Capítulo 6: Que comience el juego.

155 22 10
                                    

Permanecí en silencio, mirándolo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Permanecí en silencio, mirándolo.

Esto no es normal, nada de esto tiene sentido alguno, quería estar en Londres otra vez, yendo de compras o saliendo de fiestas con los chicos. Perdidos y disfrutando de la vida ¿Cómo llegamos aquí?

Su mirada no se suavizo en ningún momento, mientas nuestras manos aun seguían unidas, estrechadas. Su toque era cálido, sus mano mucho más grande que las mías y su agarre firme ¿Por qué me sentía cómoda con ello?

Solté un suspiro y retire mi mano lentamente de la suya, como si no quisiera soltarla. Tenía que ser astuta, no me serviría estar a la defensiva todo el tiempo y más si ahora "trabajábamos juntos" la idea todavía no se hacía presente aun en la cabeza.

Necesito un trago

Me aparte de Stefan y me senté otra vez en el sillón, tengo que preservar mi compostura.

—No sé porque hacen todo esto, pero quiero advertirte una cosa Stefan, —su nombre salió con desdén de mi boca, —No trabajamos para nadie y menos para unos idiotas con aires de superioridad, que creen que pueden tenerlo todo tomándolo a la fuerza como unos jodidos animales.

A la mierda no estar a la defensiva

Otra vez esa mirada de diversión en él, vi pasar la punta de su lengua sobre sus labios dejándolos húmedos, aparté rápido mi mirada para volverlos a sus ojos. No podía dejarme llevar por sus acciones, eso era lo que él quería ¿o era lo que yo quería?

—Tienes una boca muy venenosa ¿no crees preciosa? —guardo la carpeta con nuestra información en una repisa y saco otra de la misma, era diferente en cuanto a aspecto y contenido supongo. Se dirigió hacia mí otra vez — te recomiendo no provocarme, no tengo autocontrol como mi hermano, tómalo como una sugerencia de aquí a que termine nuestro contrato.

¿Contrato?

Se sentó otra vez frente a mí y abrió la carpeta para posarla en la mesa frente a nosotros, mire hacia la hoja y si, era un contrato.

—Creo que con esto puedo corregir lo que dijiste hace unos momentos, estas aquí para trabajar para nosotros, al igual que tus amigos preciosa.

Preciosa

—Mi nombre es Ayla, no "preciosa", Stefan Novak.

Sonrió aun más —Que bien suena mi nombre en tus labios preciosa.

Solté un suspiro sabiendo a lo que me enfrentaba, él no pararía porque se sentía con ese poder y derecho.

Seguridad y ego es lo que veo en él, no era igual a otros hombres con los que he tratado, era muy diferente y eso era peligroso.

— ¿Para qué trabajo nos quieren según tu? — él acercó más los papeles hacia mí, para que pudiera verlos bien.

—No es algo de lo que ustedes desconozcan, robar, engañar, hackear. Un poco de todo, —algo de esto no cuadraba nada, — solo que esta vez le pagaran con anticipo, como un trabajo digno.

LADRONES [Ilegal #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora