➸Sus movimientos eran cargados de gracia, su cuerpo se balanceaba al ritmo de la serenata dejándome hipnotizado por el mover de sus caderas, pase mi lengua por mis labios disfrutando del manjar del que mis ojos estaban siendo testigos...
➸Era tan de...
Perdía el aliento con cada caricia que le dada, sus manos paseándose por todo su cuerpo lograban que su mente se nublara de pensamientos nada inocentes, pero como no hacerlo si tenia a tal adonis recorriendo su cuerpo de aquella manera sus manos acoplandose perfectamente a su cintura, tomando sus pensamientos y robándole cada suspiró que saliera de su boca, tan excitante y delicioso que lograba prender todo su cuerpo bañando lo en ardiente fuego, no quería parar, queria más su cuerpo pedía mas contacto, pero era tan transparente que parecía un sueño, deseaba a más sabiendo que todo se desvaneceria pronto.
Despertó, de un salto y con la frente perlada por el sudor, su cuerpo ardía era como si hubiera corrido una maratón y su camisa estaba empapada de sudor logrando que se pegara a su torso, el sol caía ocultándose entre los altos edificios hasta perderse en el horizonte, lo sabía por la hermosa vista que tenía desde su ventana, una de las razones por las cuales habían elegido justo ese departamento, tuvieron suerte. Tomo su móvil rápidamente dándose cuenta que eran casi las 6 de la tarde y estaba llegando casi 15 minutos tarde a su trabajo, se levantó bruscamente de la cama y sin esperar ni un segundo se quitó todo lo que traía puesto entre maldiciones y palabrotas que era sorprendente que saliesen de esa pequeña boca, se vistió con un pantalón negro y una camiseta Blanca tomó su mochila que tenía preparado un cambio de ropa y salió del lugar no sin antes llevarse las llaves y cerrar todo.
Corría como si lo estuviera persiguiendo un asesino en serie, pero era necesario, no tenía la más mínima gana de que lo despidieran no después de saber el dinero que perdería si lo hiciera, se concentró en el camino, aún habían unos rayos del sol que se colaban entre los colosales edificios, el cielo estaba hermosamente pintado de miles de colores naranjas y morados con unas cuantas nubes blancas adornandolo, el aire era fresco y movía sus blancos cabellos golpeaba con fuerza su rostro brindándole algo de reconfort, sus pies empezaban a doler pero faltaban solo un par de cuadras más, cuando se proponía algo lo lograba a toda costa y si bien pudo tomar un taxi no le pareció la mejor idea. ¿Porque? Oh vamos! Eran las 6 de la tarde a esa hora la mayoría de los trabajadores salían después de una larga jornada, la presa que se hacía en las calles a esas horas era bestiales durarías al menos 2 horas para poder llegar a su destino.
Definitivamente no quería eso, sonrió con alivio al mirar que el casino estaba justo frente a él no podía esperar cruzó la calle a grandes saltos y se metió por la parte de atrás del lugar, entro por la puerta trasera utilizando la llave que había adquirido cuando lo contrataron, cabía destacar que estaba nervioso sentía un cosquilleo pasar por sus piernas y manos de tan solo pensar en volver a encontrarse con aquellos ojos que lo habían cautivado y que tuvieron el descaro de aparecerse en su sueño nada santo. Entro en el camerino ante la mirada de todos los bailarines que se encontraban ahí, tomó su ropa de actuación y se encerró en uno de los vestidores.
