OBLIVION | Control z

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— Yo fui.— Isabela confesó. Paulina quito la mirada de su teléfono y observó a su amiga.

— ¿De que hablas, güey?— Paulina rio mientras las dos comenzaban a caminar por los pasillos del Colegio Nacional.

— Yo hice que los secretos de todos salieran.

Paulina detuvo su caminar y frunció el ceño.— ¿Como?.

— Ayer me mandaron estos mensajes, y hoy salieron los videos.— Isabela mostró la pantalla de su teléfono a su amiga.

— ¿Me puedes explicar por qué estás así conmigo?— Natalia se acercó a las dos amigas.

— ¿Tu también?— Isabela hizo a un lado a Paulina encarando a Natalia.— ¿En serio no sabes?. Te robaste mi cel. Por eso subieron el video.

— ¿Es en serio?— Paulina preguntó.

— Es que me estaban amenazando. Iban a decir que soy una ladrona.

— De todas formas lo dijeron.— María hablo detrás de su hermana.

— Isabela, ¿que hubieras hecho si fuera tu secreto?.

— Jamás le haría eso a una amiga.— Isabela hablo antes de tomar a Paulina por el hombro y alejarse de las hermanas.

— madres.— La castaña maldijo por lo bajo.— ¿Quien está haciendo todo esto? ¿y como sabe los secretos?.

— No se, pero ya estoy harta.

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— ¿No tienes miedo que salga tu secreto?— Paulina le pregunto a Javier.

— No.— El respondió rápidamente.— ¿Y tu?.

— Si — Paulina desvío la mirada observando a todos sus compañeros.— Creo que Isa se siente más tranquila sabiendo que no oculta nada, y todo sigue "igual"— Paulina imito las comillas con sus dedos.

— ¿Te sentirías mejor si tu secreto saliera?.

— No. — Paulina rio negando con la cabeza. Su mirada fue hasta Javier nuevamente que la observaba con atención. — ¿Que?.

— Nada.

— ¿Como que nada?— Paulina pregunto con una sonrisa.— Tengo algo en la cara o quieres decirme algo.

— No tienes muchos amigos aquí.

— ¿Es pregunta o afirmación?.

— ¿Por que?— Javier pregunto.

Paulina borró su sonrisa y alzó los hombros.— No se, nunca me ha gustado estar rodeada de gente que no arriesgaría ni siquiera un poco de ellos para protegerme.— jugó con sus manos a medida que hablaba y alejaba su mirada de Javier— y estos días han sido el claro ejemplo.  Las personas que se consideraban amigos, fueron los primeros en aventar a los demás para protegerse de algo que no podían evitar.

— ¡Fui yo!— Javier y Paulina escucharon un grito. observaron como los alumnos corrieron hasta las barandas viendo al estacionamiento. Ellos se levantaron de sus asientos y siguieron a la multitud.— ¡Yo publique el video de Isa, y el de Pablo! ¡Fui yo!.

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Paulina entro a la escuela con la vista en su teléfono como era usual. Su caminar fue detenido por Raúl chocando con ella. Al parecer ninguno de los dos prestaba atención a su camino.

— Perdón.— Paulina susurro levantando la mirada.— Raúl, ¿que te pasó? ¿estas bien?.

Los delgados dedos de Paulina fueron hasta el rostro de Raúl tocando su moretón que se encontraba en todo su ojo derecho.

— Me caí. Me pegue en el lavabo saliéndome de bañar.

— ¿Estas seguro?— Paulina se acercó a su rostro observándolo con detalle.— Esta muy grande y...

— Estoy bien.— Raúl sonrío.— Gracias por preguntar.

— Oye...— Paulina hablo una vez más antes de alejarse.— Lamentó lo de tu papá.

— Lo que hizo esta mal así que...

— Aún así... espero que todo se solucione.

— Gracias.

Paulina sonrío y abrazo a Raúl de manera rápida antes de cambiar hasta su aula.— Igual cualquier cosa que ocupes, puedes hablarme.

— No tengo tu número.

— Ah, si.— Paulina rio acercándose nuevamente a el. Los dos intercambiaron teléfonos antes de que Paulina tuviera que irse.

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— Dos mil, es Gucci.— Natalia le extendió la funda de teléfono a Paulina.

— Esto no es Gucci.— Paulina rio viéndola. La chica estaba muy familiarizada con las marcas de Lujo, y aquello claramente era una imitación.— Mas aparte ni es de mi teléfono.

Natalia rodó los ojos y se alejó de la chica.

Paulina tomó sus cosas y salió de la escuela dirigiéndose a su camioneta. Tomó las llaves para encender el motor pero una notificación en el teléfono hizo que pausara aquella acción y tomara el dispositivo.

Conozco tu secreto.

Se leía en la ventana de mensajes de un número desconocido. Ella se quedó quieta por varios segundos hasta que su mirada fue hasta enfrente buscando alguna pista. Todos los alumnos que salían de clase pasaban frente a su auto.

Frente a ella el auto de Javier, que prestando atención vio que su cabeza se encontraba escondida detrás del volante. Ella entrecerró los ojos tratando de ver a detalle. Un auto paso frente a ellos y cuando tuvo la oportunidad Javier arranco el auto saliendo del estacionamiento.

Ella encendió el motor y siguió el auto de Javier a toda velocidad.