❥ Capitulo 6 ❥

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🌼𝕃𝕝𝕖𝕘ó 𝕒 𝕤𝕖𝕣 𝕥𝕒𝕟 𝕤𝕚𝕟𝕔𝕖𝕣𝕒 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕖𝕟𝕘𝕒ñ𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕝𝕝𝕒 𝕞𝕚𝕤𝕞𝕒 𝕒𝕔𝕒𝕓ó 𝕔𝕠𝕟𝕤𝕠𝕝á𝕟𝕕𝕠𝕤𝕖 𝕔𝕠𝕟 𝕤𝕦𝕤 𝕡𝕣𝕠𝕡𝕚𝕒𝕤 𝕞𝕖𝕟𝕥𝕚𝕣𝕒𝕤 (𝔾𝕒𝕓𝕣𝕚𝕖𝕝 𝔾𝕒𝕣𝕔í𝕒 𝕄á𝕣𝕢𝕦𝕖𝕫)🌼

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🌼𝕃𝕝𝕖𝕘ó 𝕒 𝕤𝕖𝕣 𝕥𝕒𝕟 𝕤𝕚𝕟𝕔𝕖𝕣𝕒 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕖𝕟𝕘𝕒ñ𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕝𝕝𝕒 𝕞𝕚𝕤𝕞𝕒 𝕒𝕔𝕒𝕓ó 𝕔𝕠𝕟𝕤𝕠𝕝á𝕟𝕕𝕠𝕤𝕖 𝕔𝕠𝕟 𝕤𝕦𝕤 𝕡𝕣𝕠𝕡𝕚𝕒𝕤 𝕞𝕖𝕟𝕥𝕚𝕣𝕒𝕤 (𝔾𝕒𝕓𝕣𝕚𝕖𝕝 𝔾𝕒𝕣𝕔í𝕒 𝕄á𝕣𝕢𝕦𝕖𝕫)🌼

El tiempo pasaba entre minuciosos mimos repartidos cariñosamente por el rostro del contrario, dulces besos repartidos sin pudor o timidez alguna, ambos se sentían muy bien de aquella manera, con esa única comodidad que curaba la angustia de sus corazones, eran asquerosamente cursis pero a ambos les gustaba eso, no se iban a separar pero también sabían que había cosas que debían hablar, tenían muchas palabras por decir porque en definitiva tendrían que resolver las dudas del contrario si o si aunque ambos se encontraran con cosas que no querían saber o que los decepcionarian, tenían que hablar.

•~Esto...esto es demasiado repentino, pero no me arrepiento de nada si esque te lo preguntas- la ronca voz de Samuel resonó por toda la habitación, el de verdes ojos lo miró por unos segundos y sonrió con tristeza e ilusión, él tampoco se arrepentía de nada de lo que habían hecho, le gusto y mucho como se podría arrepentir de todo eso, no le importo nada ser le infiel a su novia a esa chica que tanto confiaba en él, pero esque por una vez en su vida quería ser egoísta, quería quedarse con ese Dios griego para siempre porque lo había agarrado y no pensaba soltarlo, los labios de Samuel le resultaban tan adictivos como un dulce prohibido que deseaba probar más, había algo más que adrenalina en probar lo que era un amor prohibido eso lo tenía muy claro, se sentia extraño, ese fuerte sentimiento que se había instalado en su pecho no paraba de crecer nunca se sintió de esa manera, tan embobado, tan loco por probar más de esa fruta prohibida en busca de un amor mutuo que podría ser imposible para los que lo vieran, pero no para ellos.

•~Creeme que yo tampoco me arrepiento de esto, pero tenemos que hablar y dejar las cosas claras Samuel, no se quién eres, que eres de mi ahora y tu tampoco me conoces tanto- Se había acomodado bien en su regazo sentándose encima de él con ambas piernas alrededor de las caderas de Vegetta, sus ojos habían conectados nublados de un sentimiento mutuo algo que ambos no sabían descubrir bien, el reloj que estaba pegado a la pared marcaba las doce, río en sus adentros al imaginarse a él huyedo de semejante Dios griego como Cenicienta en el baile, acarició el rostro de Samuel con cariño, sus manos delineaban el contorno de su rostro acariciando su barba perfilada, dejó un casto beso en sus labios riendo entre dientes al sentir el picor que le dejaba la barba de su amante, era tan agradable.

-Muy bien Doblas, hablemos, conozcamonos- el de oscuros cabellos estaba flipando en colores con lo que pasaba, tenía ganas de reírse al ver en qué contexto iban las cosas, talvez debía de suceder al revés pero el deseo de poseer sus cuerpos fue más grande que cualquier otra cosa que importase en el mundo, solo eran ellos dos, hablando de sus cosas dejando para el final la gran sorpresa de que tenían parejas, uno por conveniencia otro por que realmente quería a esa pareja pero le atraía más el de barba perfilada que la muchacha de cabellos naranjas, debía de admitir que se sentía mal de haber engañado a Nieves pero no se mentiría así mismo diciéndose que no le había gustado lo que habían hechos minutos atrás, sus cuerpos se conocieron solo faltaba que sus mentes coincidieran porque sus corazones ya estaban coordinados.

❥𝑯𝒊𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒍𝒂𝒏𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐𝒔❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora