❥𝑯𝒊𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒍𝒂𝒏𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐𝒔❥

❥ Capitulo 12 ❥

🌼𝔼𝕝 𝕒𝕞𝕠𝕣 𝕖𝕤 𝕦𝕟𝕒 𝕞𝕒𝕣𝕒𝕧𝕚𝕝𝕝𝕠𝕤𝕒 𝕗𝕝𝕠𝕣, 𝕡𝕖𝕣𝕠 𝕖𝕤 𝕟𝕖𝕔𝕖𝕤𝕒𝕣𝕚𝕠 𝕥𝕖𝕟𝕖𝕣 𝕖𝕝 𝕧𝕒𝕝𝕠𝕣 𝕕𝕖 𝕚𝕣 𝕒 𝕓𝕦𝕤𝕔𝕒𝕣𝕝𝕒 𝕒𝕝 𝕓𝕠𝕣𝕕𝕖 𝕕𝕖 𝕦𝕟 𝕙𝕠𝕣𝕣𝕚𝕓𝕝𝕖 𝕡𝕣𝕖𝕔𝕚𝕡𝕚𝕔𝕚𝕠. -𝕊𝕥𝕖𝕟𝕕𝕙𝕒𝕝🌼

No era sencillo decir que estaba listo para perderlo todo y conseguir algo mejor al mismo tiempo, su cuerpo tenso se ceñía a sus ropajes tan elegante que llevaba puesto, a su lado un hermoso chico de blancos cabellos de asentaba igual de elegante que el, con un traje perfectamente a su medida que le hacía ver aún más hermoso de lo que alguna vez Samuel se lo imagino.

Iban de camino a la mansión del antes nombrado, no había que decir que el ambiente estaba más que tenso entre los dos, aún así intentaba de alguna manera calmar los evidentes nervios que les carcomian, ya era tarde para arrepentirse y tampoco querían hacerlo, Vegetta solo esperaba que sus padres no hicieran alguna locura.

Le había enviado un mensaje a su padre, sobre que tendrían una reunión con Akira y alguien más y esque sin ayuda de la chica su padre no quedaría satisfecho, le avisó unas horas antes sobre eso y ella estuvo de acuerdo. Tan solo faltaban un par de cuadras para llegar a su tan deseado destino, todo estaba listo.

El portón de la mansión fue abierto de par en par, pasaron hasta la entrada principal de la mansión en donde estacionaron el automóvil, junto a otro que al parecer era de Akira, entraron con rapidez a la enorme estructura con los nervios a flor de piel, aún no parecía haber rastro de sus padres.

•~Samuel - La voz de Akira le hizo dar un pequeño salto y sin soltar la mano de Ruben camino a paso lento hasta donde estaba la chica, vestia igual de elegante un hermoso vestido morado brillante se cernía a su esbelto cuerpo Ruben perdió el aliento, había visto a Akira de lejos y aveces en fotos pero definitivamente la chica era mucho mas preciosa de lo que pensaba.

Realmente se preguntaba que había visto Samuel en un chico tan simple como el, encerio había reemplazado a una belleza como esa con el? No entendía que tipo de droga de había metido para incluso considerar una opción como esa. Pero Samuel ya le había dicho varias veces que no le importaba su físico que para sus ojos el era único y perfecto, aunque fuese difícil de creer no había otra explicación más para eso, el amor simplemente le cegó, aunque también entendía que sin importar que tan descomunal fuese la belleza de un individuo si la otra persona no sentía nada, de nada servía ser hermoso.