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Cuenta la leyenda que existe un
hilo rojo invisible que conecta a
aquellos que están destinados a
encontrarse, sin importar tiempo,
lugar o circunstancias. El hilo rojo
puede estirarse, contraerse o
...
Ante último día, poco menos de 48 horas para saber la verdad. Aun así, había algo que los preocupaba, no tenían rastros de La Liga, ni de Cupido. El echo de ser objetivos, y que querían matarlos, era la única ventaja que tenían para que estos aparecieran y quizás lograr atraparlos.
Tras el almuerzo, comenzó a lloviznar justo cuando de disponían a salir. El ambiente en el departamento estaba raro, pero Kasumi no se atrevía a preguntar. Aizawa soltó un largo suspiro y volteo a verla desde el otro lado del cuarto.
-Mic me mando un mensaje, dicen que la policía vio a Cupido a dos calles de aquí. Iré a ver, creo que sería mejor si te quedaras.-No se atrevió a mirarla, sabiendo lo que obtendría de respuesta.
-No, yo iré contigo.-Dijo en un tono cortante, dándole las espalda.-No necesito que me sobre-protejan. Te espero afuera.-Salio, cerrando la puerta, casi de un golpe. Resoplando el azabache se puso de pie, a veces extrañaba un poco a la Kasumi tímida que conoció en la UA. Afuera, en dos zancadas alcanzo a la teñida, quien buscaba resguardo, de lo que ahora era una fuerte llovizna. Por suerte él recordó tomar un paraguas antes de salir, el cual puso sobre Kasumi.-Gracias, perdón por mi actitud de recién.-Sonrojada se aproximo contra él.-No me gusta que intenten protegerme como si aun fuera una niña pequeña que se hace daño sola por su torpeza.
-Es mi culpa en parte también. Vamos, busquemos a Cupido y roguemos por que este sola.-Pasando una mano por su hombro, para luego caminar en la dirección indicada por Mic.
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Tras una hora de caminata, la lluvia había cesado y en su lugar se levanto una ligera neblina al ras del suelo. Pero no encontraban a Cupido por ningún lado. Ambos se encontraban humedecidos y fastidiados,por la situación y por la lluvia.
-Deberíamos volver.-Aizawa cerro el paraguas.-Cuando Mic me de aviso, volvemos a salir en su búsqueda.
-Deberíamos seguir buscándola.-Refunfuño ella.-Quizás sea la única oportunidad que tengamos, no sabemos cuando vuelva a ser vista.-Señalo la dirección en la que iban.-Solo un rato más.
-Hay que volver.-Apretó los dientes el azabache, ya sin paciencia.
-Tenemos que seguir.-Dio unos pasos en la dirección que iban.
-¿Sabes que?-Le entrego el paraguas.-Haz lo que quieras, yo estos cansado de toda esta mierda.-Ya harto, giro sobre sus pies y emprendió el regreso al departamento.
Kasumi solo quedo ahí de pie, con el paraguas en una mano viendo como Aizawa se alejaba. La distancia a la que ahora podían separarse era enorme, Ella no comenzó a notar el pinchazo hasta que él apenas se empezó a ver como una silueta humanoide.
-Lo correcto seria que fueras tras él. Digo, después de todo podrías morir si no lo haces.-La teñida pego un salto al ver que en las escaleras a su lado, Cupido la observaba con aburrimiento.-¿Aunque quizás prefieras morir intentando pelear contra mi?-La chica miro en la dirección que Shouta se había ido, en el cual apenas se distinguía su figura.- Diría que también puedes llamarlo, pero esta demasiado lejos, quizás no te oiga.-Sarutobi solo la miraba en silencio, con medio paso hacía atrás.- Ay vamos, dí algo. Decide entre tus dos opciones, lo sigues y no te mueres pero pierdes la oportunidad de atraparme, o peleas conmigo muriendo y mínimas posibilidades de atraparme.-Más silencio por parte de la chica, cuya mente era un embrollo, y el creciente dolor en el pecho no le permitía pensar con claridad.-Tik tak tik tak, el tiempo se agota.-Sin pensarlo más, y apenas resistiendo el dolor en el pecho, Sarutobi salio corriendo en dirección al borrón negro que era Aizawa.-Buena decisión. Los matare mañana.-La morena le hablo a la nada y volvió sobre sus pasos a su escondite, donde Twice la esperaba.
