No Era Lo Que Ella Se Esperaba |ᵐᵃʳⁱᵉᵈᵈ

Capítulo 5

Marie se cocinó en ira durante toda la hora de carpintería y caminó por los pasillos hasta el aula de detención. Ya que la maestra la detestaba, como siempre, su detención estaba fijada para que dure de 4:30 a 6:15, lo que le dará el tiempo justo para volver a casa y encontrarse con Doble D para su mini cita. Por ahora se dejó caer en uno de los escritorios rotos y sacó su esmalte de uñas favorito para un rápido retoque. Escuchó que alguien barajaba cartas detrás de ella y se giró, ansiosa por un juego.

— ¿Quieres jugar una ronda de...? Oh. — frunció el ceño cuando se dio cuenta de quién estaba detrás de ella. — Eres tú.

— Ugh. — dijo Eddy, en disgusto. — ¿Por qué no me sorprende verte aquí, Kanker?

— Sabes que tengo un primer nombre, Enano. — dijo Marie, irritada. — ¿Dónde está el grande y bobo?

— Él y Cabeza de Calcetín me dejaron pegado a la pared... otra vez. — murmuró.

Marie soltó una risa antes de que pudiera retenerse y el borde de sus labios se alzó un poco.

— ¿Qué hay de ti? — preguntó, repartiéndole unas cartas. — ¿Le hiciste otro calzón chino a Ricitos en el baño de las niñas?

Marie hizo un sonido grosero y rodó los ojos. — No. Esa cabeza hueca de Nazz estaba diciendo tonterías sobre mi relación con mi hombre. Casi la golpeé en la cara.

Eddy le dio una mirada alarmada. — Todavía está viva, ¿verdad?

Marie rio con fuerza, causando que el profesor carraspee la garganta con desaprobación. Marie tranquilizó el resto de su risa y encontró a Eddy haciendo lo mismo. Jugaron crazy eights en silencio hasta que el profesor esté de vuelta absorte en su periódico.

— Entonces, — susurró Eddy. — ¿Tú y Cabeza de Calcetín, huh?

— Sip. — Marie sonrió triunfante. — Vino a mí y me pidió que sea su novia.

— ¿Estás segura que no lo arrastraron ahí tus hermanas? — murmuró con una sonrisa.

Marie sintió que su temperamento volvió a encenderse y le mandó una mirada fea. Eddy debió hacerla notado porque se inclinó hacia atrás con temor y apartó la mirada.

— Vaya, cálmate, Marie. — murmuró. — Solo estaba bromeando.

— Como sea, enan-Eddy. — suspiró.

Hubo un silencio incómodo mientras jugaban. Era raro, ¿De verdad no estaba odiando al pequeñín? No es que tenga algo contra él en primer lugar, era el futuro esposo de su hermana después de todo, pero no es como si hablaran o se llevaran bien. De hecho, podría jurar que era Eddy el que la odiaba.

— Sabes, — dijo Marie de repente. — Es casi imposible jugar barajas con mis hermanas. Siempre terminamos peleando y haciendo un desastre.

— Sí, sé a lo que te refieres. — murmuró Eddy, barajando sus cartas. — Cabeza de Calcetín siempre está tratando de inventar sus propios juegos complicados y Ed es... bueno, Ed.

Marie soltó una risa y cambió cartas. — Es un misterio el por qué nos gustan tanto.

— Oh por favor. — bufó Eddy. — No sé qué onda con esos dos perdedores, pero mi gran aspecto diabólico puede derretir a cualquier mujer.

Marie estalló de risa de nuevo causando que el profesor los vuelva a callar lo que hizo que Eddy comience a reírse y lo siguiente que supieron fue que cada uno tenía un recibo de detención para mañana en la mañana en sus escritorios