Fiebre de apareamiento

Capítulo 13

Disclaimer: Esta historia y sus personajes no me pertenecen. La historia es de Brigid the Fae y los personajes son de Rumiko Takahashi, yo únicamente traduzco.

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Si Inuyasha no hubiera estado tan cansado debido a sus actividades matutinas, se habría enfadado bastante por encontrarse a sus lados humano y youkai mirándolos desde la ventana. Sintió que Kagome se movía debajo de él para seguir su mirada y que murmuró «Dioses» mientras se tapaba la cara.

—¡¿Qué diablos estáis haciendo aquí?!

—Nos dijiste que volviéramos por la mañana —señaló el Inuyasha youkai.

—¡¿No podíais entrar por la puerta?!

—¿Por qué si tenemos un espectáculo aquí mismo? —El youkai y el humano entraron en la habitación como si no hubiera dos personas desnudas en la cama. El Inuyasha youkai se cruzó de brazos mientras miraba a los ocupantes de la cama—. Aunque no es mucho espectáculo, ¿no? —Le hizo un asentimiento al humano—. Te tenía a ti por el mojigato de los tres...

—No empezó bajo las mantas.

Inuyasha gruñó.

—¿Por qué, Kagome? —¿De verdad estaba animando esto? Bajó la mirada y vio su sonrisa descarada. La muy niña lo estaba haciendo.

—¿Por qué no pueden saberlo, Inuyasha? Son tú, después de todo. —Le dio un codazo para que se moviera y pudiera incorporarse, subiéndose la sábana. Era más un reflejo en ese punto que modestia, dadas las veces que Inuyasha la había visto desnuda... y eso había sido antes de la noche anterior—. Hay unas sobras de anoche en la nevera —añadió.

—Genial, vamos, youkai. —El Inuyasha humano le dio una palmadita en el hombro. Se encaminó hacia la puerta y supo que el youkai lo seguiría ante la promesa de comida.

Inuyasha se acomodó sobre sus talones cuando se fueron sus homólogos.

—Lo siento por eso, Kagome.

—¿Por qué?

—Se supone que deberían ser más sensatos. Pensaba que...

Kagome se inclinó hacia delante y le dio un beso en la mejilla.

—Te amo, Inuyasha. Eso implica todos tus lados. Para ser sincera... cuando vuelvas a ser tú mismo voy a echar de menos esto.

—Yo también te amo, pero ¿estás loca? ¿Dónde has estado las últimas semanas?

—Ah, venga, no ha sido tan malo... —Ante su expresión, concedió—: Vale, la búsqueda de los fragmentos no ha ido tan bien... pero me refería a pasar este tiempo contigo.

—Sí. —Inuyasha empezó a besar su cuello, haciéndola estremecerse—. Y pensar que podremos pasar tanto tiempo juntos más a menudo. Compañera mía —añadió mordisqueando ligeramente su piel.

Kagome suspiró con satisfacción. La compañera de Inuyasha... podría acostumbrarme a eso... Tuvo que empujarlo con suavidad antes de recostarse contra las almohadas.

—Tenemos que levantarnos...

—Ya voy —murmuró con voz ronca.

—... e ir abajo antes de que tu lado humano o el youkai le prendan fuego a la cocina. —Kagome se rio del gemido de decepción mientras se bajaba de la cama e iba hasta su armario. Se giró un poco para ver a Inuyasha poniéndose un par de vaqueros antes de salir de la habitación, mascullando sobre sus homólogos. No se había molestado en taparse, así que pudo verlo entero y eso la dejó sonrojada. Después de lo de anoche no debería seguir siendo capaz de sonrojarme.