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𝗝𝗝 𝗠𝗮𝘆𝗯𝗮𝗻𝗸 𝗽𝗼𝘃:
No sé en que pensaba cuando la lancé, pero definitivamente no pensaba que cayese encima de mí.
Con un movimiento brusco me empujó y me separó de ella.
-¿Qué cojones te pasa?-me gritó.
No lo sé ni yo.
-No me grites.-le respondí de la misma manera.
Me empezó a empujar para que saliera, o me cayese, de la cama, pero no lo consiguió, casi, pero no lo logró.
La cogí de las muñecas.
-No has entendido muy bien el hecho de que duermes en el sofá, verdad?-me chilló intentando liberarse en vano.
-Me parece que, tú, no lo has entendido.-murmuré.
-Déjame.-dijo forcejeando.
-Solo si te tranquilizas.- le dije cabreado- y te vas al puto sofá.
Que impertinente es esta mujer.
No había mucha luz en la habitación, solo la que entraba por la habitación, que era poca gracias a la tormenta. Pero pude ver como funcia el ceño y me fulminaba.
Aún así, sorprendentemente respondió: -Vale.
La miré buscando indicios de mentira, pero poco podía ver. Poco a poco fui aflojando mi agarre, hasta que la solté y la mire sospechosamente.
Y claro, claro que me mintió, volvió a forcejear más fuerte.
-Traidora de mierda.- le grité entre los forcejeos.
De un momento a otro la tenía cogida por las muñecas y pegada a mi pecho desnudo. Podía sentir nuestros cuerpos tensándose por la situación, no puedo negar que era un poco demasiado excitante. Durante unos instantes no se escuchó nada más que la tormenta golpear contra la ventana. Tenía su cabeza debajo de la barbilla. Lo siento mucho, pero el tener su culo contra mi polla, no me lo ponía fácil.
No nos llevamos bastante bien, y por lo que sabréis, el verbo hablar no existe entre nosotros, el discutir es más adecuado.
Desde lo que paso el otro día, cuando nos perseguía el guardia , no puedo dejar de pensar en ella ¿iba a besarla? No es secreto que estábamos a milímetros. Es posible que haya un sentimiento más que odio hacia ella, y Pope y Jonh B, los muy idiotas, les gusta molestarme con ello.
Su corazón iba muy rápido, igual al mío. Súbitamente nos soltamos, no me había dado cuenta pero ella también me había cogido del brazo. Se levantó incómoda.- Hoy duermo yo pero la próxima tú.
-Hmn-respondí acomodándome feliz por mi victoria, disimulando mi sonrojo.
