➸Sus movimientos eran cargados de gracia, su cuerpo se balanceaba al ritmo de la serenata dejándome hipnotizado por el mover de sus caderas, pase mi lengua por mis labios disfrutando del manjar del que mis ojos estaban siendo testigos...
➸Era tan de...
El camino era silencioso, agradable pero frío, ya no sentía la calidez qué la presencia de Ruben le había brindado minutos antes a Samuel, suspiró profundamente mirando la carretera, estaba a punto de llegar a casa y estaba mas que seguro de que a esa hora Akira estaría dormida, poco le importaba. El auto se detuvo frente a una hermosa casa moderna, los guardias de seguridad saludaron amablemente a Vegetta quién les devolvió el saludo de manera amable y cordial.
Salió del auto y se aflojó un poco la corbata, estaba muy cansado estaba ansioso por tirarse a su suave cama cama a dormir, soñar con lo que había pasado hoy porque si bien no fue la gran cosa, se sentía especial para él.
La casa era muy espaciosa constaba de cinco habitaciones una de ellas la de Samuel y otra de Akira, aunque estuvieran casados no compartían cama, ninguno de los dos se quejó estaban bien con eso, o al menos eso pensaba Samuel, solo compartían cama cuando sus padres venían de visita estaban literalmente obligados a dormir juntos y era por eso que no importaba en qué circunstancia estaban nunca dejaban que los padres de Samuel o los de Akria apreciarán las habitaciones individuales que tenían. Se quito su chaqueta y la dejo en el perchero que estaba a la par de la puerta principal de madera, subió hasta al segundo piso con pasos cansados hasta llegar a su habitación donde el ambiente era frío, refrescante y de alguna manera reconfortante, era el único lugar donde se podía sentir tranquilo y bien consigo mismo. No había mucho en la habitación, la gran cama y uno que otro mueble lleno de ropa, perfumes y zapatos, nada fuera de lo normal.
•~Llegas muy tarde... - la melodiosa voz se escuchó por toda la habitación provocando que un escalofrío escalara por el cuerpo de Samuel, quien se volteó rápidamente observando como justo enfrente de él se encontraba la mujer con la que se había casado, usando un pijama blanco corto con detalles rosados mirándole de forma expectante, como si esperara a que le diera una explicación lógica por su llegada en la madrugada, estaba más que seguro que esta vez había llegado demasiado tarde más de lo normal, Akira sospechaba, no podía tomarle tanto tiempo su trabajo ¿Oh sí? La pregunta pasaba por la mente de Akira quien miraba con detalle al imponente hombre que estaba frente a ella, no podía negar que era guapo muy atractivo y tenia un porte que la dejaba sin aliento. Pero Samuel no la amaba y ella lo sabía porque aunque fingiera que todo estaba bien, aún se sentía tan mal por saber que la persona que amaba estaba con ella por el mero compromiso de un contrato, talvez si las cosas se hubiesen dado con más calma hubiera logrado conquistar el corazón del de ojos marrones.
