Me levanté muy temprano y lo primero que hice fue recordar la noche anterior y sonreír.
Emilio. Siempre Emilio.Me he dado cuenta de que hemos estado más unidos últimamente.
Pero quería que fuera así siempre. Que me regale una que otra sonrisa. Que se preocupe por mí. Que me pregunte que está mal. Que me haga sentir mejor.No quería alejarme de él, aunque tenía miedo. Miedo de que esto se acabara. "Esto" para el posiblemente sólo una amistad, pero para mí era muchísimo más que eso.
Recordé que anoche dijo que iría a recoger a mi hermano para ir al Central Park Club a verlo tocar con su banda.
Así que me di una larga ducha y me puse mi suéter favorito con un short.
Bajé y ahí estaba mi hermano. ¡Que no se acuerde de la fiesta, que no se acuerde!
-Joaquin. -Dijo frío.
- ¿Perdón, ¿sí? Sólo quería divertirme un poco. Igual, no me gustó.
-No es eso... Es que ese pantalón Joaquín era muy pegado y no quería ese montón de chicos ahí pensand...
-Sólo no quieres aceptar que tu hermano está creciendo.
-es que no me gustaría que terminaras con un imbécil como yo.
-Eso no va a pasar, Ryan. Nunca me fijaría en un imbécil como tú. - Mentiroso. Eso era.
¡Muero por tu mejor amigo Ryan, que es incluso mucho más imbécil que tú!
Él me dijo que era un bobo y me cargo en sus hombros dándome vueltas. Yo le gritaba que parara y el no dejaba de reír. El timbre sonó y Ryan fue a abrir todavía sosteniéndome en sus hombros.
-Qué raro es verlos no discutir. -Dijo Emilio riendo.
-¡Emilio, dile que me baje por favor! -Él empezó a reír y Ryan finalmente me bajó.
-Oye bro, al fin, ¿qué hiciste anoche? ¿Hiciste lo que te pedí? -Yo le di una mirada de desaprobación a Emilio.
-Oh, no. Pues vi a Melody en la fiesta y sabes cómo terminan la mayoría de mis noches. -Ryan empezó a reír y yo sólo bajé la mirada. Maldita sea, tenía que controlarme.
-Iré a descansar un poco, que se diviertan. -Dije y subí a mi habitación.
El fin de semana ya había acabado. Danielle no dejó de hablar de Erick y de lo hermoso que era con ella. Ella se estaba enamorando.
Bajé del carro apresurada y saludé a mi amiga de un abrazo.-Vaya Joaquín, ¿estás enfermo? Estás cariñoso hoy.
-¿Es que prefieres al Joaquín frío?
-¡No! Esta está perfecto. -Yo reí y entramos a la escuela.
Cuando entramos todos los ojos se posaron en mí y no dejaba de susurrar cosas
-Danielle... ¿Algo que me quieras contar?
-Estás tan feliz y hermoso hoy Joaquín, deberías estar así todos los días.
-Danielle...
-¡Erick me invitó a su casa este fin de semana
-Danielle, ¡dime!
-Todo lo que dicen estas personas son mentiras. Sabes cómo son...
-¡Sólo dime!
-"EL hermanito de Ryan prefirió la cama de Emilio que la de Dylan!" . Sabes que todos te vieron salir el día de la fiesta con Emilio y pues... -Estaba en shock. ¿Cómo podían decir eso? Joder, sólo hablamos un poco y después me quedé dormido.
-Odio esta escuela.
-Ya somos dos . -Seguimos caminando y me tropecé con alguien. Hoy no era mi día.
-Aparte de zorra. -Dijo Melody con asco. Ella esperaba a que me pusiera como loco a insultarla, pero no. Sólo le sonreí falsamente y seguí con mi camino.
-Eso le molestó bastante. -Dijo Danielle riendo.
// EMILIO //
Odiaba esta escuela.
Cómo deseaba partir la cara a cada uno de los imbéciles que hablaban así de Joaquín.
No soy nada bueno para el, sólo gana problemas. Cuando me veo, veo a esta jodida persona llena de problemas y cuando la veo a el, joder, veo todo.
Estaba afuera apoyado sobre moto mientras fumaba. Alguien tocó mi hombro y mierda, hoy no era mi día.
-¿Qué mierda quieres, Dylan?
-¿Así que detrás del hermanito de Ryan, ¿eh?
-No estoy de humor para hablar.
-Sé cómo siempre lo miras y le sonríes. Lo fuiste a buscar a la fiesta. Pero no te culpo, el es jodidamente caliente. -Él se acercó a mi oído y dijo- ¿También lo imaginas debajo de tu cuerpo desnudo gritando tu nombre?
No me pude controlar. La furia se apoderó de mí. Sentía mi sangre hervir. Le di un puñetazo a ese imbécil en la cara, partiendo su boca.
Él se limpió y sonrió.
-Mueres por ese chico.
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Pequeño Eres Mío // [Emiliaco]
Teen FictionJoaquín Bondoni, y Emilio Osorio No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Emilio era dueño de sí mismo, Joaquín alg...