El Harem de Ash

Deberes

Ash no comprendía en qué se había metido, su intención era evitar que sus amigas más cercanas sufrieran por una decisión suya. Era cierto, el quería ser pareja de una de ellas, pero al ver la alegría en los rostros de las chicas frente a él olvidó esa idea y empezó a pensar en como llevar acabo está nueva etapa de su vida.

Serena fue la primera en acercarse a él, ella podía notar la preocupación que existía en el azabache. Tomo su mano entrelazando sus dedos y con un tierno beso en la frente atrajo la atención del entrenador.
"Todo estará bien, encontraremos la forma que esto funcione." Murmuraba al oído del joven.

Las dudas del joven parecieron desaparecer momentáneamente, la sonrisa pura de la pelimiel y el tacto de sus suaves manos tranquilizaba su corazón. Sonriendo para responder el comentario de la pelimiel, se levantó del sofá sin soltar la mano de está.
"Tenemos que dividirnos los deberes del hogar." Hablo en tono serio, las cuatro chicas que seguían festejando guardaron silencio y miraron incrédulas.

"¿Es broma, verdad Ashy?" Preguntó con timidez Yellow, pero el entrenador no respondió.

"Yo decidiré cada día que deberes le tocan a cada una de ustedes, y solo si lo cumplen, pasaré un rato en privado con ustedes." El tono serio del joven había llenado de tensión el lugar.
"Mañana, Dawn se encargará de limpiar por completo la casa. May limpiará el jardín, Yellow bañaras a los Pokémon pequeños y Leaf a los grandes, por último Serena se encargará de los alimentos de todo el día."

La pelimiel apretó la mano del entrenador tratando de advertirle que estaba exagerando, pero Ash no le importaba, quería liberar su agenda lo más posible para evitar que los próximos en llegar vieran su relación poliamorosa.

"Aceptamos" dijeron las cuatro chicas frente a él.

Serena miro incrédula que habían aceptado esos deberes, resignada ella también respondió que aceptaba las condiciones. Se recargo en el hombro de Ash y pudo notar que el resto de chicas estaban celosas, desde que habían entrado la atención del azabache permanecía en ella. Trato de soltar la mano de Ash pero este la apretó con un poco de fuerza, tratando de decirle que no tenía porque ceder ante las demás.

"Ahora, como Serena fue la primera que se me confesó iré a mi habitación a pasar mi primera noche de adulto." Con un tono burlesco el entrenador se dirigió a todas, el rostro de Serena no podía estar más rojo, parecía apunto de estallar por tanta sangre que recorría su cara.

Dawn, May, Yellow y Leaf estaban pálidas al notar que el entrenador había comenzado a subir las escaleras sin soltar la mano de la todavía roja Serena. ¿Acaso Ash no era del todo inocente como recordaban?

La mente de la pelimiel daba vueltas sin parar, no podía hilar sus pensamientos, todo hacia que regresará a las palabras del chico que se encontraba cerrando la puerta de la habitación.
"A..Ash ¿Recuerdas lo que te dije de llevar las cosas con calma?"
Preguntaba nerviosa, sin poder parar de jugar con sus manos, tratando de recuperar la compostura.

"Lo sé, pero creo que debíamos tener un rato personal tu y yo." Respondió con una sonrisa el entrenador, había lanzado su gorra a un lado de Serena y él se había incado para quedar frente a ella.
"Tu tuviste el valor de enfrentarme y obligarme a aclarar mis sentimientos, así que te debo un rato íntimo." Agregaba besando la frente de la pelimiel.

El corazón de Serena no podía latir más rápido, las emociones que recorrían el cuerpo de la pelimiel bombardeaban su cerebro dejándolo imposibilitado de responder de una forma más correcta.
"Gra...gracias." Murmuró avergonzandose aún más.

Dicha respuesta provocó ternura en Ash, quién llevo su mano a su cabeza y la acarició suavemente.
"Me recuerda a cuando estuve en Kalos." Comentó sentándose a lado de la fémina y tomando su mano.
"Aún en ese entonces te costaba decir las cosas."