✗✧ ཻུ۪۪ meou 1✧ ཻུ۪۪✗

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Soy un gato.

Un gato enamorado.

Muy enamorado de un humano.

Tengo una dueña a la que llaman Athanasia. Es una chica humana común y corriente pero muy brillante.

Ella me nombro como "Lucas".

No necesito un nombre para diferenciarme entre los demás gatos, fue lo primero que pensé al oírla llamarme así.

Era estúpido a penas nos conocíamos.

Pero al parecer los humanos les gusta nombrar a las cosas.

No me molesto.

Athanasia no tiene nada en especial, solo es una humana de más del montón.

Ella me salvó de la muerte, me alimento, me cuidó, me baño, etcétera.

No voy a negar que era una salvadora para mi.

Ella siempre lo fue...

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U

n día, ya estando mejor, me fui y la dejé sin decir nada, desaparecí completamente.

No me gustan los humanos, dan asco. Me repugna estar cerca de uno.

Eso no quiere decir que no fui agradecido con ella por haberme salvado.

Como agradecimiento, después de tres días, volví y le regale una deliciosa rata.

Le deje la rata muerta en el suelo de la habitación.

Iba a irme, pero se que es tan tonta que no sabrá quien se lo dió.

Entonces, subí a la cama y le toqué su rostro con unos movimientos de mis suaves patas delanteras, su piel me pareció extrañamente suave, ella en respuesta gruño algo molesta realizando algunos movimientos.

Moví mi cabeza a un lado molesto.

¿Tiene el sueño pesado o qué?

Podía usar mis filosas amigas para despertarla rápido, pero algo me había distraído.

Mi nariz e igual mis bigotes se movían olfateando algo, era un aroma dulce y suave que atraparía a cualquiera, era exquisito, como las flores o los dulces y pasteles.

No lo sé, pero esa era la comparación que me llegó a la mente.

Aún olfateando con mi nariz me acerco más hacia ella, oliendo primero su ropa, después subo hacia su cuello, ella ríe dulcemente, esa reacción me hace continuar, no dudo y subo hasta tocar su ojera.

-Basta, me hace cosquillas.-Se queja entre dulces risas.

Quien la entiende, dice que le molesta pero no me aleja de ella.

No la comprendo, aun así, ella huele muy bien que me embriaga.

Athanasia gira para mirarme mejor y sin querer nuestras narices se tocan.

Yo me sobresalto, siento como mis mejillas arden y como algo extraño le pasa a mi cuerpo.

Ella no se aleja, nuestros ojos chocan el uno al otro, hubo un silencio extraño pero no incómodo.

La miro extrañado. Por qué sus ojos están inchados como si hubiera llorado por días.

¿Te hicieron daño?

¿Quien fue el bastardo?...

Gruño enojado hasta que ella me sonríe cariñosamente, en sus ojos se reflejaban un brillo encantador combinado con el brillo de mis ojos, era hermoso, mechones dorados de su cabello despeinado habían caído en su rostro dándole un toque lindo.

-Te extrañe-Era como si me susurrara a la oreja una dulce melodía de mentiras.

Mis ojos se abren, me sentía nervioso, ansioso y emocionado, no lo entiendo, por qué está humana me es encantadoramente bonita.

Al darme cuenta de mis pensamientos contradictorios de un salto me alejo de ella.

Athanasia me mira desconcertada por mi actitud, luego enfoca sus ojos hacia la comida que esta a mi lado.

Mis ojos brillan y sonrió hacia mis adentros, ignorando todo sentimiento momentáneo.

Seguro hará lo que hacen todos los humanos patéticos, a ningún humano le gusta estas cosas, le dan asco y su única reacción es rechazarlo y menos preciarlo.

Entonces se acabaría todo. Son tan dramáticos hasta con la vida misma.

Ella mira el cadáver que estaba en su habitación después me mira a mi.

Y sonríe. ¿Eh? ¿Sonríe?

-volviste para traerme esto, gracias, gatito tonto.

Chica rara.

Su mano se posa en mi cabeza para después bajar hacia mi nuca, no puedo evitar que un ronroneo se me escape.

Cielos, se sentía tan jodidamente bien.

¡Prrrr!

Volteo mi cuerpo para que siga tocándome y ella se acerca dándome pequeños besos.

unos minutos más tarde...

Me siento violado.

Mi mente estaba en blanco y mi alma se estaba yendo de mi cuerpo.

Alguien como yo permitiendo que un simple humano me trate como quiera. Era inaceptable.

La miro de reojo, sacudiendo mi cola de arriba a bajo molesto.

Veo como ella camina hacia un armario lleno de ropa. Cuando encuentra la ropa que quiere, con un movimiento levanta su larga camisa hacia arriba dejando expuesto la parte baja de su cuerpo.

Abro mis ojos sorprendido cuando veo sus bragas rosadas, nervioso, giro mi mirada hacia un lado.

Acabo de ver algo que no debía.

Entendía algunas cosas de los humanos, pues me encontraba con muchos de ellos, y hasta algunos de los gatos que tenían dueños me comentaban los fetiches y costumbres extrañas de ellos mientras nos reíamos de los patéticos que son en ello.

Un dato que sabía de ellos y que no comprendía para que servia: era que tenían la mala costumbre de usar ropa debajo de otra poca ropa.

No le encontraba sentido.

Para que usar más ropa arriba si abajo llevas ropa también. Ahora comprendo para que lo usaban.

Mi corazón no paraba de latir como loco.

Carajo, es molesto este sentimiento.

Ella gira hacia mi felizmente, su cabello ondulado se movía con ella.

-Vamos a comer-ofrese.

Hace un pequeño gesto con sus manos, como si estuviera tratando con un niño ignorante, yo la sigo.

Supongo que me iré otro día.

Será molesto verla triste por mi partida, se que le importo mucho, nadie puede resistirse ante mis encantos.

Por eso decidí adoptarla como mi dueña, por ahora hasta que me canse de tenerla conmigo.

Resoplando seguro de mi mismo, la miro tarareando una canción desconocida mientras hacia el desayuno.

No puedo evitar sonreír como un bobo por ella.

¿Que me pasa?

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🐈‍⬛✗El Amor De Un Gato✗🐈‍⬛ FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora