XIX

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El viaje camino a la tienda fue algo más silencioso, la chica ya estaba mucho más calmada que a la ida, la aventura que había vivido era inimaginable para ella, estar con los Gambino había hecho que la muchacha descubriera nuevas cosas, es por ello que estaba tan agradecida con ellos. Quedó tan exhausta de aquella nueva experiencia, que se permitió echar una pequeña cabezadita reposando su cabeza sobre el cristal.

Toni logró verla por el retrovisor, e inconscientemente sonrió de nuevo, para su suerte, Carlo no se había dado cuenta, no quería que le volviera a molestar con la misma broma. El mayor seguía insistiéndose de que la joven solo era como una pequeña hermana para él, nada más, sin embargo, su hermano Carlo estaba harto de que el rubio mostaza pensara de esa manera, ¿cuándo se iba a dar cuenta su hermano mayor, el pobre iluso, que en verdad lo que sentía no era eso?.

Por otra parte, José también se encontraba roncando en la parte trasera del coche, iba envuelto en varias toallas para lograr secarse o al menos quitar algo de humedad en sus prendas, caer varias veces al mar, a pesar de que estuvieran en verano e hiciera bastante calor en Marbella, ir con la ropa empapada de agua no le beneficiaría, y lo que menos querían los hermanos es que su mejor empleado cayera enfermo por su gran torpeza.

—Chicos, despertad, ya hemos llegado —dijo Toni con un tono alto para que sus tres acompañantes lo escucharan.

Tanto Jayden como José se despertaron algo sobresaltados, el bostezo somnoliento de la chica hizo que el de tez morena también bostezara.

—¿Ya?, qué corto se me ha hecho —comentó la chica aún algo dormida.

—Ya me jodería, si os habéis pasado todo el camino durmiendo los tres —le reprochó el mayor.

José y Jayden le regalaron una sonrisa de disculpa, y al darse cuenta que Carlo aún no se había despertado a pesar de los gritos de su hermano, ambos decidieron salir del coche y coger las cajas de pirulas que iban en el maletero, para ahorrarle trabajo a los hermanos y así darle tiempo a Toni para que consiguiera despertar a su hermano.

Con los años, Carlo había desarrollado la habilidad de seguir durmiendo con todo el ruido posible que hubiera a su alrededor , es por eso que un par de gritos de su hermano exigiéndole que abriera los ojos de una vez no iban a conseguir su cometido.

Toni, desesperado por que su hermano seguía plácidamente dormido, recurrió a la violencia, le pegó un puñetazo en el brazo, que si él mismo lo hubiera recibido probablemente no lo podría mover en todo el día; sin embargo, Carlo no se inmutó, el muy cabrón aún seguía durmiendo como si nada hubiera pasado. El mayor, harto ya de su hermano pequeño, salió estruendosamente del coche pegando un portazo, caminó hasta la puerta del copiloto donde se encontraba Carlo reposado en la ventanilla de esta. El rubio abrió la puerta y le quitó el cinturón al menor, quien cayó sobre su propio peso y dió de bruces contra el asfalto, asustado, Carlo abrió los ojos de par en par.

𝔐𝔞𝔣𝔦𝔞 𝔊𝔞𝔪𝔟𝔦𝔫𝔬「Toni Gambino x OC」. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora