Disfraces

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Ash llegó a Ciudad Verde, vistiendo pijama. Las miradas de todos se centraban en el actual campeón de liga, no podían creer la vestimenta que portaba al medio día, algunos medios aprovecharon para tomar múltiples fotos.

Hambriento por levantarse rápido durante el desayuno, entro al primer local de pokelitos que vio.
Al abrir la puerta una vista peculiar lo esperaba, una vieja amiga se hallaba en el mostrador eljiendo que comprar.

Ash trago saliva, sus hormonas le empezaban a jugar en contra

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Ash trago saliva, sus hormonas le empezaban a jugar en contra. Su miembro comenzaba a ponerse duro al ver el trasero de Miette, trato de ocultar su erección estirando su playera y caminando al mostrador mientras veía al suelo.

"Quisiera una docena de pokelitos." Dijo Ash al llegar al mostrador.

"¿Ash?" Preguntó la chica girando a ver al entrenador. "Estaba preguntando por ti y apareciste frente a mi." Agregó emocionada mientras se lanzaba a los brazos del chico.

"Miette...llegaste... antes" Decía tímidamente mientras trataba de separarse de la chica.

Miette se aferró con mayor fuerza, haciendo que su busto se pegará más al cuerpo del azabache. Ash trago saliva, trato de controlar su pulso y pensamientos que comenzaban a divagar en situaciones pervertidas.

"Si quieres te puedo llevar a mi casa." Comentó rompiendo el abrazo y tomando una leve distancia de la peliazul.

La chica al escuchar la oferta se emociono y brinco nuevamente a los brazos del chico, está ocasión se aferró a él con sus manos y piernas. Ash puso sus manos debajo de sus piernas, para prevenir que se cayera. La chica se sonrojo al sentir la sensación del tacto del azabache.
"Muchas gracias, pero ¿Crees que pueda quedarme en tu casa? La verdad es que tengo miedo de estar sola en esta región." Comentó Miette inclinándose hacia atrás para ver a Ash a los ojos.

Las acciones de la peliazul, provocaron que se resbalara un poco. Ash reafirmó su agarre bajando un poco más las manos, apretó y subió el cuerpo de la chica, sin darse cuenta que sus manos estaban en el trasero de Miette. Ella se sonrojo a más no poder, soltó su agarre rápidamente, terminando de pie frente al azabache.
"Claro, puedes quedarte en mi casa. Hay un situación algo incómoda, pero no te preocupes lo arreglaré para que no te moleste." Respondió Ash mientras tomaba un pokelitos de la peliazul y le daba una mordida.

Realmente en la casa de Ash, todas se encontraban con intensos sonrojos, tan pronto el azabache salió de la casa, cada una fue por su ropa y dejaron salir un enorme suspiro.

"No creo que podamos seguir con esta técnica." Respondió Serena, acomodando sus mallas.

"¿Bromeas?" Preguntó Dawn algo molesta. "No sabe cómo actuar con nosotras en esa vestimenta."

El Harem de AshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora