Capítulo cuatro

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Jane

-¡Mi niña!- grita la nana Celia, corro en su dirección.

Es como una abuela para mí. Cuando era pequeña solía ayudarla en la cocina, bueno más bien estorbar. Siendo sincera no me gustaba seguir órdenes y por lo tanto hacía "magia" con los ingredientes y todo terminaba hecho un caos nuclear. Creo que he mejorado un poco ese aspecto con el pasar de los años.

Me refiero al cocinar porque aún el tema de las órdenes va pendiente. No todo se puede lograr en la vida, ¿no es cierto?

-¡Qué linda estás!-me dice.

Escucho un resoplido a mi alrededor. No sé de dónde proviene.

-Llegó quien faltaba. La sirvienta más joven y predilecta.-dice Vanessa, la madre de Nikolay.

Sus palabras destilan veneno y su mirada posiblemente tiene una considerable suma de odio hacia mi persona.

Nunca entendí por qué me odiaba tanto. Su ira iba más allá de las diferentes clases sociales, era algo antiguo casi podría decirse que vengativo.

La ignoro, sé cuando comportarme.

En estos momentos no me siento con la sufiente paciencia para tratarla.

-¿Cómo está el señor Schoeder? -le pregunto a Celia mientas le doy la mano a mi madre que aún llora.

-Justo ahora el doctor ha venido a decir que no es nada grave. Gracias a Dios fue solamente un susto. Voy a decirle a Nick que te explique. Sabes que yo no entiendo nada de esas cosas.

No puedo evitar buscarlo con la mirada por todos lados, no está.

-Cecilia ¿no has visto a Nick?-le pregunta a mi madre y sonrío besando su mejilla.

Cuando éramos pequeños, Celia le llamana así, al crecer yo lo molestaba por dicho apodo. Solía decirle "mi Nicky" y para él yo era su Jane.

Era una relación tan hermosa y sincera, lo quise tanto que tuve que abandonarlo por su propio bien. A veces tenemos que sacrificar grandes cosas para que la persona que amas sea feliz, aunque no sea a tu lado.

Se necesita coraje para enfrentar la verdad y valentía para vivir con ella.

Yo necesité aferrarme al pasado para poder continuar mi futuro. Tuve que vivir de recuerdos, sujetarme con fuerza al barco de la memoria y conocer el dolor de perder a mi gran amor por la decisión del destino cruel.

Es verdad que fui la culpable, lo abandoné y lo dejé con el corazón destrozado, pero sé que todo en la vida trae consecuencias y yo ese día no debí escuchar a escondidas, pero pasó y no puedo por más que quiera cambiar el pasado o los hechos ocurridos en este.

-Deja de llamarlo por ese nombre tan vulgar. Parece ser que tienes Alzhaimar.

-De hecho es Alzheimer y no, no lo tengo, pero gracias por tu preocupación Vanessa.

Me dan ganas de reír, solo por respeto a la situación me contengo.

-Ven hija, cuéntame como está ese novio tuyo, el que vi aquel día.- Mi madre me obliga a prestarle atención.

¡Oh no! Se refiere a un día que salí de fiesta con Lily, su actual novio ( un asco de persona) y John.

Terminamos tan borrachos que tuve que acoger a John en mi apartamento por miedo a que tuviera un accidente de auto, pero justo en el momento en que mi madre y yo hablábamos por Skype al día siguiente, el salía de mi baño, tal y como Dios lo trajo al mundo.

Fue algo sumamente vergonzoso explicarle a mi mamá el porqué había un chico desnudo en mi habitación.

Ahora piensa que es mi novio.

-No...el no...-no puedo terminar la frase porque en ese instamte veo una escultura humana caminar por el pasillo.

¡Joder! Ese hombre está buenísimo.

Parece el sueño erótico de toda mujer de sangre roja.

Es sexy como un dios, no, sería ingrato referirse a él de tal forma, con esa mandíbula cuadrada da un aspecto de parecerse al mismísimo demonio.

Mierda, mis bragas están empapadas en este instante, en vida ningún hombre ha podido hacerme mojar solo con verlo, solamente...

Espera ¿Qué? No puedo creerlo.

Es Nikolay quién se acerca.

Minutos antes ...

Nikolay

Después de hablar con el doctor, voy a la cafetería
para despejar un poco mi cerebro con café, es deplorable el aspecto que trae consigo el estar en un hospital.

Al llegar pido dos capuchinos y café negro para mí, mi madre no quiere nada de este lugar, eso lo sé.

Veo una cabellera negra azabache recogida en un raro moño lleno de mechones sueltos.

No sé por qué mantengo mi atención en ella, mira hacia todos lados, buscando algo en específico, parece perdida.

Me fijo en su cuerpo, principalmente en sus nalgas. Soy un hombre que ama los traseros, de hecho es la principal cosa que me gusta de las mujeres.

Me quedo unos segundos observándola, pero entonces ella corre y cuando camino un poco para seguir sus pasos, todo cobra sentido finalmente cuando abraza a su madre llorando.

Es Jane.

La única chica que he amado y la que el día antes de proponerle matrimonio me abandonó.

<<Nena no sabes como he cambiado por tu culpa.>>

<<Ahora pagarás por lo que me hiciste sufrir, querida>>

Voy a paso firme hacia donde están, la veo abrazando a mi nana.

Su madre le dice algo y ella se gira en mi dirección, aún no me ve, le intenta explicar algo, pero entonces sus ojos hacen contacto con los míos.

Me mira con deseo, he visto esa mirada en las mujeres por años. Sus ojos escanean mi cuerpo y los míos el suyo.

Atrás quedó la figura delgada con pechos de poco volumen, ahora dió paso a unos senos hermosos, no son enormes, pero de igual forma bellos para su altura. Cambió para bien, ahora su cuerpo es una clara invitación al pecado y yo nunca he sido muy devoto que digamos.

Sus curvas me marean como si fuera un conductor ebrio.

<<¡Oh dios! Estoy teniendo una erección solo de mirarla>>

Lleva unos tacones altos de color rojo pasión, un jean azul que le hace ver unas piernas tonificadas, puede infartar a medio hospital si se lo propone.

<<Quiero tener esas piernas enrolladas en mi cintura mientas me la follo duro contra la pared y deseo que esos tacones golpeen mi espalda baja cada vez que la embista.>>

Mi polla está dolorosamente dura en mi pantalón y agradezco tener una blazer que disimule un poco mi estado.

<<¡Joder! ¿Cómo puedo pasar años sin ver a esta mujer y que de repente me la haya puesto dura con una sola mirada?>>

Camino en su dirección a paso firme. Tengo una idea en mente.

Quiero SeducirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora