Night View |Xicheng|

Extra 3: Perdón

Lan Qiren se había encerrado en una burbuja después de las palabras de Wen Ruohan. Había llorado, había gritado e incluso lo había maldecido. Se sentía destrozado.

Fue cuando empezó a tomar, ir a bares lejanos y desconocidos para no ser reconocido por nadie. Se había acostado con hombres y con mujeres por igual, ignorando lo mal que se sentía besar a alguien más.

A veces llegaba ebrio a su casa, con Wangji esperándolo para que le contase un cuento para dormir o con Xichen tratando de calentar la cena en el microondas. Al principio había tratado de seguir como antes, cuidar de sus sobrinos como lo había hecho hasta ese momento.

No sabe en qué momento todo se salió de control. Había empezado a tomar más, a llevar una vida de desgaste sin comer ni dormir por días, se volvía más irritable cada hora y tener que compartir algunos proyectos con el Wen no ayudaba.

La primera vez que explotó fue con Lan Zhan, lo había visto jugar con aquel regalo que Ruohan le dio en su cumpleaños, no soportó verlo con algo que fue tocado por tan despreciable hombre. Le había arrebatado el juguete y tirado a la basura en frente de sus jóvenes ojos, acuosos y rojos tratando de contener el llanto.

Tenía que ser más duro, más estricto y menos flexible si quería ahorrarle malos momentos a sus sobrinos. Empezó poniendo más reglas, exigiéndoles más, mejores calificaciones a pesar de su corta edad. En algún momento los empezó a golpear, Lan Zhan ya era un niño callado, un día dejó de hablar.

Xichen empezaba a ser más responsable, menos travieso, ya no insistía en llevar amigos a la casa para jugar y ver películas, ya no pedía los juguetes que veía anunciados en televisión, ya no saltaba en la cama y dejó de pedir dulces después de la comida.

Sí seguían así, no tendrían que sufrir más tarde. Se aseguró de rodearnos en un círculo social aceptable, niños educados y de renombre.

Nie Mingjue fue el primer amigo que aprobó, era honesto, de buena familia y alguien recto. Cuando el más joven de los Nie salió en el noticiero, ya era demasiado tarde para alejar a Mingjue de Xichen.

Después Jin Guangyao, hijo ilegítimo de Jin Guangshan, él no diría que es una persona ejemplar, pero el chico parecía llevar valores más fuertes que su padre.

Todo había avanzado bien hasta que notó a Lan Wangji más plasmado en su teléfono, sonriendo levemente cuando le llegaba una notificación, encerrándose en su habitación cuando su celular sonaba. Pensó que en algún momento llegaría a presentar a su pareja, alguna persona de su universidad, educada y recta.

Sin embargo, lo que recibió fue todo lo contrario. Un chico despeinado y con sus orejas perforadas, el tatuaje de lo que parecía ser una flauta en el antebrazo. Wei Wuxian era el hijo adoptivo de Jiang Fengmian, un joven extremadamente ruidoso, sociable y curioso.

Se habían conocido por una red social y habían salido en línea por meses, casi le da un infarto.

— Está contigo por tu dinero — se atrevió a decir cuando lo vio empacar sus maletas —, escúchame.

— Es hijo de Jiang Fengmian, me atrevo a decir que es más rico que nosotros — era la primera vez que se dirigía a él con tanto enojo —, si no lo puedes aceptar, tampoco me aceptas a mi.

Lan Wangji había dejado la casa, la empresa y la familia. Tenía la esperanza de que en algún momento reaccionaria ya que Xichen igual estaba desconforme. Eso nunca sucedió.

Lan Xichen habló con él, le dijo que Wangji no estaba haciendo nada malo y solo estaba viviendo una vida feliz.

Meses después descubrió que Xichen se había estado acostando con alguien durante algún tiempo, ese alguien no era nadie más que el niño problema de los Jiang, Wanyin. Aquel muchacho que había salido en varias revistas junto a Huaisang, vestidos como mujeres de la calle y maquillados como estrellas.