OBLIVION | Control z

5

Paulina frunció el ceño al ver como el coche de Javier se chocaba contra una de las casas. Observó a Luis corres con su mascota en brazos y a Gerry, Ernesto, Dario y Sofia corriendo detrás de él.

Paulina bajo rápido de su camioneta y se acercó junto a sus compañeros que habían comenzando una pelea con Javier.

— ¿Estas bien?— Paulina pregunto acercándose a Javier.

— ¿Que haces aquí?.— Sofía pregunto mirando a la chica.

— Vine a ver a Luis.

— ¿Por que?.

— Para tomarnos un café, ¿como que por qué?— Paulina pregunto sarcástica.

— Pero si el no te hizo nada.

— ¿ah, no?— Ella abrió su teléfono y le mostró la conversación.

— Luis no es el hacker.— Sofia respondió.

— El lo admitió ayer, los dos lo escuchamos.

— Pues estaba mintiendo.

— Puta madre.— Paulina maldijo golpeando una de las llantas del coche de Javier.

— ¿Cual es tu secreto?— El chico pregunto.

Sofia y Javier las miraron expectantes. Ella rodó los ojos y se alejó de ellos subiendo a su camioneta.

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Paulina rascó su cabeza con desesperación viendo las fotografías que el Hacker había mandado. Mordió sus uñas mientras sus ojos no abandonan la pantalla.

Unos golpes en su puerta hicieron que ella saltara del susto.— ¿Puedo?— Pregunto su madre adentrándose a la habitación.— ¿Que tienes?.

Paulina mostró la pantalla de su teléfono a su madre. Ella lo tomó en sus manos y observó con sorpresa.

— ¡Julian! ¡Julian!— Su madre comenzó a gritar el nombre de su esposo.

— ¿Que es todo este alboroto?— Su padre entrona la habitación.

Dalia, su madre le mostró el teléfono. La cara de su padre se cayó al ver el contenido.— ¿Quien te mando esto?.

— No se.— Paulina respondió.

— Puta madre.— Su padre lanzó el teléfono a la pared rompiéndolo en varias

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LUIS N LE VA A PARTIR SU MADRE A GERRY

Paulina rodó los ojos viendo la notificación del evento en su teléfono. — ¿Estas bien?.

Raul pregunto acercándose a ella.

— ¿por que preguntas?.

— Estas un poquito despeinada.— Señaló su cabello.— Y tus ojos están rojos.

— El hacker.

— ¿Te contacto?.

— Si.— Paulina suspiro.— No se que hacer.— Dijo al borde del llanto.

— A lo mejor lo hace para chingarte.— Raúl trato de razonar.— Ven, te invito un café.

— Si, tienes razón.