsuya. —Hakkai gritó antes de hundir una de sus dagas en la garganta de un Cuervo.
Kakucho miró y vio a Izana arrodillado con Mitsuya. El jaguar estaba usando su propia camisa para tratar de parar el flujo de sangre de una desagradable herida en la pierna que la pantera tenía. Mitsuya seguía tratando de esconderle detrás del vehículo.
Kakucho respiró fuerte cuando vio a tres Cuervos cayendo sobre la pareja. Esto era peor porque Hakkai y él estaban muy lejos para hacer algo.—Corre idiota. —Mitsuya gritó y empujó a Izana lejos, en el siguiente instante Mitsuya cambió a una pantera negra. El gato gruñó antes de lanzarse contra los cuervos.
Izana hizo una pausa con sus ojos abiertos con miedo. Dos Cuervos más atacaron y lo sacaron de su trance. Volteándose hizo exactamente lo que kakucho esperaba que hiciera. Correr lejos de la batalla tan rápido como le fuera posible.
Izana bombeaba sus piernas lo más duro que podía pero podía sentir el golpeteo de los pies de Los Cuervos siguiéndole. Desde que estaban en forma humana tenían funcionando sus labios y hacían uso de ellos.
—Aquí gatito, gatito, gatito —como una canción.
Jesús, qué chiste era llegar a viejo, Izana tenía que tomar una respiración para responder, les iba a decir algo nuevo pero sería succionado por el viento y estaba enfocado en salir del infernal camino. ¿Por qué no había escuchado a kakucho? Todo lo que tenía que hacer era quedarse en el vehículo y alejarse de los problemas.
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Pasiones Primarias
FanficIzana siempre se había considerado a sí mismo un tipo bastante normal. Poco sabía que no podía estar más equivocado. Atacado por un grupo de hombres armados, luego de un tiroteo es secuestrado. Repentinamente despierta encadenado a una pared. No es...