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Unos disparos se escucharon por toda la sala, sacando a los tres invitados de sus pensamientos. Igor portaba una pequeña pistola que apuntaba por encima de sus cabezas.
—¿Pero qué cojones? —preguntó Toni asustado.
—Parecer que los hermanos y el señor abogado no estar escuchando a mi amo Hai —explicó Igor tranquilamente.
—Muy bien Igor, pero tampoco hacía falta hacer eso —le reprendió el chino.
—Por favor, señores Gambino, presten mucha atención, les vamos a dar las instrucciones necesarias para poder completar su misión con éxito —Fedor parecía algo impaciente.
Ahora que Hai tenía la atención de los tres, empezó a explicarles todo su plan.
—Veréis, hemos intentado contactar con esta persona, pero sin mucho éxito, sin embargo, hace poco caímos en la cuenta de una cosita —la mirada del chino fue a parar a Salinas, el cuál se temía lo peor, —sabemos que esta persona es cliente de nuestro queridísimo abogado.
—Sí, eso también lo sabemos nosotros, nos hemos encontrado en su despacho —le interrumpió Carlo.
—Oh, perfecto —soltó Hai con alegría,— entonces ya saben como es.
Los dos hermanos asintieron en sintonía, por otra parte, Salinas tragaba saliva cada vez con más dificultad, no le estaba gustando como se estaba tornando esto.
—El plan es el siguiente, y Salinas —llamó la atención del abogado,— tú también tienes que colaborar o sino.
Dejó sus palabras en el aire, dentro de la vista de Salinas apareció Igor con la misma pistola de hace un momento, pero ahora siendo encañonada en dirección a su cabeza. Salinas suspiró resignado.
—Está bien —levantó las manos en manos en signo de rendición. Hai asintió con una sonrisa maliciosa.
—Muy bien Salinas, veo que nos vamos entendiendo —volvió a dirigir su mirada a los hermanos,—esta persona, por lo que sé no tiene información sobre nuestra mafia ni de la vuestra, ¿verdad Salinas? —le preguntó al hombre que estaba con la cabeza baja.
—Para nada Hai, no sabe nada, sabes que soy leal, puede que me vaya a veces un poco de la lengua, pero por seguridad de esta persona —señaló la fotografía que se encontraba delante de él, —no he dicho nada, sí que es verdad que es una persona muy lista y se huele que hay más mafias poderosas aparte de Pegasus, como la tuya Hai, pero no sabe nada.
—Genial entonces —dijo el chino con tono de alivio.
Toni ya empezaba a impacientarse, su pierna subía y bajaba con rapidez de manera ansiosa.
—Hai, dinos ya el puto plan —espetó Toni sin paciencia ninguna ya.
—Voy voy, es que me voy por las ramas —se empezó a reír él sólo. —El plan es el siguiente, esta persona no sabe a lo que os dedicáis, por lo tanto puede incluso que sea más fácil hacer que sea más cercana a vosotros, y según mis fuentes está buscando trabajo.
—Os falta alguien que esté en la caja de vuestro local, ¿me equivoco? —los hermanos le dieron la aprobación de que no se estaba equivocando, —entonces tendréis que realizar un encuentro con esta persona que parezca casual, nada forzado como si la estuvierais buscando, y una vez le hayáis sonsacado de que no tiene trabajo, le ofrecéis el puesto de cajera.
—Así es Gambino, tenéis que ser discretos, en este caso Raúl no puede ayudaros, sino vuestro objetivo sospecharía de él y es lo que menos queremos —aclaró Fedor.
—No os preocupéis si descubre vuestro negocio de pirulas, es lo que queremos, que lo descubra, pero antes tenéis que entablar una buena relación entre jefes y empleado, debe notar que hay confianza para que se una a vosotros como una más del negocio de pirulas, y ahí es cuando os pondréis en contacto conmigo —Hai volvió a sonreír maliciosamente, otro escalofrío sacudió al abogado, el chino lo notó y suspiró, —tranquilo Salinas, nuestra intención no es hacerle daño, sólo queremos una cosa que tiene en su posesión y que nos ayude en este proyecto aún secreto para ustedes.
Bueno, no era tan secreto si ya habían actuado en varias misiones en contra de la mafia Pegasus. Lo que Salinas no entendía era como había llegado la información de que esta persona tenía ese objeto que tanto quería el chino, si había sido entregado por sus propias manos esta mañana a la persona de la que hablaban.
—En resumen —alzó la voz Carlo.
—Queréis que entablemos contacto con esta persona, le ofrezcamos trabajo y una vez tenga nuestra confianza introducirla en el mundo de las pirulas para que así vosotros tengáis más facilidad para hablarle —prosiguió el hermano mayor.
Tanto Fedor como Hai asintieron, confiaban plenamente en los hermanos Gambino y en que esta misión saliera exitosamente.
—¿Y a cambio que obtenemos nosotros? —preguntó Carlo con el entrecejo fruncido.
—Diez millones de euros —los hermanos abrieron los ojos, —cada uno —recalcó Hai.
Los hermanos abrieron la boca de la sorpresa, diez millones cada uno, no se lo podían creer, se miraron entre sí y luego miraron al chino en busca de algo que les dijera que era una mentira.
—No os estamos mintiendo hermanos tontos —habló Igor.
—Entonces sí que debe ser importante la información que posee como para que nos llevemos tal recompensa —habló pensativo Carlo.
—Obviamente, usted Raúl también se va a llevar una gran recompensa —le dijo Fedor, sin embargo Salinas no se inmutó mucho, ningún ápice de felicidad. Carlo y Toni se extrañaron, estaban acostumbrados a que el abogado se le iluminara la cara cuando le hablaban de dinero, pero en esta ocasión mantenía una expresión sombría sin emociones ninguna.
—Escucharme bien Gambino, necesito que esta misión salga según lo he planeado, no hace falta que se haga ya de ya, es una misión con un proceso largo y que os va a llevar meses, pero toda espera tiene su recompensa —habló Hai después de un corto silencio, —mientras que lleváis esta misión acabo, os iré encomendando otra secundaria para neutralizar los movimientos de Pegasus.
Los hermanos asintieron, en ese mismo momento habían vuelto a entrar a sus pensamientos, cada uno maquinando como iban a poder realizar un encuentro casual con su objetivo.
—Una última cosa antes de poneros manos a la obra —Hai los sacó de sus pensamientos,— su nombre es Jayden Blake.
