Pensé que serías capaz

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-3 de octubre de 2013-

Cuando llegué a la escuela, me di cuenta que Estefan no despegaba ojo de mí, claro, debe de estar ansioso por saber mi respuesta, en fin, a la hora de recreo le dejé una nota en su casillero que decia: está bien Estefan, te ayudaré en lo que me pediste, explícame como debo hacerlo, y lo haré.

A los 10 minutos de haber dejado la nota, el apareció a buscar unos libros o algo, cuando vió la nota, me mirò, y me sonrió...... sigue siendo la sonrisa más macabra y falsa que he visto en mi vida, yo le devolví el gesto, por señas me dijo que a la salida nos viéramos en la biblioteca, para planear todo.

Al llegar a la biblioteca, no había nadie, que suerte, al poco rato, llegó él, pero en cuanto íbamos a hablar , entraron un grupo de alumnos, arshhh, que molestos.
Le susurre al oído: mira, así no podremos hablar, así que mañana no vamos a clases, te veo en mi casa, ahí hablaremos de todo, te espero a las 9am, adios.

No voy a preguntarle si le parece bien o no, se hace así, o se hace, yo no voy a estar esperando mas rato.

                                             SanDRA.

¿Testigo o culpable?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora