Blue©[1]✔️ Próximamente En Librerías ✨

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Al probarlo y ver lo hermoso que quedaba quedé sorprendida.

No era que no me gustará él color azul, simplemente no pensé qué me quedará... Tan sexy.

Me lo aplane al cuerpo y salí tímidamente al pasillo. Busqué a Simón con la mirada pero no estaba por ningún lado.

Cómo veía que no llegaba decidí pararme frente a un espejo y verme en él, la figura que me hacía era altamente exitante.

Mi gire pará ver mi trasero y en ese mero segundo apareció Simón detrás de mí, con su elegante traje.

— Té queda hermoso — sonreí tocando su pecho.

— Y a tí el vestido, Blue — sonrió poniendo mi cabello detrás de mi oreja.

— Mirá — me guío hasta quedar los dos mirándonos al espejo.

— ¿Qué miro? — observé nuestro reflejó dudosa.

— La hermosa pareja qué hacemos — sonrió.

Me dí vuelta hasta quedar frente a él y lo miré detenidamente, realmente tenía razón, hacíamos una pareja increíble.

— Tienes razón — tomé su rostro en mis manos y lo besé.

Fué un beso necesitado, nuestras lenguas sé chocaban produciendo electricidad en mí interior.

Duró aproximadamente un minuto porqué a mitad del besó sentimos cómo alguien carraspio detrás nuestro.

— Perdón que los moleste, dentro de unos minutitos cerraremos el local — susurro la señora volviendo a dejarnos solos.

— Quítate el vestido y guárdalo así lo llevamos — acarició mi rostro.

En cuanto me dí vuelta sentí cómo una mano golpeó suavemente mi nalga. Lo miré sorprendida y sé despidió de mí con una guiñada.

Negué con la cabeza y volví a meterme dentro del vestidor. En cuánto me lo quité, lo guardé suavemente en la bolsa correspondiente y salí.

En la caja se hallaba Simón conversado con la señora:

— Yo no iré, mí esposó no estará ahí y no quiero que piense que lo engaño — sentí susurrar a la señora.

— Está bien Gloría, no quería sonar descortés invitandola — sonrió Simón

— Ni se preocupe jóven, usted está muy bien acompañado — me hecho una mirada de pies a cabeza.

— ¿Cuánto sería todo? — preguntó frunciendo el ceño.

— 1000 dólares — sonrió

Ambos nos miramos con la cara de sorpresa absoluta mientras que la señora Gloria comenzó a reír.

— Es chiste chicos, solo son 400 dólares y ya — respiró profundamente.

— Que graciosa es señora, aquí tiene... Guardé el cambio — sonrió falsamente.