━━ Epílogo ━━

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Lo echaba de menos.
Cada día, cada minuto, cada segundo.

Yoongi estaba en todas partes, su olor seguía ahí; en las sabanas, en el palacio, en su corazón... Pero no era suficiente para Jimin.

Con algo de dolor, jugó con ambos anillos en su anular izquierdo, recordando con una nostálgica sonrisa el día de su boda. En ese entonces aún estaban juntos, aún podía verlo, sentirlo, abrazarlo, besarlo...

──¿Majestad? ──preguntó Hoseok, tocando dos veces en la puerta abierta de su habitación, inclinándose──. Se requiere la presencia del rey en el salón principal.

Jimin asintió, dejando que se retirase tras el comunicado.

Ahora que Yoongi no estaba, debía liderar al pueblo, al menos lo mejor que podía un omega mitad brujo. El único consuelo que tenía era que los consejeros y confidentes de Yoongi confiaban en él y lo ayudaban lo mejor posible. Hasta Jungkook se había convertido en uno de los guardias en quien más confiaba, siendo quien lo escoltaba a todas partes.

Con pereza, salió de sus aposentos y se dirigió al salón, aquel lugar tan hermoso que gritaba a Yoongi en cada rincón. Incluso podía sentir su aroma conforme se acercaba, casi como si estuviese allí de verdad, dándole la bienvenida.

Lo que no esperaba, es que fuese real.

──Siempre llegas tarde ──dijo una voz entre todos los guardias reales que habían en la entrada, rodeado al alfa.

Jimin reconoció la voz de Yoongi al instante, lo habría reconocido en cualquier parte.

Ahogó un grito y corrió en su dirección, mientras el alfa se abría paso hasta recibir en sus brazos al omega.

──¡Estás aquí! ──gritó Jimin sin poder contenerse a besar todo su rostro.

──Adelanté mi llegada, el encuentro con los monarcas vecinos fue rápido y sencillo, todos estaban felices de verme sano y salvo, es lo que importaba ──explicó, dejando que su omega lo envolviera con sus brazos, sin importarle las personas que podían observarlos.

──Yo también me alegro de que al final el agua funcionase ──susurró, besando sus labios sin reparar en las miradas──. Pero no vuelvas a dejarme al mando tanto tiempo, me pone de los nervios.

Yoongi ahogó una risa contra sus labios, alzándolo de la cintura hasta que pudo llevarlo en sus ahora fuertes brazos, lleno de vida.

──Tranquilo, te ganaste al pueblo cuando supieron que me salvaste──. Lo calmó, frotando su mejilla en la frente del omega.

Ignoraron a todo el personal de palacio cuando les repitieron sus obligaciones, yendo directamente a sus aposentos.

Habían estado semanas sin verse, demasiado tiempo para lo mucho que se amaban. Jimin odiaba los viajes por protocolo o negocios que Yoongi debía haber cómo rey, ahora que su salud era perfecta.

❝ El rey y el Cisne Negro 𝄄 𝒀𝑶𝑶𝑵𝑴𝑰𝑵 ❞ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora