ᴍʏ ᴛᴇᴀᴄʜᴇʀ ❛❛젠리사❛❛

×Capítulo 13×

POV Jennie:

Han pasado varios días desde que Lisa y yo fuimos de compras, sigo abrazando todos esos peluches cuando me voy a dormir, pues tiene su olor, tienen ese perfume que me vuelve loca impregnado en ellos.

No estoy segura de lo que pasa dentro de mi corazón, pero estoy segura de que no solo es atracción física hacía mi profesora, ella me gusta por dentro también, siento que por primera vez puedo ser feliz.

Desde que mis padres me corrieron de su casa, mi vida se volvió solitaria, me sentía destrozada y la peor basura de este mundo, me hicieron sentir como si no valiera nada, pero cuando vi esos ojos color miel cruzarse en mi camino al aula, todo cambió dentro de mí.

No solo eran mis ganas de experimentar el sexo, eran también mis ganas de amar a alguien, de dar ese amor que mis padres nunca pudieron darme, de dar todo lo que nunca recibí.

Y sé que suena loco el echo de que me enamoré de mi profesora pero es verdad, aunque no quiero asumir esa responsabilidad, amar duele algunas veces, mi corazón ya esta lo suficientemente lastimado para recibir otro golpe.

No se si ella siente lo mismo que yo, no se si ella me ama al igual que yo la amo a ella, es por eso que no quiero arriesgarme a confesarselo, ella ya es una adulta y puede que tenga expectativas altas, puede que ella busque a alguien maduro, inteligente y de su misma edad o incluso mayor, puede que yo se asoló su juguete.

Eso es, yo solo soy su juguete...

Por esa razón y muchas otras, solo tendré sexo con ella, trataré de que ese amor que siento por ella se vaya, de que mis sentimientos por ella desaparezcan, sé que será difícil al tenerla tocándome, haciéndome suya una y otra vez, pero a pesar de todo el daño que me estoy haciendo a mi misma con todo esto, no la quiero lejos de mí.

Y estoy dispuesta sufrir todo lo que sea necesario, porque yo la necesito, la necesito conmigo.

POV Lisa:

Hoy es día del cumpleaños de Jennie, finalmente es legal y puede hacer lo que quiera.

Mentiría si digo que no me estoy enamorando de ella, mentiría si digo que es una más debajo de mis sábanas, mentiría si digo que no es importante en mi vida y solo la miro como un objeto o juguete, para mi, Jennie es por mucho lo mejor que me ha pasado en el mundo.

Mi amor por ella es tan grande, que incluso renuncie a mis sumisas, a mis chicas con tal de tener a Jennie a mi lado, solo quedaba deshacerme de una más, de Jisoo.

Ella era mi compañera de trabajo, ambas impartíamos clases en la misma escuela, un día, solo nos vimos y supimos qué necesitábamos nuestros cuerpos.

Ella es una chica linda pero no es del todo mi tipo, Jennie lo es todo para mi para ser honesta, ya no puedo ver a nadie que no sea ella.
Y es que me siento como en un sueño, como si ella me hechizara con tan solo una mirada. Cuando la veo no puedo evitar pensar...

¿Qué me hiciste Kim Jennie?...

La amo, estoy enamorada de ella y no sé que hacer.

Cada vez que hacíamos algo, con el mínimo toque, ella lograba hacerme sentir en el cielo, ella tenía algo que nadie más tuvo en la cama, y no solo en el sexo, me encantaba por quien era, por quien es.

Si hubiera sabido el problema que sería amarla, jamás lo hubiera echo, porque amarla duele y duele mucho.

××××

Seguía colocandome un poco de maquillaje cuando escuché la puerta ser golpeada. Respiré profundo, pues por alguna razón me sentía muy nerviosa, Jennie comería aquí en mi casa, preparé la comida con el cuidado más grande del mundo, aún así, no se si le guste.

Le había entregado el vestido que compramos en el centro comercial y me sentía muy nerviosa de verla con el, pues sabia que no iba a poder contenerme y le haría de todo.

Bajé las escaleras y acomodé un poco el cuello de mi camisa antes de abrir la puerta.

(el outfit de Lisa está en la fotito de arriba).

Mis ojos se clavaron en el hermoso escote del vestido de Jennie, dejaba muy poco a la imaginación, y aunque una parte de mi ardía de rabia al verla así y que todo el mundo pudiera imaginarse cosas impuras con ella, otra parte de mi se excitó al verla tan sexy, tan sensual y tan madura para su edad.

Le sonreí y ella lo hizo también, me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla, acercándome a su oído y susurrando un "feliz cumpleaños pequeña".

Soltó una risita casi inaudible, bajando la mirada, yo le ofrecí mi mano para que pudiera pasar el escalón qué había para entrar a mi departamento, ella la tomó gustosa, restregando sus senos en mi brazo "accidentalmente", yo sabía que ella estaba jugando, estaba provocándome y lo estaba logrando.

Sonreí maliciosa al entender su juego, esta noche sería larga.

Inevitablemente, cuando ella caminó primero para adentrarse a mi casa, miré su moldeado y gran trasero, sus cuevas eran perfectas.

Mordí mi mejilla tratando de controlar mis ganas de lanzarme sobre ella y quitar toda prenda de su cuerpo qué me impedía ver su hermosa piel blanquecina.

- Y bien, ¿Donde está la sorpresa qué me prometiste? - Dijo ella volteando a verme.

En ese momento, al ver esa mirada felina clavada en mis ojos, algo se apoderó de mí y solo caminé hacía ella.
Me miró extrañada, iba a decir algo pero enseguida la callé con un beso.

Junte mis labios a los de ella, saboreando su adictivo sabor, probando cada rincón de su boca, deleitándome  con su lengua envenenando mi garganta, con sus manos apretando mi camisa, arraigándola como si no se tratase de una camisa costosa, poco me importaba.

La escuché soltar un gemido cuando pasé mis manos por su espalda, acariciando sus caderas por encima de la tela del vestido, sonreí entre el beso al ver lo que provocaba en ella con tan solo un toque, al parecer no era la única al sentir eso con ella.

El beso se hizo más intenso, de igual forma, el oxígeno se hizo escaso y tuvimos que separarnos.
Habrímos los ojos lentamente, encontrándonos con la mirada de la otra, sus ojitos de gata me miraban con total admiración qué juro me derretí en ese momento.

- Primero quiero comer - Dijo casi en una súplica, yo solo solté una risa nasal al ver el tierno puchero qué estaba haciendo.

- Puedes comerme a mí, ¿acaso no quieres? - Pregunté acariciando su espalda para provocarla aún más.

- ¡Lisa! - Bajó la mirada avergonzada, sus mejillas se tiñeron de un color rojo, miraba todo menos mis ojos, lo cual me pareció muy tierno.

- Está bien, será en un rato más - Subí mi mano hasta su mejilla y la acaricie, tomé su mentón con mi dedo pulgar, obligándola a verme - Te vez hermosa hoy... En realidad siempre te vez linda pero hoy más - Me acerqué a sus labios y dejé un corto beso.

El beso era lento, extremadamente lento, casi tortuoso, lo hice así para poder transmitir lo que siento por ella y vaya entendiendo qué lo es todo para mí.

Me separé de ella y pude sentir su agarre en mi camisa.

- Y tu te vez tan sexy vestida así - Bajó su mirada a los tirantes de mi pantalón, yo solo le sonreí.

Ambas nos dirigimos a el comedor, donde todo estaba servido y con velas, no era buena haciendo cosas románticas, pero por Jennie era capaz de convertirme en el mismo Romeo y hacerla sentir como mi Julieta.