Capitulo 8: Disculpas.

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Desperté por el molesto brillo que daban los ventanales de la habitación, estaba tan cómoda acostada en la cama que no me quería levantar, sentía que hace mucho no dormía tan bien

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Desperté por el molesto brillo que daban los ventanales de la habitación, estaba tan cómoda acostada en la cama que no me quería levantar, sentía que hace mucho no dormía tan bien. Mis ojos aun seguían cerrados dado que no quería abrirlos y ni siquiera quería averiguar cómo sería mi día si me levantaba.

Esos hermanos, el trabajo, estar en Rusia, mis amigos y todo eso viene a mi cabeza como una ráfaga. Ellos teniendo comportamientos que hacen confundir mis acciones y mis pensamientos, yo no me he sentido así desde que era adolescente y no es un sentimiento que quiera repetir.

Menos con los dos.

He tenido tríos y pude haber estado con mujeres, digamos que disfrute demasiado mi adolescencia y hemos vivido en muchas fiestas con Edurne y Aarón. Desde que empezamos a estafar y tener dinero digamos que hemos sido más que escandalosos entre nosotros por eso.

Pero esto va más allá de cualquier expectativa que he tenido en mi vida.

Estaba decidida a dejar de pensar un poco y dormir otro rato cuando de pronto el sonido de la puerta me alarmo, haciendo que abra los ojos y enfoque mi mirada hacia esa dirección.

—Despierta dormilona, hoy es un nuevo día.

Edurne estaba apoyada en la puerta de la habitación, con un hermoso blazer negro, un top blanco, unos mom jeans desgastados y unos hermosos borcegos. Estaba radiante, con su cabello atado en un moño y sus labios con un lindo blush rojo.

Se veía preciosa, ahora la pregunta era ¿de donde consiguió todo eso?

— ¿Y tú de donde saliste? ¿Una revista?

Ella ríe —Pues si lo dices porque me veo como una de esas modelos, pues gracias Ayli, —veo como se aproxima hasta mi, sentándose en la cama y dándome en beso en la frente, — ¿Cómo amaneciste?

Pues mejor que nunca si te soy sincera, hasta da un poco de miedo.

— ¿Verdad que si? Las habitaciones son la gloria y veo que te toco la mejor a ti.

Ella observaba con atención la habitación, podía ver como disfrutaba la situación y solo por un momento creí contagiarme de esa ilusión e ingenuidad que albergaba su rostro.

Su mirada cayó en el ramo de rosas que descansaba en la mesa de noche junto a mí, su cara fue de sorpresa y yo más que nadie sabía lo que seguía a partir de aquí.

— ¿Y estas rosas tan lindas? ¿De dónde las sacaste? —su expresión cambio a una mirada y sonrisa picara, como si ella supiera o sospechara algo ¿lo sabe?

De todas formas no puedo ocultarle algo a ella, somos hermanas, nos contamos todo.

—Fueron los Novak...—su cara estaba desorbitada, como esperando una explicación y claro que se lo tendría que dar—Hay una tarjeta también.

LADRONES [Ilegal #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora