Capítulo uno

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Actualidad

Jane

- Cucú, estoy en casa-arrojo las llaves al sofá y comienzo a maseajear mi cabello.

Estoy cansadísima, el verano en Los Ángeles es un asco cuando de trabajo se trata, mi editora dice que no debo gastar mi tiempo en esto, no cuando mis últimos dos libros han sido de tanto éxito en ventas.

Lo que ella no sabe es que actualmente estoy pasando por el peor momento de mi corta carrera, tengo bloqueo de escritor. Digamos que mi mejor idea fue hacerme pasar por una universitaria necesitada de dinero, mi estatura ayudó en ese aspecto. Lo irónico de la situación es que siendo escritora lo mejor que se me ocurrió decir es que estudio Diseño gráfico en UCLA. Siendo sincera, no sé dibujar ni un pez.

El punto es, que fui a ese pequeño local cercano a la playa en busca de inspiración para nuevos libros y el dueño al enterarse de mi inventada profesión se le ocurrió la maravillosa idea de presentarme a su hija de seis años. La niña quería que le dibujara a la puta Peppa Pig y como anteriormente dije mis dotes artísticos no son los mejores y el dibujo salió mal.

Todo pasó de repente, en un momento estaba haciendo el intento de pintar el condenado muñe y luego la niña gritaba como loca. Aún tengo cargo de conciencia por arruinar la infancia de una pequeña inocente. El dibujo bien se pudiera comparar con un Zombialien.

Una hora después renuncié-lo mejor que puedes hacer, cuando  una niña te mira por un minuto entero sin pestañar- Me senté e un parque por horas a la espera de que mi cerebro imaginara algún tipo de regalo de su agrado. Peppa Pig quedó descartada, eso sin duda, no volvería a tocar a esa mounstrosidad en su vida. En mi defensa la muñeca me caía como el culo.

Al final le compré un pase VIP para Disney, espero que encuentre un nuevo muñe favorito.

Me siento en el púrpura sofá, una mierda de color en mi opinión, pero a Lily le gusta, así que no hay nada que hacer.

- Llamaron desde Boston -siento mi alma caer al piso y no tiene nada que ver con el perro loco que viene corriendo hacia mí.

Es una mala noticia, una muy mala noticia. No suelo recibir llamadas de Boston.

¿Algo le pasó a mi madre? ¿al señor Schoeder? ¿y si fue a Nikolay?

<<Por favor Dios que no haya pasado nada malo>>

Paso la mano por el blanco pelaje de Bruno que parece sentir mis temores porque se marcha a paso controlado y desenfadado.

Quisiera ser como él, obeso y dormilón. Las únicas obligaciones en su perruna vida son comer, correr y cagar.

-Dijo qué necesitabas volver, que es urgente ¿Por qué dijo eso?

No puedo enfrentarme a los interrogatorios de Lily. No en estos momentos.

Debo partir. Ahora.

Corro en dirección a mi habitación, pero claro, no soy como mi perro así que en la primera esquina resbalo y caigo en el suelo de madera.

¡Joder! Mi culo arde y mi cerebro se reprende por no hacerme comprar pantuflas nuevas.

-¡Jane!-grita Lily y no sé si es por el impacto que me he dado contra el suelo, o el hecho de estar corriendo como loca.

Intento pararme y ¡Demonios! mi pobres nalgas sufren a causa de la tonta caída.

Lily llega a mi lado y se ríe a carcajadas.

—¿Puedes parar de reírte? Me ha dolido horrores.— le digo aún sentada en el suelo

—Pero es que no lo entiendo —se sienta a mi lado en el suelo.

Quiero SeducirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora