Lalisa Manoban es una maestra de inglés. Kim Jennie una alumna callada pero pervertida, ¿Que pasará con ellas y sus deseos?.
"si soy tan especial, ¿Porque soy un secreto?".
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El agua caía lentamente, deslizandose por nuestros cuerpos desnudos, el rose de sus manos en mi piel me tenía alucinando.
La música sensual se escuchaba en toda la casa, Lalisa había conectado su teléfono a las bocinas Bluetooth antes de entrar al baño y eso le dio un toque sexy.
Las puertas de la lujosa ducha estaban empañadas por el calor del agua, podía divisar las marcas de mis dedos en ellas.
Recargue mis manos en la pared, gimiendo mientras ella me acariciaba y metía sus dedos en mí.
El rol había cambiado de nuevo, ella era la activa y yo su sumisa, me encantaba serlo, era como ser el mismo Satanás siendo el esclavo de Dios.
Me jaló del cabello, indicándome que me acercara a su cara y así lo hice, ella me besó como si nunca lo hubiera echo, podía sentir su lengua envenenando toda mi garganta, sus manos estrujando mi trasero y su alma retorcida encontrando la mía y siendo una misma.
La besé sin despegar mi trasero de su pelvis, restregaba mi culo en su bajo vientre, ella gemía ante el contacto. Hasta que por fin, sin dejar de besarme, cambio de posición su mano, deslizándola por mis pechos, no sin antes tomar un pezón y estimularlo unos segundos, después su mano fue acariciando toda mi piel hasta llegar a mi ya mojada vagina.
Sin aviso o sin pensarlo dos veces, metió tres dedos en mi cavidad, embistiendo fuerte.
Eché la cabeza hacia atrás debido al placer, me estaba volviendo loca, era demasiado para una chica de diez y siete años que a penas comienza a descubrir el sexo.
Estaba guardando mi orgasmo, al menos lo intenté por un buen tiempo, pero no pude más, tenía que liberarlo y así fue, mis líquidos salieron disparados, acompañados de un fuerte gemido.
Me giré hacia ella, quedando frente a frente otra vez, ya había llegado pero aún estaba caliente, con solo verla me encendía otra vez.
La besé como si nunca la hubiera besado, metiendo mi lengua en lo más profundo de su boca, saboreándola, recorriendo cada rincón.
Y ella me giró, apoyándome en las puertas corredizas del baño, mis manos y pechos quedaron marcadas en el vapor de estas.
Ella dejó besos por toda mi espalda hasta llegar a mi trasero, donde lamió la línea de mis nalgas y dejó marcas de sus besos.
El corazón me latía a mil por hora, me encantaba está sensación, estaba segura de que nadie era capaz de hacerme sentir lo que Lalisa, ella me volvía loca.
Besó mi vagina y deslizó su lengua por los labios, después la bajó a mi clítoris y comenzó a jugar con el, poniéndolo en su lengua y chupándolo como si de un caramelo se tratase.
- Ohh sí~ Gemí.
Su lengua se metió en mí cavidad, sentía como sus dedos abrían los labios vaginales para permitirle ver más a fondo y meter su lengua más profundo.
Me encantaba ser tocada por ella, su forma de ser salvaje me tenía alucinando, todo en ella era perfecto.
Sentí como otro orgasmo se aproximaba, comenzaba a doler, así que solo dejé que mí líquido explotara en la boca de mi profesora.
Casi de inmediato, me giré hacia ella, dándole un beso lleno de pasión, lujuria y veneno, enredando nuestras lenguas y creando una danza deliciosa en nuestras bocas, ella tenía mi sabor y eso lo hacía más excitante.
Con mis manos recorría su piel húmeda, llegué a sus pechos y los estrujé en mis manos, sintiendo como gemía entre el beso, sonreí de lado y volví a hacerlo, creo que ese era su punto débil.
Sus pechos eran pequeños pero muy lindos, tanto para querer comerlos y tenerlos todos los días chocando en mi rostro.
Subí mis manos hasta llegar a su cuello, acaricié la zona donde estaba ese pequeño lunar, me separé del beso y dejé pequeños besos en todo su cuello hasta llegar a ese lunar.
Jugué con él un rato, besando solo esa zona, sin darme cuenta, mordí la piel de ahí y dejé una marca que no se quitaría tan fácil. Al parecer le gustó porque gimió.
Me acerqué a su oreja y mordí el lóbulo de esta, amando la forma en la que ella se retorcía de placer al hacer pequeñas cosas como esa.
Al final, llevé mis manos a su cintura, deslizándolas poco a poco hasta llegar a sus nalgas, dejé una nalgada y después las tomé entre mis manos, estrujándolas y dejando la piel roja.
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Ahora estábamos comiendo en su lujoso departamento, había ordenado comida china, me dijo que quería consentirme.
- Y bien, cuéntame de ti Jennie, sé muy poco de tu vida- Dijo tomando fideos con los palillos chinos.
- Bueno, no hay nada de interesante conmigo, soy aburrida y una freaky- Dije tomando una porción de arroz blanco.
- Sé que eres más interesante de lo que creo- Alzó su mirada hacía mí.
La verdad era, que yo no era muy interesante, solo era una pervertida adicta al sexo, me encantaba el sexo pero solo si era con ella.
Mis padres descubrieron el tipo de mangas y anime que veía, se dieron cuenta de que era una chica muy pervertida, ellos me criaron como verdaderos cristianos, eran fanáticos de dios y al enterarse de todo, simplemente me corrieron de su casa.
Una mierda, lo sé.
Capítulo corto, i'm sorry, es solo que hoy inicié clases y estuve ocupada, probablemente lo esté estos días, no se enojen si no actualizo, es por esa razón.
