ᴍʏ ᴛᴇᴀᴄʜᴇʀ ❛❛젠리사❛❛

×Capítulo 8×

POV Jennie:

Sin si quiera darme cuenta, estaba atada en la cama y con los ojos vendados, totalmente desnuda a los pies de ambas.

No sabía con exactitud aún, como se sentían las caricias de Lisa, más sin embargo, tenía una idea en mi cabeza y confiaba en mis instintos.

Deseaba con todas mis fuerzas, ganar este juego, pues quería tocar, masturbar, hacer gritar y causarle el más grande orgasmo a Lalisa. Digamos que le devolveré el favor que me hizo al quitarme mi virginidad.

A pesar de ser menor, tenía muchas ideas de como tener sexo en mi cabeza, ser pasiva me encanta pero, no está mal jugar a la activa de vez en cuando.

Y como por arte de magia, salí de mis pensamientos, cuando una mano comenzó a acariciar mi vientre.
El tacto era tibio, las manos eran suaves y sentía unos dedos largos recorriendo mi piel.

Me estremecí ante el contacto, mi piel se erizó y escuché como alguien soltaba una risa nasal pequeña.
Sabía que ella jugaba con mi mente.

Traté de usar la lógica.
Ella estaba molesta conmigo, así que sería muy obvio que ella no es la que me toca, a demás, quiere darme una lección, así que lo más lógico, es que mi profesora de arte, Jisoo, está detrás de todo.

Iba a hablar, cuando sentí que abrían mis piernas delicadamente, llevando esa mano suave hasta mis labios vaginales, acariciándolos con la ayuda de la humedad que ahí se formaba.

La persona llevó un dedo a mi clítoris y comenzó a masajearlo con lentitud, masturbándome.

Estaba experimentando un placer infinito, pues la persona que lo hacía, era una experta.
Evité soltar gemidos, pues si era mi maestra de artes quien me estaba masturbando, definitivamente sería una vergüenza que no podría sobrellevar.

Sin previo aviso, la persona llevó su lengua a mi clítoris, haciendo movimientos con su lengua que hacían de mi, una máquina de gemidos.

No escuchaba ningún ruido, más que mi garganta soltando gemidos pequeños.
Quién sea que estuviera ahí, jugando con mi coño, lo estaba haciendo muy bien.

- Ahh~ Solté un armonioso gemido cuando sentí mis músculos contraerse y liberar ese orgasmo.

La persona se separó de mi, levantándose de la cama.
Sentí como me quitaban las ataduras y la venda de los ojos.

- Y bien, ¿Quién te hizo llegar?- Preguntó Lalisa con una expresión seria en su rostro.

Dudé mi respuesta, estaba sonrojada, la idea de que probablemente mi maestra de artes me hizo llegar a un orgasmo, me abrumaba, más sin embargo, esto era un juego y quería ganarlo.

- Creo que... Fue Jisoo- La señalé, ella solo rió.

- Correcto- Dijo ella.

- ¿Acerté?- Pregunté ahora yo, estaba feliz, al fin tendida la oportunidad de verla a Lalisa como mi sumisa, sería algo interesante.

- Así es, eres más lista de lo que creí- Me dijo ella, acercándose a mi y dándome un beso en el cuello.

- Ahora- Se alejó de mí, dejándome con ganas de más- Jisoo, puedes irte para que la señorita Jennie, cumpla su parte del trato, gracias por todo- Le guiñó un ojo.

Ni siquiera me di cuenta de cuando Jisoo de vistió y salió de la habitación.

- Y bien, ¿Cuáles son tus propue...- No la dejé terminar, ya que, en cuanto mi otra profesora cerró la puerta, me lanzé sobre ella.

Recargó su espalda en la pared y yo la besé con fuerza, con hambre, como si la necesitara.

Mordí su labio inferior haciendo que este sangraran y el sabor metálico se mezclara en el beso, aún así, era delicioso.

Puse mis manos en su nuca para profundizar un poco más nuestra danza de lenguas.

Ahora, nos volteé, la guíe a la cama y la tumbe ahí, ella se impresionó por mi repentina fuerza pero me sonrió maliciosa.

Yo podía ser la chica más mala de este mundo si me lo proponía, pero jamás quise serlo, mi papel era la chica tierna, callada y extraña, ahora tenía la oportunidad de ser eso que siempre soñé.

Le quité los pantalones que aún tenía puestos, dejando si braga roja solamente, me mojé al verla así.

Su cuerpo era tan delgado y esbelto, su piel era suave y tersa, como la de un bebé, me encantaba cada centímetro de ella.

- Ve hacia allá y pon tus manos en el respaldo, las amarraré- Ordené.

- Me encanta tu versión de chica mala... Me pones caliente pequeña- Dijo ella haciendo lo que le ordené.

Simplemente me encanta ese apodo, me hace sentir que soy tuya.

- Pues espero y disfrute a la Jennie top profesora, espero tener un diez después de esto- Susurré en su oído, terminado de poner el lazo en sus muñecas.

La até a la cama y ella solo me miraba, esperando a que hiciera algo.

Busqué por todos los cajones, las pinzas de pezones y un dildo, sería algo divertido.

Coloqué los artefactos en donde debía ir cada uno, luego me acerqué a su boca y la devoré.

Había leído en una revista, que si marcas a alguien, significa que es tuyo, que quieres algo más con esa persona, así que, decidí marcar a mi profesora, dejando una gran marca en su cuello, diciendo que yo estuve ahí, nadie podía borrarlo.

Ella Gimió al sentir mi mordedura, supongo que le gusta eso.

Comenzé a bajar mis manos por su abdomen plano y marcado, dejando caricias y besos por doquier, pasando mi lengua por su piel.

Hasta que llegué a su intimidad que aún no era descubierta, la miré antes de quitar sus bragas y dejar al descubierto su depilada y bien cuidada vagina.

Era tan hermosa, con la piel tan reluciente, el clítoris de un color rosado que me hacía querer devorarlo al instante.

La miré con deseo, y sin previo aviso, comenzé a meter tres dedos en su cavidad.

Echó su cuello hacía atrás, arqueando su espalda y gimiendo de placer, sus gemidos eran como música relajante para mis oídos.

Ser top tenía sus ventajas y comenzaba a gustarme.

Los dejaré calientes, esperen el otro capítulo mañana;)